Capítulo 45. *Inicio de la Venganza. Selín se relaja, sintiéndose más tranquila; sus besos la calman, haciéndola sentir más tranquila. —No lo has matado… —le dice Leandro acomodándose frente a ella. —¿Qué dices? —Lo he averiguado, aún sigue vivo, está herido, pero no morirá. —Sus palabras suenan como pesadillas. —Volverá, entonces no se ha terminado, volverá. —No, por ahora, no tienes nada de qué preocuparte. Ahora sabes que de esto nadie sabrá; lo que pasó queda en el olvido. Él no te va a demandar, te quiere a ti; mientras tú seas su objetivo, él no hará nada estúpido, puedes estar segura de eso. —Esta pesadilla jamás terminará. —Su celular suena.— Es mi papá de nuevo. —Responde la llamada, debe saber que estoy aquí, actúa con naturalidad y deja que esto pase. No quieres que él te envíe lejos de nuevo, entonces debes ser fuerte; esto que pasó pronto será parte del pasado, te lo aseguro. Toma valor y responde la llamada. Selín lo mira inquieta y toma valor, resp
Capítulo 46. Venganza. Como si fueran ninjas, los tres gatos saltan por los techos vestidos completamente de negro; no hay huellas de sus manos ni siquiera en su ropa. Han utilizado la técnica de limpieza de rastro. Todo el equipo que llevan y la ropa ha sido manipulada con guantes especiales, previamente con Cleanox, para eliminar las huellas anteriores, lo que los exonera de todo rastro. —Como en los viejos tiempos, Alma, uno más—le dice Lorena, viendo a Leandro saltar sin temor a la azotea, notando a dos hombres de seguridad a los que ataca disparándoles un somnífero para dormirlos. Al esconder a los hombres, Leandro le da la señal a las chicas con una luz roja y ambos saltan viendo la enorme distancia a la que se enfrentan, cayendo cerca de Leandro, quien recibe a Alma, que es la menos experta en los saltos largos. Al estar todos, sacan su equipamiento de calar, acomodan los mosquetones y se acercan al borde de la pared, del lado de la habitación de Alberto. Listos para la
Capítulo 47. Barbacoa. El amanecer resplandece con su brillo enceguecedor. Alma y Lorena han dormido un poco mientras que Leandro se mantiene firme aún; una muerte más que se suma a sus hombros. Es como recordar la primera vez que lo hizo: tenía 16 años y la guerra en la familia abrumaba a todos. Sus hermanos indefensos lo necesitaban y él, sin más, hizo lo que tenía que hacer por proteger a su familia. Así ha sido desde que tiene memoria, siempre velando por los suyos, por los que ama y, al final, las muertes por su mano toman valor al ver a sus seres amados vivos. —Larga noche, campeón, pediré el desayuno… —dice Alma tomando el teléfono para llamar a la recepción. —Iré a prepararme; ustedes también, saldremos en una hora. Necesito que ayudes a Selín a maquillarse; no quiero que sus padres vean sus moretones. —Pediré maquillaje por internet; espero que llegue a tiempo. Leandro asiente, moviéndose a la habitación, dejando a Lorena y a Alma intrigadas. —Esto será interes
Capítulo 48. Verdad. Leandro lo enfoca de la misma manera que Julián, colocando tensión en Selín, quien nota la escena a la distancia. —Todo va a estar bien, quizás necesitan hablar. —Selín mira a su madre y luego a Leandro con una mirada dulce, un brillo en sus ojos, que Selene no había visto antes. —¿Lo quieres, no es así? Selín la mira y sonríe ligeramente. —Mucho, mamá, más de lo que pensaba querer a alguien después de todo lo que ha pasado. —Tranquila, cariño, ya verás que pronto todo pasará y tú podrás ser feliz, cumplir con esos sueños que tanto deseas, formarás tu propia familia y serás muy feliz. —¿Tú crees, mamá? —Lo creo, claro que sí; si no es Leandro, será alguien más, pero estoy segura de que tendrás la felicidad que mereces. Selín sonríe, enfocando la diversión de las chicas, que cocinan una extraña ensalada dulce italiana, resaltando lo poco que sabe Lorena de cocina, lo que hace reír a Alma, quien la critica porque no sabrá cocinarle a Bruno, algo q
