Capítulo 8. Cita. Selin se queda en silencio unos segundos, y luego lo enfoca. —¿Por qué te importa tanto verme? Solo fue una noche, podrías ir con cualquiera, ¿por qué yo? —Tú no eres cualquiera, Selin, eres una caja de Pandora y quiero descubrir su contenido. —¿Y si no te gusta lo que descubrirás? —No le tengo miedo a los resultados, me guío por mi intuición. —¿Así? ¿Qué te dice tu intuición? —Muchas preguntas, es mi turno. Ella niega con una sonrisa. —¿Qué quieres saber de mí, Leandro? Leandro cambia su expresión, es un poco más serio, continúa la yema de sus dedos sobre la mesa, mientras la enfoca analizándola. —¿Qué te impide tener una relación? —Tengo mis razones —responde sin más. —¿Entonces es una costumbre salir con chicos de una noche? —Juegas, te diviertes y desapareces. —La enfoca con seriedad. Selin reacciona con un gesto incómodo. —¡Vaya! Creo que te di una mala impresión sobre mí. Creí que no podría ser diferente entre nosot
Capítulo 9. Evento. Leandro enfoca su visión en la fotografía de Selin. Son casi las 9 pm cuando Perales le informa sobre la llegada de Selin a su casa, dejando sorprendido a Leandro al saber que vive muy cerca de él. Era de esperarse que buscara los mejores lugares para vivir, pero alejada de la ciudad como él, ¿por qué? Él tiene sus motivos, ¿pero ella? Leandro recibe notificaciones de fotografías. La mansión es muy cómoda, de dos plantas, tiene un cercado eléctrico difícil de penetrar, con un enorme jardín y un enorme garaje, poca visualización hacia el entorno; ella mantiene la ventana cerrada. Su habitación tiene un balcón con vista hacia la enorme piscina en su jardín; también tiene un perro Doberman que la recibe animadamente. Toda una recopilación de datos de los 10 hombres de seguridad que tiene activados. Vive sola, tiene pocos sirvientes; nadie se queda en la casa: ella entra y los de servicio salen. Un orden controlado como si su privacidad fuera su prioridad. P: Aún
Capítulo 10. Escapé. Selin sonríe ligeramente tomando de su champán, mientras continúa observando una obra. —Eso dependerá de ti, Bernaldi. —En ese caso debo tomarme esto como un nuevo encuentro, ya sabes un poco más de mí… —Leandro observa a su alrededor mientras camina junto a ella, que ha servido como distracción, mientras le hace una señal a Alma para que acceda al pasillo superior. —Eso no cuenta, esa información la he obtenido por mi cuenta, usted simplemente se ha negado a darme esa información, lo que sé de usted es poco. —Sabes que soy un empresario, ¿te parece poco? En el caso de que quisieras buscarme, ya sabes dónde encontrarme. —En el caso de que quiera buscarlo—termina diciendo, mientras camina a la salida como el resto de las personas. Los están llamando para iniciar la subasta, lo que pone en movimiento a las chicas. Selin nota que él observa a una mujer, a quien le levanta su copa. —¿Puedo acompañarte? —pregunta él al ver que casualmente tienen asient
Capítulo 11. Desafío. Selín no hace más preguntas; aunque todo esto la sobrepasa, ella permanece calmada. Después de todo lo que vio esta noche, si él realmente fuera una amenaza, ya estuviera perdida. En medio de la carretera, varios autos los esperan. Leandro se baja del coche y le entrega la pieza a varios hombres, mientras él conversa por radio con alguien. De repente se despide y vuelve con ella, conduciendo el auto mientras sostiene su mano. Leandro conduce a gran velocidad, mientras que Selin no duda en enviar su ubicación a Sergio, quien está preocupado por ella. S: Estoy con él, ¡¿podrías cubrirme?! Sergio: Por supuesto, querida, tú no te preocupes, yo veré cómo me las arreglo con los de seguridad. S: Gracias. Selin nota que entran en una propiedad custodiada por muchos hombres de seguridad; van directamente a un garaje donde se resguardan. Él le abre la puerta del auto y la ayuda a bajar, mientras que Selin observa todo a su paso. —Ven. —La toma de la mano, guiá
