El segundo hermano de los Sonobe vociferaba el nombre de Adeline, mientras, era sujetado por varios enfermeros que lo retenían en la puerta, impidiendo el paso de este a la habitación.Una emoción nueva había florecido en aquellos insólitos ojos miel, miedo. Sin embargo, no era la primera vez que este efecto se producía en él. Ya la había visto al borde de la muerte, no podía perderla... No ahora.Varios doctores se encontraban en el área, reviviendo la endeble figura de la joven. Varios electroshocks aprisionaban su pecho, sin obtener respuesta alguna. Ese sonido que avecinaba muerte, ya había sonado. Era demasiado tarde, el corazón de Adeline había dejado de latir.Jean Pierre dejó de respirar por un momento, era como si hubieran extraído todo el oxígeno de la zona. Hasta que sucedió lo inevitable, el miedo de perder aquello que hace tanto tiempo había anhelado, lo hizo reaccionar. Empujando a los enfermeros, Jean Pierre cogió el aparato, para nuevamente repetir el proceso de resuc
Estando en el Aston Martin Valhalla, color plateado de Jean Pierre, Adeline cavilaba sobre el suceso que aconteció antes de salir del hospital privado de la familia Sonobe. Una doctora había puesto la mira en él, por lo que esta le concedió su número de teléfono. Sin embargo, el hermano del medio, desechó el papel que le fue conferido de un modo seductor ante ella. La joven Strange seguía repitiendo una y otra vez en su cabeza el motivo que impulsó a Jean Pierre ha actuar con tan descomedida gelidez. Sin poder seguir reteniendo la incógnita, rompió el silencio._ Tuviste una oportunidad de salir con una chica... linda, ¿por qué no tomarla?. _ Manifestó con dificultad al saber que la mujer podía resultar bastante atractiva, por esto, minimizó su "descripción".Jean Pierre formó una leve sonrisa._ Verás Adeline, prefiero conceder mi atención en algo que sí es de mi interés, en vez de atribuirle esa atención a un montón de cosas que no me interesan en lo absoluto. El comienzo de una fue
En la oficina principal de la mansión, acontecía una reunión familiar. Berom, el abuelo de los Sonobe, los había convocado a una junta para platicar sobre los incidentes que la prensa señalaba en contra de la familia. Aquello disgustó la ya amargada actitud del viejo. En consecuencia, decidió intervenir. Precisamente para no manchar el apellido Sonobe con falacias que la misma prensa se encargaba de difundir por todos los medios._ Me marcho de vacaciones durante un par de años para luego volver y presenciar como deshonran a esta familia con sus acciones liberales e inauditas. ¿Acaso no ven las noticias?. La prensa cree que ustedes son los verdaderos responsables de todos los eventos desafortunados que han sucedido. La explosión en el penthouse, la matanza en el orfanato de Aldrich, el robo de dinero y sabotaje de la empresa misma e incluso tienen pruebas sobre varios asesinatos que ocurrieron en un callejón. _ Reprochó, enumerando con sus dedos todos los hechos en los cuales los tres
Habían trascurrido cinco días desde el incidente con Gianluca en el club, cinco días en los cuales el menor de los Sonobe no dejaba de insistirle por varios mensajes de texto junto a correos de voz que evidenciaban lo ebrio que se ponía cada noche al no obtener noticias de ella. Lo cierto es que el buzón de Adeline se encontraba lleno de persistentes suplicas a más no poder. Por otra parte, Gianluca no se atrevió a irrumpir en el penthouse sabiendo que lo único que tendría de la joven Strange sería un posible rechazo que aseguraba en destruirlo por completo. Prefería hacerlo de ese modo, pero manteniendo la duda en sí ella lo perdonaría tarde o temprano. Adeline no se perdía de ninguna nota de voz y menos de leer un mensaje de texto suyo. No obstante, seguía sin poder responderle o siquiera pensar en hacerlo.Cada vez que lo escuchaba así de vulnerable, la turbaba... Ni ella misma comprendía porqué se sentía de ese forma. Por lo que arrojó nuevamente la contestadora contra la pared d
