Capítulo 13. Paseo. Detrás de tanta espera, Leandro logra verla; su respiración se paraliza al verla con un vestido del diseñador Marco Marcu de Frankfurt. Un traje ceñido al cuerpo de color negro con varias aplicaciones tipo brocatel en color plateado alrededor del cuello, abierto en los pechos, dejando ver sus enormes pechos, complementado con lentejuelas. Lleva un cinturón plateado del que se desprende una falda con capas de abertura en ambos lados de sus piernas, cubriendo la parte inferior con un short apenas visible que cubre sus partes. Llevando consigo unas botas de plataforma hasta los tobillos, color negro con accesorios a juego, que resaltan con su impresionante maquillaje oscuro, tonos suaves y un labial rojo que deslumbra, luciendo un peinado de cabello suelto en ondas que resaltan su rostro. Lo deja deslumbrado con su belleza. Al igual que a Selín, Leandro viste traje casual a la medida de Emporio Armani, una camisa de mangas largas, color negro, con un pantalón a
Capítulo 14. París. Leandro acaricia su mejilla, deslizando sus dedos hasta su barbilla, acariciando el hoyuelo de su barbilla. —Mi padre es la cara pública de la familia; se inclina mucho a los negocios en el exterior, mientras que yo prefiero mantener un bajo perfil. Siendo quien dirige las operaciones, soy, digamos, una especie de líder en sucesión, tomando poco a poco el carro; no tengo apuros, dirijo los diversos proyectos que se me asignan y no hago alarde de ello. —Hablas de liderazgo, y cuando tuviste esa llamada, había muchas más personas. ¿Es un negocio familiar? ¿O todos tienen sus propios intereses? —De hecho, sí, solo una familia numerosa; mis abuelos aún viven, ellos son los que liberan todo desde un punto más alto, residen en Sicilia y vienen cuando es necesario. Hacemos ciertas reuniones para poner todo al corriente. Ellos tuvieron tres hijos; mi tía Elena es la mayor, ella se casó con un agente especial de las fuerzas especiales, tuvieron dos hijos; mi primo El
Capítulo 15. placer. Ambos se apoyan rozando sus labios, se sienten, sienten la tensión que hay entre los dos, la sensación que se siente al sentir su respiración, esa conexión que los une en un intenso beso. Leandro la toma de las caderas y ella apoya su mano izquierda en su pecho y la derecha en su mejilla, profundizando el beso. De repente explotan fuegos artificiales cerca de la torre Eiffel, lo que los lleva a alejarse; ella voltea a ver lo hermoso del paisaje sin notar la mirada de Leandro, quien la enfoca serio. Al caminar hacia el espectáculo, ambos se toman fotografías, llegando a una terraza donde hay música. Él la hace girar, llevándola nuevamente contra su pecho, moviéndose lentamente al ritmo de la música clásica. Ambos disfrutan de una noche increíble, recorriendo París, entre besos, bebidas y caricias, llegando nuevamente al avión para volver. —Lo disfruté mucho, gracias—le dice ella acariciando su mano, mientras se preparan para el despegue. Al estar en el air
Capítulo 16. Visita. Leandro se mete a la ducha y se prepara para continuar con su trabajo, cuando un mensaje en su celular lo vuelve a distraer. P: Señor, mire lo que acaba de llegar. Leandro abre el video donde aparecen Julián, su novia, la secretaria y Noham, siendo recibidos por Sergio y Selín, quien es casada por su hermano, quien la trata muy amoroso, diciéndole cosas al oído. Ella sonríe ligeramente y le da un beso en el cuello, enfocando a la secretaria, quien se intimida ante ella, la salida cortés, permitiendo que ella llegue hacia Noham, quien la toma de las mejillas y le da un intenso beso en la mejilla. Él también le pronuncia algunas palabras y le entrega lo que parece ser un regalo. Selín lo recibe formal, siendo atrapada por su hermano entre sus brazos, mientras la guía al auto, aún hablando con ella discretamente entre los dos, hasta llegar al auto. P: ¿Quiere que los siga, señor? L: Hazlo. Una hora después, llegan a la casa de Selín. Todos se van a queda
