Capítulo 37. Desilusión. Ella no demora en quedarse dormido ante sus caricias en su espalda. Leandro piensa bien sus próximos movimientos; ya todo va tan rápido que cambiar los planes ahora pondría a más personas en riesgo. Esto es un claro mensaje de los rusos, se habían tardado en atacar, siente que aún hay cosas por venir. No puede seguir esperando que las cosas pasen, lo tomaron desprevenido esta vez, necesita salir de la cama lo más rápido posible y volver al juego. * Dos días después. Selín está en la universidad pidiendo permiso para su viaje; pasará unos días en América y hoy por fin lo hablará con Leandro. —¿Vienes a la empresa? —pregunta Noham, incómodo al verla marchar en ciertas ocasiones. —Voy a hacer algunas cosas; te veo en la casa. Debemos empacar para el viaje mañana. —Está bien, te esperaré; pediré que preparen el avión de la empresa para el viaje. —Sí, dile a Sergio que tenga todo listo. Selín se sube a su auto, conduciendo a la casa de
Capítulo 38. Impotencia. Leandro se siente impotente, mientras que Noham no pierde su oportunidad. Al escucharla llorando por celular, él la ha ido a buscar, haciéndose pasar por su esposo. Sube a la suite, donde Selín le abre pensando que es el servicio de bebidas que pidió. —¿Qué haces aquí, Noham? ¿Cómo me… Mi papá quiere volverme loca. —Lo hizo por si surgía una emergencia; solo quiere protegerte. Selín lo mira fijamente. —¿Te dijo lo que pasó? —Para la familia no es un secreto, Selín, dime qué te pasa, ¿por qué estás llorando? —No es nada, Noham, si vine aquí es porque quiero estar sola. —Me tienes preocupado, has cambiado mucho. —No es nada personal, tengo mis propios asuntos. —Selín camina a la suite donde llega el mesero con dos botellas de vino. —Buenas noches, señora, sí, pedido. —Gracias. Selín toma las botellas y se adentra a la suite; Noham le da propina al mesero y entra a la suite. —Vete, Noham. —Déjame acompañarte a tomarte esas botellas, co
Capítulo 39. Operación exitosa. La noche de Leandro ha sido larga; ha estado en Milán, dándole un toque de gracias a los rusos, un baño de sangre por venganza, mientras que envía con ellos mismo un regalo Aleksei. —Se escaparon varios hombres, tenemos que encontrarlos, señor. — Dale la información a Lorena, toda la que necesite; ella sabrá qué hacer. —De inmediato, señor. Leandro está herido; una bala lo rozó en un costado. Derrocar una base no es fácil y él lo ha hecho en una noche, tomando la mansión y el búnker como si fueran suyos. A: Leandro, ¿estás bien? Alessandra lo ve con el Vant, que lo enfoca débil descansando sobre el suelo; sin embargo, la herida no es la que le duele, sino saber que Selín lo despreció y prefirió a Noham antes que a él. L: Voy a estar bien. A: Ya todo está listo para el envío a américa. L: Bien, infórmame de la situación. Leandro descansa sobre el pasto del jardín cubierto con los cuerpos sin vida de sus enemigos, sintiendo un vacío
Capítulo 40. Regreso al pasado. Al salir Sergio, Selín se sienta en la cama recomponiéndose; los medicamentos que le han puesto la ayudan con los cólicos menstruales que la están inquietando, pero nada cura su corazón desesperado. Ella se sienta en la cama tratando de no pensar demasiado las cosas, cuando un nuevo mensaje la distrae de sus pensamientos. L: Te has ido a América, más cerca de ese hijo de puta, con toda la noticia de lo sucedido… Solo cuídate, Selín. Selín acomoda su celular a un lado, recibiendo a su madre y a Alma. —Te traje de comer; tu amiga quiso pasar a verte. —Hola, Selín, ¿cómo te sientes? —Alma se incorpora con ella. —Mucho mejor, no ha sido nada, no te hubieras molestado en venir. —Para nosotros eres familia, por supuesto que me preocupas. Selín se pone seria. —¿Has logrado tu objetivo de viaje? —pregunta sin rodeos. —Lo he hecho, sí, gracias a ti, mi abuela no se equivocó cuando dijo que tú eras la indicada. —Sí, bueno, aún dudo en si re