Rostros desconocidos fue lo que contempló a Adeline al adentrarse con Gianluca en el Gran salón. A excepción de Eydrian, Bastian y André, ese trío dinámico no se perdió por ninguna parte. Eydrian estaba reunido con Jean Paul y con un señor mayor que Adeline no pudo reconocer dentro de los integrantes ya conocidos en el grupo. Intuyó que posiblemente debía tratarse sobre negocios pendientes vinculados con el Royal Empiere Sonobe. Mientras que los otros dos, Bastian y André, se encontraron deglutiendo bocadillos en los diversos buffets que se encontraron esparcidos estratégicamente por la estancia. Parecían dos niños jubilosos por la cantidad exorbitante de distintas opciones de comida que tenían a su alcance. Por lo que cedieron de inmediato ante la vista y el aroma que brotaba del festín. Los ojos avellana de Jean Paul no tardaron en percatarse de la elegante presencia de Adeline. A pesar de que lo complacía verla aquí, su mirada se oscureció por completo al observar como sujetaba e
Aquella tensión palpable se desvaneció cuando, Amelia, la nombró. _ Querida, toca para nosotros. _ La instó amablemente la abuela de los Sonobe. Y es que la señora se había percatado de que sus otros dos nietos estaban frenéticos por los celos, al ver a Adeline convivir felizmente con su hermano menor. No lo soportaban y Amelia sabía muy bien que si no hacía algo al respecto, esos dos hombres se abalanzarían sobre Gianluca en cualquier momento. Hasta Zafira, se encontraba furiosa al ver que en toda la velada, no obtuvo ni una mirada por parte de Jean Paul, aún cuando se la pasó seduciéndolo con sus prominentes atributos, el mayor de los Sonobe, le restó importancia y todo por estar al pendiente de esa rubia que había llegado a la velada con Gianluca Sonobe. Algo dudosa, Adeline asintió, se levantó de su asiento y desapareció del comedor. Todos los invitados estaban expectantes de su reaparición, pero todas las luces se apagaron y solo una se encendió en el Gran salón. Cada presente
Los rayos de luz atravesaban con osadía los doseles contiguos a la cama en la que Adeline dormía plácidamente. La joven, no había podido conciliar el sueño durante toda la noche y para poder dormir, requería del habitual brillo matutino que la tranquilizaba cuando se colaba desde temprano a su aposento. Aquello era la promesa de que aunque ella sellara sus ojos y se viera sumergida en una profunda oscuridad, no importaría, porque sabía que la iba a estar acogiendo la luz solar, la misma con la que se durmió solo por unos instantes.Su miedo a la oscuridad, al terror de aquellos monstruos figurados en pesadillas, se veían ínfimos cuando ponía un par de ansiolíticos en su boca y ahora con la inusual práctica de dormir únicamente por la mañana, aminoraba sus ataques de ansiedad.Adeline sabía que se estaba enfermando. No podía seguir basando su salud mental solamente con pastillas y con el no dormir por las noches. Incluso en ese estado se negaba a pedir ayuda, aun cuando apenas sobrevi
Sus ojos de tormenta se dirigieron a la presencia de una mujer que se adentró al aposento con entusiasmo. _ El baile de máscaras ya inició. Serán llamadas, según el orden de acompañante respectivo de cada hermano Sonobe. Así que estén atentas, el presentador las nombrará en cualquier momento. _ Anunció, acomodando a las tres jóvenes en fila._ Damas y caballeros. Esta noche nos brindará el honor los hijos de la gran Dinastía Sonobe, de abrir el aclamado baile de esta celebración que conmemoramos una vez al año. Un fuerte aplauso para los hermanos Sonobe. _ Gritando con euforia, señaló en dirección a los tres hombres que aguardaban a la espera de sus acompañantes.La prensa había asistido esa noche, por lo que los Sonobe se encontraban expuestos ante los medios. Cualquier movimiento en falso y sería capturado ante el ojo público. Debían ser cautelosos, si querían atrapar al asesino, tenían que jugar con sigilo.Jean Paul, vestía un traje entero de color negro con corbata rojiza y zapa