Capítulo 32. Dormidos, piel a piel, ella sobre él, con sus manos entrelazadas, agotada, sin fuerzas para levantarse, se ve obligada a abrir los ojos, notando el arma bajo la almohada. Ella suspira pesado, apenas puede moverse sin despertarlo, se levanta con cuidado, va al baño a orinar, queda unos minutos frente al espejo, notando los pequeños chupones en su cuerpo y las imágenes de anoche inundan su mente, haciéndola cerrar los ojos. Sonríe ligeramente, acariciando sus labios al recordar su beso. Ella abre los ojos, se lava un poco y camina de vuelta a la cama, donde lo ve dormido. Es un desastre, tiene su mundo de cabeza, pero la hace sentir una paz increíble. Al subirse a la cama, Leandro la sostiene, cubriéndola con la sábana, la acomoda sobre su pecho abrazándola. —Eres mía, ratoncita —dice soñoliento, sacándole una sonrisa. * Al volver a despertar, son más de las 10 am; Selín abre los ojos ante el sol radiante que entra por la ventana. Ella se levanta notando que él no es
Capítulo 33. Segunda parte del plan. Todos se reúnen a almorzar; la reciben a Selín con alegría, dejando atrás lo sucedido por la noche, y conocen mucho más de ella. —Y además sabe 9 idiomas —dice Leandro, llamando la atención de Selin, quien se sonroja. —Una mina de oro, tienes suerte, primo. Selín, ¿qué haces con este tipo? —Una mujer como tú no debería de andar con este imbécil —Orlando le busca juegos. —Tú solo estás celoso porque tengo a mi propia bilingüe. — Ambos hacen que se pelean, haciendo reír a todos. —¡Basta, jóvenes! Incomodan a nuestra invitada. Ambos se calman al escuchar a Emma. Caminando abrazados a sus sillas, Leandro y Orlando parecen mucho más hermanos que Leandro y Bruno, ya que crecieron y entrenaron juntos desde muy pequeños. Se nota el respeto, el afecto y el cariño que se tienen todos; son muy unidos y Selín puede ver eso. —Gracias por venir, Selín, espero volver a verte pronto—le dice Yarianny. —Claro que sí, gracias por la invitación a c
Capítulo 34. Desesperación. Selín, al llegar a casa, intenta contactarlo, pero Leandro ve su llamada y no la responde. Es ella o su familia; las dos cosas a la vez ya es ambición. Un buen líder no pone a su familia en riesgo; sus abuelos lo dieron todo por protegerlos. Ella es la distracción para el gobierno y para muchos, aunque cause en él algo que no había sentido por nadie; la extraña en todo momento. —¿Qué pasa, cariño? —¿No tienes ganas hoy? —Eva ha llegado de sorpresa a la base; después de tanto tiempo sin verlo, ella empezaba a preocuparse, pero de Leandro solo obtiene su cuerpo; su atención está en otra parte. —Vete a casa, hoy no, yo te llamo —dice haciéndole una señal a Perales que se la lleve de vuelta. Tras pasar horas sin poder comunicarse, Leandro le responde. S: ¿Por qué no me has respondido? Llevo toda la tarde intentando hablar contigo. L: Estaba ocupado, dime, ¿qué pasa? Selín se queda en silencio por un instante. S: Hay unos oficiales fueron a in
Capítulo 35. Ansiedad. Selín pasa la noche en vela cuidando de él. Cuando tiene fiebre, ella ocupa el lugar de la enfermera, quiere cuidarlo, lo trata con tanto amor y delicadeza que su corazón se rompe al verlo tan pálido, que no abre los ojos. * Por la mañana ella toma una ducha, necesita incorporarse en su vida o eso traerá alarmas a su padre, ver si la policía ya intervino en todo esto. Ella se cambia de ropa con cosas que Perales envió a buscar y sale del edificio, dejando a Leandro a su cuidado. Al llegar a la entrada, Selín tiene un Ferrari nuevo, del mismo color y placa. ¿Qué demonios? Ella mira el auto y sin rayones, aún huele a nuevo por dentro, lo que le confirma que reemplazaron el de ella. ¿Quién y por qué? Selín se regresa al departamento, donde enfrenta a Perales por preguntas. —Pensé que al salir me enfrentaría con la policía por lo sucedido, pero no, hay un auto afuera, igual al mío, con la misma placa. ¿Cómo lo hicieron? ¿Por qué? —Señorita, creo que las respue
