Roger había visitado una de las guaridas que aún no había sido descubierta por los príncipes. Ahí se encontró con Rudy y Azul, quienes mantenían cautivos a cinco niños recién capturados. Todos estaban atados y amordazados, sus ojos reflejaban el terror y la incertidumbre de su propio destino.
- Esta vez nos hemos asegurado de que fuesen plebeyos – le dijo Rudy a Roger – Así, nadie se molestará en buscarlos.
- Manténgalos así mientras preparo mi equipo – indicó Roger. Luego, miró a Azul y, con una señal, le dijo – sígueme.
Azul obedeció. Roger la llevó a un cuarto oscuro, donde había una mesa repleta de jeringas, sondas, trapos y tubos de ensayo.
Cuando la mujer se dispuso a ordenarlo todo, Roger se sentó en su silla y lanzó un largo suspiro. Ella se detuvo y estuvo a punto de preg
Apenas llegaron al palacio, la reina ordenó a los príncipes a que no salieran bajo ningún motivo. Así es que se comunicaron con Rhiaim y Yehohanan para explicarles la situación. Cuando escucharon lo de la extracción de sangre ilegal a los niños, se aterraron al saber que un ser humano pudiese ser capaz de semejante atrocidad por un deseo egoísta. Durante la conversación, Yehohanan dijo:- Mi espía llamada “Azul” consiguió infiltrarse con éxito. Pronto me dará un informe por escrito y se los enviaré para que lo gestionen junto con la reina. Pero estoy preocupada, ahora que ese tal Roger sabe que la reina intervino en este asunto de forma directa, estoy segura de que no descansará hasta sacarla del camino.- ¿Les dijo por cuánto tiempo deben permanecer encerrados? – preguntó Rhiaim.- Dijo que hasta que surgiese otro caso
Al día siguiente, la reina Panambi recibió en su trono a quienes serían los escoltas del príncipe Brett, contactados por el mismo príncipe Rhiaim. La joven monarca se percató de que en verdad eran nobles caballeros, cada uno experimentado en distintas áreas y con un gran historial de batallas y enfrentamientos que liberaron en el pasado.Uno era un joven rubio de ojos azules, alto y delgado, que lucía una armadura azul propia del reino del Oeste y que denotaba sus orígenes. El otro era un pelirrojo de ojos verdes, que portaba una armadura plateada típica del reino del Norte ya que, el mismo, era considerado un guerrero de ese país.- Bienvenidos al palacio – les saludó la reina, manteniendo una expresión neutra – han sido convocados para ser los escoltas principales de mi esposo, el príncipe Brett del reino del Este. Me han dicho cosas buenas de ustedes, as&iac
Brett decidió cenar en su habitación, debido a que quería leer un libro que le prestó Zlatan de su recién instalada biblioteca privada. El caballero Luis se había quedado dormido sobre una silla, por lo que el joven príncipe supuso que hizo un largo viaje desde la mansión de su esposa hasta el palacio real.“Ahora si estoy siendo tratado como el esposo de una reina” pensó Brett, mientras finalizaba su cena. “Solo unos nobles caballeros pueden escoltar al hijo o pareja de una monarca. Mis hermanitos siguen teniendo sus escoltas de siempre, pero ahora que el guerrero Zafiro está entrenando a los soldados Van y Rojo, confío en que éstos orienten a esos soldados y les hagan ser leales a nosotros. Será un trabajo duro, pero puedo gestionarlo por ahora”En eso, vio que su comunicador emitió un par de pitidos. Así es que lo activó y se llev&o
