Mientras tanto el negocio prosperaba y las minas de diamantes estaban casi en su poder, obviamente no hablaban de diamantes, sino que hablaban en clave, el rey sabía que no podía confiar en nadie, ni siquiera en esa hermosa chica que estaba allí con ellos, cualquiera podía ser un espía, la gente era fácil de comprar y, en su experiencia, había logrado comprender que todo el mundo tenía un precio.Pero durante toda la reunión él estuvo pensando en aquel aroma que pudo identificar en la mujer cuando la tuvo cerca y sobre todo aquel lunar que había en el cuello de ella, era seductor y peculiar.Cuando les llenaba las copas y se acercaba él, Darius intentaba recordar dónde había visto antes el lunar y de repente algo hizo clic en su mente, algo lo transportó aquella noche cinco años atrás, donde sus recuerdos estaban perdidos y nublados, pero era como si su cercanía los hubiera desbloqueado.¿Podía ser esa mujer del antifaz la misma chica que él había tomado aquella noche? Sí, a pesar de
Poco tardó el rey en llegar al palacio y caminar a paso apresurado hasta las habitaciones que habían sido asignadas a aquella mujer, estaba de muy mal humor, con ganas de ponerla en el lugar que le tocaba, que era a sus pies, como el de todos sus súbditos, pero en especial a su maldita concubina, eso era su concubina y se lo haría saber, empezaría por recordarle las obligaciones que tenía con él.— ¿Dónde estás?— gritó dando un portazo y haciendo que las doncellas que atendían a Sahira se asustaran primero y luego se arrodillaran al ver que era su Rey quién había entrado.Él las hizo levantarse con un despreocupado movimiento de su mano y caminó hasta la que estaba más cerca.— ¿Dónde está ella?— preguntó intentando controlar su temperamento para no asustar más a la chica.El rey estaba seguro de que no la encontraría allí, pues la había visto hacía solo un rato en la casa de juegos, aunque tal vez le había dado tiempo a volver, de un modo u otro la castigaría por su desfachatez.— La
Maryam, como cada mañana, despertó temprano, tenía a cuatro niños a los que arreglar para llevar a la escuela. Aún recordaba como la noche anterior su madre se había burlado de ella diciendo que no llegaría a nada, que con esos cuatro niños nadie la iba a querer y que había desperdiciado su belleza por una noche de placer, a saber con qué muerto de hambre cuando ella podía haber sido la esposa de un noble.Ya estaba acostumbrada a los desplantes de su madre, pero no le importaba, tenía a sus cuatro niños, sus cuatro tesoros, lo único bueno que sacó de esa experiencia y a quienes amaba más que a su propia vida.Llenó la mesa con Pancakes en forma de corazón y caminó hasta la habitación de los cuatrillizos, dos niños y dos niñas, las chicas eran gemelas idénticas, era muy difícil diferenciarlas, aunque ella, como su madre, sabía exactamente cuál de las dos era en todo momento, incluso de espaldas estaba segura de que podría diferenciarlas y no es que hubiera algún tipo de señal físico q
Darius caminó hasta el cuartillo y entreabrió la puerta viéndola observando uno de los documentos que Alí y él estuvieron cotejando, por un momento se tensó al suponer que podía ser una espía de sus enemigos, pero luego recordó que estaban escritos en un idioma que era imposible que esa mujer supiera, uno muy antiguo que solo ciertas castas de nobles conocían todavía y que jamás habían sido enseñados a las clases obreras, aquello lo relajó.Por otro lado, si no estaba ahí espiando sus informes, estaba ahí buscándolo a él. El rey negó sonriendo por esa mujer tan descarada y evidente que pretendía meterse en su cama de nuevo fuera como fuera ¿Tal vez debería darle el gusto? Al fin y al cabo estaba gastando mucho dinero en ella manteniéndola, quizá debería cobrárselo.El Rey negó sin saber realmente bien si estaba halagado o molesto por el comportamiento de aquella mujer y cerró la puerta, dejaría que sus hombres siguieran con la inspección del lugar mientras él buscaba con que relajarse
