Que Diosito me agarre confesada y con todos los sacramentos encima, me han dejado la tarea más difícil de hacer. Estoy a nada de convertir a mi amiga en una loca desquiciada que probablemente termine en el manicomio cuando se entere de algunos pequeños detalles.

—Dayana… Dayana… Dayana… puedes dejar de estar caminando como loca por todo el cuarto, que me estas mareando, si tiene algo que decirme solo suéltalo y listo no debes darle vuelta al asunto.

—Conste que trate de hacerlo de la mejor manera posible, pero no te dejas ayudar, luego no me culpes de nada.

—Pobre de mis hijos con una madrina así de desquiciada, en que estaba pensando para aceptar esa propuesta.

—Será porque no tenías más opciones que esta humilde servidora, que ha estado contigo desde el día uno. Mejor dicho… desde el día que te has enterado que estabas esperándolos.

—Ni me lo recuerdes, no estoy segura que hubiera hecho sin ti. A veces eres un verdadero sol con las personas que te rodean, aunque actúes siempre desin