Capítulo 36. De vuelta.Leandro abre los ojos asustado, nota que está en el departamento de Eva, en su habitación, conectado a máquinas, enfoca a su lado un peso en su mano derecha, encontrando a Selín dormido con su mano entrelazada a la suya. Su corazón da un vuelco, se siente pesado, su cuerpo duele y sus ojos se cierran nuevamente sin poder evitar su cansancio, ante los médicos que le pusieron para calmarlo. * Al despertar, Selín lo besa como cada mañana, se despide de él y se marcha muy triste de verlo aún dormido. En estos días, apenas ha comido o descansado; además, su periodo ha llegado más fuerte y abundante que nunca. Se ha estado sintiendo muy mal, apenas se concentra en clases y en la empresa todo lo está haciendo Noham. Ella no tiene cabeza más que para dar y autorizar órdenes; está tan distraída que al escuchar su celular, ella apenas lo ve de reojo. Sin embargo, el identificador es desconocido, lo que la pone tensa. Selín toma su celular un poco nerviosa por el n
Capítulo 37. Desilusión. Ella no demora en quedarse dormido ante sus caricias en su espalda. Leandro piensa bien sus próximos movimientos; ya todo va tan rápido que cambiar los planes ahora pondría a más personas en riesgo. Esto es un claro mensaje de los rusos, se habían tardado en atacar, siente que aún hay cosas por venir. No puede seguir esperando que las cosas pasen, lo tomaron desprevenido esta vez, necesita salir de la cama lo más rápido posible y volver al juego. * Dos días después. Selín está en la universidad pidiendo permiso para su viaje; pasará unos días en América y hoy por fin lo hablará con Leandro. —¿Vienes a la empresa? —pregunta Noham, incómodo al verla marchar en ciertas ocasiones. —Voy a hacer algunas cosas; te veo en la casa. Debemos empacar para el viaje mañana. —Está bien, te esperaré; pediré que preparen el avión de la empresa para el viaje. —Sí, dile a Sergio que tenga todo listo. Selín se sube a su auto, conduciendo a la casa de
Capítulo 38. Impotencia. Leandro se siente impotente, mientras que Noham no pierde su oportunidad. Al escucharla llorando por celular, él la ha ido a buscar, haciéndose pasar por su esposo. Sube a la suite, donde Selín le abre pensando que es el servicio de bebidas que pidió. —¿Qué haces aquí, Noham? ¿Cómo me… Mi papá quiere volverme loca. —Lo hizo por si surgía una emergencia; solo quiere protegerte. Selín lo mira fijamente. —¿Te dijo lo que pasó? —Para la familia no es un secreto, Selín, dime qué te pasa, ¿por qué estás llorando? —No es nada, Noham, si vine aquí es porque quiero estar sola. —Me tienes preocupado, has cambiado mucho. —No es nada personal, tengo mis propios asuntos. —Selín camina a la suite donde llega el mesero con dos botellas de vino. —Buenas noches, señora, sí, pedido. —Gracias. Selín toma las botellas y se adentra a la suite; Noham le da propina al mesero y entra a la suite. —Vete, Noham. —Déjame acompañarte a tomarte esas botellas, co
Capítulo 39. Operación exitosa. La noche de Leandro ha sido larga; ha estado en Milán, dándole un toque de gracias a los rusos, un baño de sangre por venganza, mientras que envía con ellos mismo un regalo Aleksei. —Se escaparon varios hombres, tenemos que encontrarlos, señor. — Dale la información a Lorena, toda la que necesite; ella sabrá qué hacer. —De inmediato, señor. Leandro está herido; una bala lo rozó en un costado. Derrocar una base no es fácil y él lo ha hecho en una noche, tomando la mansión y el búnker como si fueran suyos. A: Leandro, ¿estás bien? Alessandra lo ve con el Vant, que lo enfoca débil descansando sobre el suelo; sin embargo, la herida no es la que le duele, sino saber que Selín lo despreció y prefirió a Noham antes que a él. L: Voy a estar bien. A: Ya todo está listo para el envío a américa. L: Bien, infórmame de la situación. Leandro descansa sobre el pasto del jardín cubierto con los cuerpos sin vida de sus enemigos, sintiendo un vacío