Capítulo 41. Regreso del pasado. Leandro se queda pensativo mientras se desviste para tomar una ducha. Las cosas están dando giros inesperados; si sus enemigos saben sus planes, entonces todo tendrá que cambiar. En estos momentos no confía ni en la suela de sus zapatos; se mantiene tranquilo sabiendo que Selín está con su familia y que allá nadie se atrevería a lastimarla. Además, Alma aún sigue cuidándola. * Tras noche sin poder descansar, Leandro descansa plácidamente, sin poder sacar de su mente esos sueños que inundan su mente, causando que en ocasiones desee llamarla o escribirle, aunque sabe que ella no quiere saber de él. —Señor, buenos días, quiero informar que el paquete ha sido entregado. —da aviso Perales. —¿Y ella? —Viene en camino, señor; estará aquí cuando menos lo espere. —Bien, prepara todo, iremos a la base a recibirla. * Rusia, base de Aleksei. —¿Cuántos son? —pregunta el hombre mirando los cuerpos sin vida de sus hombres. —Son múltiples bajas,
Capítulo 42. Amenaza. Dos hombres interrumpen en la habitación; los gritos de Selin y Sergio son en vano, por más que lo intentan, nadie viene a su encuentro, más que más hombres armados dispuestos a todo por llevarse a Selín, quien forcejea sin éxito, luchando contra los hombres de seguridad encapuchados que intentan someterla. —No, no, suéltala, déjala. —Sergio ruega viendo cómo la maltratan. Selín los muerde e intenta pelear, luchar, hasta que una voz la paraliza. —Detente—ordena un hombre que ve que la están maltratando. —Suéltame, hijo de puta. —Selín le da una patada en sus partes y retrocede, intentando recomponerse sin éxito, ya que tropieza contra el pecho del hombre que se hizo escuchar. —Con que aquí te escondes de mí, miobelo. —Selín abre los ojos como platos, intentando alejarse, pero él la sujeta del cuello; su cuerpo tiembla, su respiración se entrecorta, enfocando a los ojos a su ex, quien se quita el antifaz, dejando ver su rostro quemado en un costado por la h
Capítulo 43. Desafío. Alma encuentra a los de seguridad dormidos; parece que los han drogado y los dejaron en la cochera. Los de seguridad se encargan de organizarlo como estaban, mientras que Alma sube a ver a Selín, encontrando a Sérgio intentando darle agua con azúcar. —Selín, habla conmigo, ¡Dios! No me hagas esto. —Déjame verla. —Alma lo hace a un lado. Ella revisa a Selín, notando que está en un estado de shock, una consecuencia del estado de pánico que no le permite reaccionar. —No la vas a hacer reaccionar, ha sido un shock muy fuerte, está muy herida, debemos hacer algo. ¿Qué fue lo que pasó aquí? —El ex está loco, perdió la cabeza y quería llevársela, secuestrarla, entonces Selín se defendió como nunca; ella batalló, los golpeaba y, luchando, cayó por las escaleras. Luego tomó el arma que estaba en el suelo y le disparó a su ex, se escondió en el baño y les impedía acceder hasta que se fueron. Al ver que la policía venía, huyeron. —Huyeron, no les conviene que
Capítulo 44. Nueva York, 4:45 a. m. Leandro va en uno de los autos que rentó, directamente a la casa de Sergio. Tenía mucho que no venía a América; todo es diferente de lo que lo recordaba, y sobre todo sus alianzas. Ahora tiene más acceso a información y armas, una ventaja, ya que no pudo traer nada de casa; aquí lo tiene todo a la mano. A: Estoy en su casa; los padres de Sergio llegaron hace unos minutos y se encerraron en su habitación. Los de seguridad aún no despiertan; es un buen momento para que entren. L: Según el GPS, estoy a 5 minutos. A: Bien, bajaré para recibirlos. Ambos cuelgan; Alma se mueve, dejando por un momento a Selín, quien ha estado en la misma posición toda la noche. No ha podido cerrar los ojos, mira a un rumbo fijo, muy perdida de la realidad, mientras que Sergio ha tenido que cuidarse las heridas y Alma lo ha maquillado para disimular la situación. Alma le da la señal a Sergio para salir de la habitación. Ambos salen para recibir a Leandro, quie