La reina Panambi salió de su oficina bastante tarde. Si bien todavía no terminó con las gestiones, decidió tomarse un descanso. En el Instituto de las reinas le aconsejaron que una reina también necesitaba darse un respiro para evitar colapsar por el sobre exceso de trabajo.“Quizás pueda pasar el tiempo con uno de mis esposos”, pensó la reina. “Ellos ya cuidaron de mí. Es hora de recompensarles por el duro esfuerzo”.Decidió comenzar por Brett, ya que era el mayor y el que más le gustaba. Si bien con Eber sentía mucha química, con Brett sentía calma y, también, deseos de protegerlo contra el mundo cruel.Fue así que encontró la puerta de su dormitorio abierta. Eso le extrañó, ya que el joven príncipe siempre mantenía cerrada su puerta. Así es que dio una ojeada y lo encontró reunido con
Escuchó que alguien tocaba la puerta. Pensando que podría ser uno de sus hermanos, exclamó:- ¡Quiero estar solo! ¡Vete!- Majestad, el príncipe Brett me pidió que te llevara ante él con vida – escuchó la voz del caballero Luis al otro lado de la puerta – Por favor, no preocupe a su hermano, de verdad se está esforzando en protegerlo.- ¡No necesito que me protejan! – bramó Uziel - ¡Así es que mejor regresa con tu “princesita”, caballero de dudosos gustos!“Por lo menos el príncipe Brett era más dócil y educado a su edad”, pensó el caballero Luis, dando un ligero bufido. “En verdad al príncipe Uziel le dio fuerte la adolescencia. ¿Dónde está el niño adorable que creía en hadas y el poder divino de los cabellos largos?”Zafiro, quien e
Con el paso de los días, ya se dejaron de reportar casos de desapariciones de niños. Sin embargo, traían a cada tanto a uno que otro sospechoso para interrogarlo. Pero nadie parecía saber el aspecto del tal Roger y dónde se encontraba oculta su base.Durante su reclusión, Brett supervisó personalmente a Tim y Sam, quienes demostraron ser muy serviciales y estaban dispuestos a apoyarlo como principales contactos con el mundo exterior. También solía acompañar a Van y Rojo en su entrenamiento con Zafiro, admirándose cómo sus escoltas temporales estaban fortaleciéndose gracias a las instrucciones del fierro guerrero del Norte.En cuanto a la relación de la reina con sus esposos, ésta se aligeró notablemente. Panambi solía pasar el tiempo con ellos en sus tiempos libres, pero aún no pudo establecer cómo se “repartiría” entre
Y así llegó el día esperado.Muchos nobles asistieron con sus respectivas máscaras. Algunos se esmeraron en elaborar un disfraz completo y, otros, solo atinaron a ponerse algún bonito traje de gala sumado a un antifaz.Por su parte, los príncipes se encargaron de recibir a los invitados, bien ocultos debajo de sus disfraces. Brett lució una túnica roja con una máscara de media luna; Eber lució su armadura de bronce, junto a un casco que cubría tanto sus cabellos rojizos como su rostro; Zlatan se disfrazó de su personaje favorito, el cual era un pirata de una novela de aventuras que vestía vaqueros, botas, chalecos, sombrero de calavera y antifaz negro; Uziel, en cambio, se vistió con un conjunto negro y una máscara roja con forma de un dragón.La idea de Brett era hacerse pasar por meros sirvientes para que, así, los invitados se relajaran ante
Rhiaim y Yehohanan llegaron un poco después del tumulto. Se encontraron con los más jóvenes y éstos le explicaron lo sucedido.- ¡Fue una suerte que tardaran en llegar! – dijo Zlatan - ¡Calmar a los invitados fue muy estresante!- Ese Brett me sorprendió – dijo Uziel – Pudo guiarnos en esta operación y detectó al intruso de entre tantas personas enmascaradas. En serio… ¿Cómo lo hace?Rhiaim no evitó sentirse orgulloso por Brett, al saber que se estaba comportando como un verdadero príncipe y líder.- ¿Dónde está ahora? – preguntó Rhiaim – tampoco veo a Eber.- Están interrogando al intruso – respondió Zlatan – a nosotros nos dejaron aquí para seguir atendiendo a los invitados.La pareja se sentó en su mesa asignada. Al final, no pudieron disfru