Capítulo 49. Rescaté de riesgo. Al verla desplomarse, Leandro ágilmente la toma en sus brazos y la levanta, cargándola. —Despierta, cariño… —Leandro, al ver que no reacciona, camina a la casa. Denme espacio. Todos se mueven; Selene, Julián hijo y Julián corren detrás de él hasta el sofá. —TRAIGAN ALCOHOL. —Orden, Julián, —sentándose del otro lado para ayudar a Leandro. —No puede ser, ha sido un impacto todo esto, se murió —exclama Selene, desconcertada. —Es lo mejor, muerto el perro se acaba la rabia, mamá, tranquilízate que pones peor a Selín. —Ella, no lo entiendo, debería sentirse tranquila, feliz, esta pesadilla terminó. —Seguramente la tomó por sorpresa, es un shock para ella —dice Alma. —Mi niña, mi niña hermosa, todo esto la tenía mal, seguramente está impactada —recalca Sergio. —Abran, denle espacio, está despertando. —Cariño… —Selín tose, ignorando a su padre, y romperen llanto ante Leandro. —Leandro, Leandro, él… —Leandro la sostiene apoyando su rostr
Capítulo 50. Verdad. Las chicas huyen; Alma deja a Lorena en el auto, mientras que ella vuelve a ayudar a Leandro, quien está en una lucha contra varios hombres, hasta la llegada de Alma. —Te cubro. Leandro se mueve a la camioneta; ambos, alterando, se cubren las espaldas. —¿Tienes la pieza? —pregunta Alma. —La tengo. Sube al auto, tenemos que salir de aquí antes de que lleguen más hombres. Leandro se mueve, va agitado, moviéndose; una bala rozó su hombro. Aún así, no se detienen, se suben a la camioneta y, mientras él los cubre disparando a los que lo siguen, Alma conduce, mientras que Lorena, con sus uñas, busca la bala en su costado. —¡¡AAAH!! —grita con una mordaza en su boca. Franco sabía que era una misión suicida, pero Leandro no se da por vencido, aprovechando el viaje. ¿Por qué no hacerlo personalmente? Incluso un día antes de lo que se había pronosticado, cuando no los esperaban. Los hombres que los siguen se voltean en medio del camino, lo que le da oport
Capítulo 51. Pérdida. Continente europeo, Italia. —Están de regreso, Lorena está herida, traigan al doctor rápido. —¿Lorena? —Bruno se tensa, corriendo a recibir a Lorena, quien viene pálida, temblando del frío por la fiebre.— Lorena, ¿qué carajos pasó? —Le dispararon en un costado, Leandro sustrajo la bala, pero perdió mucha sangre y no ha parado de tener fiebre —responde Alma. —Lo siento, hermano. —Leandro le habla y Bruno lo mira con frialdad. —Espero no sea grave; te dije que me llevaras a mí, no exponerla a ella. —Bruno, no discutan, por favor, yo lo siento —le dice Lorena muy débil. —Tranquila, cariño, ya viene el doctor, vas a estar bien, te lo prometo. Franco mira a su nieto y eso lo golpea, al ver el dolor en sus ojos, todo lo que está pasando, y cree que también hay más. —Tenemos que darnos prisa, llegó el avión de Selín. Gimena, toma dos grupos de seguridad y ve por la pieza; confío en ti para traerla. —Sí, señor, no se preocupe, la traeré a salvo. —Ven, vamos
Capítulo 52. Separación. *Días después. Irlanda, territorio Flower Leandro está perdido, sus demonios lo persiguen y le quitan el sueño. Ya han pasado varios días que está en la búsqueda de Noel, buscando por cielo y tierra, y se ha enterado de que se ha ido huyendo a América, donde lo están protegiendo, lo que lleva a la familia a reunirse en una fuerte discusión. —Esto pasó los límites, tu sobrino nos traicionó y puso en riesgo a toda la organización, no solo la mía, sino también a tus hijos. Orlando era quien iba por la pieza. ¿Qué hubiera pasado si en vez de Lorena, hubiera sido mi nieto? —Franco está furioso—. No tolero deslealtad en la familia, no importa quién cometa la falta, traición es traición, y si yo maté con mi propia mano a mi familia en el pasado, ahora no será diferente. —Yo lo respeto, tío, lo quiero por ser familia, pero mi abuelo tiene razón: su sobrino y su hermano son traidores; si consigo a su sobrino, lo mato, y a todo el que se interponga en mi camin