Maryam estaba impresionada, por un instante le costó reaccionar. ¿Era esa su hermana? Había desaparecido cinco años atrás. Cuando se quedó limpiando la habitación en la que había sido abusada para que ella pudiera marcharse a casa.Maryam siempre se preocupó por lo que podía haberle pasado a su hermana, tanto que ni siquiera llegó a contarle a su madre la verdad. ¿Cómo se le dice a una madre que su hija ha desaparecido por su culpa?El corazón de Maryam palpitaba con fuerza mientras empezaba a correr tras esa mujer para ver si realmente ella era quien creía o solo se le parecía, pero con lo que no contaba es que su jefe todavía la estaba buscando para terminar lo que había empezado en el despacho.— Maryam, por fin te encuentro — el jefe la miró de arriba a abajo, en ese instante sentía que estaba todavía más deseable, toda húmeda y mojada. Joder qué sexy era esa mujer.— Yo…— ella intentó ver por encima de los hombros de ese hombre y pasar a través de él, pero eso solo hizo que el vi
Un gemido salió de los labios de Maryam en el momento en que él la alzó y ella se vio obligada a sujetarse con las piernas de sus caderas para no caer, estaba excitada y demasiado mojada en su feminidad como para no dejarse llevar por lo que el cuerpo le pedía.Tal vez esa no era su primera vez, tal vez ya le habían forzado a hacer eso mucho antes, pero en ese instante era la primera vez que ella lo deseaba y aunque estuvo muy tentada a parar a aquel hombre, quería saber lo que era el sexo deseado, tal vez así sería capaz de borrar de su piel lo sucedido años atrás, tal vez el horror de lo que vivió sería suplantado por ese nuevo recuerdo que encendía su cuerpo, porque era innegable lo que ese hombre le provocaba cuando lo tenía cerca.— Si quieres que pare, este es el momento — dijo Darius con la respiración alterada, ayudándose con la pared para sostenerla y llevando una mano entre las ropas de la mujer para ayudarse a levantar todo su vestido hasta llegar a la ropa interior de la c
Los grilletes apretaban demasiado sus muñecas y Maryam tenía la piel tan delicada que estaba segura de que le estaban haciendo herida. Eran pesados, fríos y dolorosos, a pesar de intentar ser fuerte, no podía evitar llorar en la parte trasera del coche del carruaje en el que los guardias la trasladaban mientras era llevada hasta los calabozos como si fuera una delincuente.¿Cómo había sucedido aquello? ¿Por qué estaba siendo tratada como una asesina sin ninguna prueba más que la acusación de la esposa del hombre que quería abusar de ella?¿Por qué la vida se volvía tan difícil para ella cuando parecía que por fin empezaría a estar mejor?— Señores, yo no hice nada, de verdad deben ir a la oficina y buscar la nota que les dije. Me tendieron una trampa, me citaron en esa habitación y cuando llegué ese hombre ya estaba muerto. — Aseguraba Maryam entre lágrimas, esperando que la creyeran.Los guardias solo se reían, estaban acostumbrados a que todos los detenidos dijeran ser inocentes, ya n
Ana lloraba desconsolada, llevándose las manos a los ojos y quejándose continuamente de que iba a ser de su vida, cómo iba a sacar adelante sus niños, y de que ya podía olvidarse de tener una vida mejor algún día.— Abu… Abu ¿qué pasa Abu?— preguntó Amira. La pequeña de las gemelas y la tercera en el orden de nacimiento.— Mi hija es una asesina, mi hija mató a un hombre. ¿Y ahora yo que voy a hacer, cómo voy a mantenerme? — decía entre lágrimas haciendo que los pequeños quedaran sorprendidos por las palabras de su abuela.Los hijos de Maryam se miraron los unos a los otros, a penas tenían cinco años, pero podían entender perfectamente lo que pasaba y para ellos no había nadie mejor ni persona más buena que su madre.— Mi mamá no es una asesina — Dijo Amira — Demostraremos que ella no fue, tenemos que hacerlo.— Ella no fue, mi mamá es buena — dijo su hermana y los niños las secundaron porque tenían muy claro que no podían dejar a su madre sola con ese problema.Y a pesar de que esos