Capítulo 12. Salida. Al despedirse, Selín y Sergio se escabullen al departamento de Sergio, quien no pierde tiempo en abordar a Selín por respuesta. —Vamos, niña, di algo, que me tienes en ascuas. Selín sonríe ligeramente, acostándose en la cama, viendo al techo. —Tienes que contarme todo… —dice Sergio arrojándose sobre la cama y tomando una almohada que apoya en su pecho—. ¿Qué fue lo que pasó? ¿A dónde te llevo? ¿Qué hicieron? —Dímelo todo. —La enfoca ansioso, poniendo sus ojos como platos en la espera. — Me llevo a su casa, estuvimos hablando un rato y luego… Nada, solo nos acostamos a dormir. —¿Qué? —Hace un gesto sorprendido—. A ver, explícate, ¿cómo que dormir? ¿Dormir de sexo o dormir de dormir? Selín sonríe ligeramente levantándose de la cama y caminando hacia la peinadora para mirarse al espejo, mientras lo enfoca por el reflejo. —Dormir de dormir, luego por la mañana me levanté y le hice el desayuno, y bueno, aquí estoy. —¿Bromeas? —esboza incrédulo, sentá
Capítulo 13. Paseo. Detrás de tanta espera, Leandro logra verla; su respiración se paraliza al verla con un vestido del diseñador Marco Marcu de Frankfurt. Un traje ceñido al cuerpo de color negro con varias aplicaciones tipo brocatel en color plateado alrededor del cuello, abierto en los pechos, dejando ver sus enormes pechos, complementado con lentejuelas. Lleva un cinturón plateado del que se desprende una falda con capas de abertura en ambos lados de sus piernas, cubriendo la parte inferior con un short apenas visible que cubre sus partes. Llevando consigo unas botas de plataforma hasta los tobillos, color negro con accesorios a juego, que resaltan con su impresionante maquillaje oscuro, tonos suaves y un labial rojo que deslumbra, luciendo un peinado de cabello suelto en ondas que resaltan su rostro. Lo deja deslumbrado con su belleza. Al igual que a Selín, Leandro viste traje casual a la medida de Emporio Armani, una camisa de mangas largas, color negro, con un pantalón a
Capítulo 14. París. Leandro acaricia su mejilla, deslizando sus dedos hasta su barbilla, acariciando el hoyuelo de su barbilla. —Mi padre es la cara pública de la familia; se inclina mucho a los negocios en el exterior, mientras que yo prefiero mantener un bajo perfil. Siendo quien dirige las operaciones, soy, digamos, una especie de líder en sucesión, tomando poco a poco el carro; no tengo apuros, dirijo los diversos proyectos que se me asignan y no hago alarde de ello. —Hablas de liderazgo, y cuando tuviste esa llamada, había muchas más personas. ¿Es un negocio familiar? ¿O todos tienen sus propios intereses? —De hecho, sí, solo una familia numerosa; mis abuelos aún viven, ellos son los que liberan todo desde un punto más alto, residen en Sicilia y vienen cuando es necesario. Hacemos ciertas reuniones para poner todo al corriente. Ellos tuvieron tres hijos; mi tía Elena es la mayor, ella se casó con un agente especial de las fuerzas especiales, tuvieron dos hijos; mi primo El
Capítulo 15. placer. Ambos se apoyan rozando sus labios, se sienten, sienten la tensión que hay entre los dos, la sensación que se siente al sentir su respiración, esa conexión que los une en un intenso beso. Leandro la toma de las caderas y ella apoya su mano izquierda en su pecho y la derecha en su mejilla, profundizando el beso. De repente explotan fuegos artificiales cerca de la torre Eiffel, lo que los lleva a alejarse; ella voltea a ver lo hermoso del paisaje sin notar la mirada de Leandro, quien la enfoca serio. Al caminar hacia el espectáculo, ambos se toman fotografías, llegando a una terraza donde hay música. Él la hace girar, llevándola nuevamente contra su pecho, moviéndose lentamente al ritmo de la música clásica. Ambos disfrutan de una noche increíble, recorriendo París, entre besos, bebidas y caricias, llegando nuevamente al avión para volver. —Lo disfruté mucho, gracias—le dice ella acariciando su mano, mientras se preparan para el despegue. Al estar en el air