Capítulo 17. Club. Mientras Selín disfruta con su hermano y sus amigos en el club, en la mansión Bernaldi Gil, una gran celebración ha dado inicio; amigos de Maximiliano y Yarianny llegan a la noche de juegos, junto a varios invitados especiales, que ponen tensión al momento. —Buenas noches… —dice Irene, enfocando su mirada en la de Leandro. —Buenas noches, Irene, bienvenida… —Aclama Yarianny con emoción. —¿Cómo está, señora Bernaldi? Le traje vino; no quería llegar con las manos vacías. —No te hubieras molestado, cariño, muchas gracias, iré a pedir que los pongan en la mesa. Irene entra siendo recibida con alegría; muchos la conocen y saben lo inteligente y profesional que es. Además, para nadie es un secreto que ella siempre ha estado enamorada de Leandro desde que eran adolescentes e incluso, él fue su primera vez en un jacuzzi, pero ella jamás se lo dijo. Todos esperan que ellos al final se unan; después de todo son hijos de dos grandes líderes de la mafia, las ex
Capitulo 18. Placeres culposos. Leandro la detiene, tomándola del cuello, la vuelve a besar; sus labios se tocan ansiosos, queriendo más, pero ella lo detiene. —Déjame ir, ella se va a preocupar. — Escápate conmigo, ven a dormir en mi cama esta noche. —¿A dormir? —Sonríe ligeramente—. Tengo compañía y tú también. —No me importa, ven conmigo… —pide, acariciando sus labios, terminando en un nuevo e intenso beso. —Lo pensaré—le dice mordiendo ligeramente su labio inferior mientras toca con sus uñas la tela de su pantalón en la zona de su miembro. Llevando a Leandro a morderse el labio, mientras la ve alejarse. Al volver, Selín se gana la mirada de Irene, ya que su amiga volvió sola, con una mirada llena de maldad. Selín le pasa por el frente, sin determinarla, caminando directamente a su mesa, donde su hermano, el abogado, la acomoda sobre su regazo para hablar discretamente con ella. —¿Estabas con ese tipo? —Es él de quien te hablé. —¿Esa no es su novia? —Lo dudo,
Capítulo 19. Iniciativa. Selín lo rasguña, sintiendo que va a explotar; tiene un intenso clímax que lo baña completamente. Ambos han tenido su orgasmo; al verla correrse en esa magnitud, Leandro entiende que ha hecho un muy buen trabajo, por ello la ayuda masajeando su clítoris, lo que causa que ella termine de correrse. Está roja; ambos sudan agitados, agitados. Ella lo abraza, acostada sobre él, acariciando su pecho. —Vamos a la ducha, déjame ayudarte a quitarte esto… —Leandro le suelta la pulsera y Selín se levanta rápido intentando evitarlo. —NO… —grita exaltada. Al intentar quitar su mano, lo que hace es ayudarlo a que le termine de quitar la pulsera. Ella se cubre la mano, llamando la atención de Leandro, quien nota cómo ella le baja la cabeza, igual que lo hizo en el vídeo con su hermano. Lo que la revela muy vulnerable, algo que inquieta a Leandro. —¿Qué pasa? —pregunta Leandro, intentando que ella lo vea, pero Selín aparta su mirada. —Devuélvemela, por favor. —P
Capítulo 20. Juegos sexuales. Selín lo acomoda en la cama, donde ella se sube sobre él, causando que Leandro quiera tocarla, pero ella solo corresponde a sus besos, sujetando sus manos a la cama. —¿Me atas? —pregunta, incómodo. —También te ataré los pies. —¿Es una broma? —le dice mirándola desconcertado. —No, te dije, al aceptar, estás aceptando que haga lo que yo desee y tú no puedes decir que no. Te voy a explicar un poco: yo fui una sumisa, alguien que servía a un dominante o amo, la categoría más alta de todas. Existen varias facetas como Sádico, Daddy o Mommy; aquellos que se denominan papi o mami, les gusta que los traten así. A mí no me gusta ese rol; están Tarn y Dueño o Jinete, que son roles parecidos al dominio. Yo, en particular, juego a Dominante, Amo y Sumisa. Te daré un ejemplo, mi hermano. —¿Tu hermano? —¿Esto viene de familia? —La hace sonreír. —Así parece, mi papá es un amo, tenía de sumisa a mi mamá y a otras personas. Aquí puedes jugar con cualquier persona