La lluvia caía con ferocidad sobre el pavimento, rayos efímeros resplandecían la noche antes de volver a desaparecer. El estruendo de los truenos retumbaba la mansión, ahogando en ella los incensantes disparos proferidos por los hombres del hijo mayor de los Sonobe.Cada hombre uniformado al mando de Adler, arriegaba la vida por su amo._ Debe irse ahora Sr. nosotros nos encargaremos. _ Vociferó Adler, protegiendo a Jean Paul de los disparos.Aturdido, Jean Paul corrió hacia la salida del lugar. No obstante, viró al escuchar un disparo a sus espaldas.El mayor de los Sonobe bramó al observar la figura ensagrentada de su siervo más leal esparrancada en la alfombra.Adler, su guardaespaldas, entregó su vida a cambio de la seguridad de Jean Paul. Dos guardias lo cargaron en dirección a un Pagani Utopia. Introdujendo a Jean Paul en el asiento del piloto junto al portafolio negro.El mayor de los Sonobe aceleró el coche, contemplando desde el retrovisor como los guardias que ayudaron en su
El Bugatti de Jean Pierre rebasó al Terzo Milleniano en una recta.La carretera se encontraba desolada por lo que se mantuvo al lado de ella.Bajando la ventana, vociferó._ ¡Adeline! Desacelera, el que llegues antes no garantiza su vida, además de muerta, claro. _ preocupado, Jean Pierre se mantiene a la misma velocidad elevada que Adeline.La joven no acató las preocupaciones de Jean Pierre, aceleró el coche hasta aparcarlo con fiereza al frente del hospital Sonobe. Bajándose del vehículo corrió hacia la entrada del lugar siendo seguida por Jean Pierre.Los guardias les concedieron el paso de inmediato al reparar en la presencia del segundo hijo Sonobe.Uno de los guardias le confirió el número de habitación en donde se hallaba hospedado Jean Paul.La joven prosiguió corriendo hasta llegar a la habitación tres.Lágrimas brotaban al contemplar a los paramédicos resucitando la demacrada figura de Jean Paul.Adeline ingresó sin autorización a la estancia, gritando su nombre. En un inte
Aquellos ojos de tormenta se abrieron aún somnolientos. Su esbelta figura se removía con inquietud en el asiento afelpado del coche de Jean Pierre._ ¿Por qué lo hiciste Jean Pierre? _ La joven lo miró alicaída, su entonación emanaba cierta desazón por haber desamparado a Jean Paul en el hospital. El hermano del medio tras escuchar su incógnita frenó fortuitamente el vehículo, obstaculizando la carretera principal.Sus manos trémulas acogían el volante con fuerza, la respiración incesante le perforaba los pulmones, el sudor gélido brotaba desde la frente hasta caer por el mentón, mientras su visión se entornaba cada vez más borrosa._ No quería verte sufrir. _ Musitó el joven trepidado.Adeline con preocupación accionó desabrochando su cinturón, situó su mano sobre la sudorosa nuca de Jean Pierre, en tanto su otro brazo tiraba de él. Posicionó su temblorosa figura en el asiento del copiloto.La joven rebuscó en su cartera hasta dar con los ansioliticos. Introdujo varios en la boca de
La ventisca del invierno azotaba la cabellera rubia de Adeline. Sus ojos grisáceos contemplaban las centellantes luces de la ciudad, mientras Jean Pierre conducía rumbo al Palais Royal._ Pronto nevará. _ anunció con preocupación, adhiriendo sus ojos dorados en el cielo nocturno.La joven lo miró, percibiendo el estado azorado de él, las manos tensas en el volante y su mirada ensimismada en la carretera delataban como Jean Pierre, repetidamente, era consumido por sus propios pensamientos._ Quiero saber más de ti. _ preguntó ella, rescatando al joven del oscuro abismo al que estaba apunto de resbalar. _ Desde pequeño, mis estudios los llevaba con distintos tutores desde casa, mis padres concordaron enseguida por mi hermética personalidad, sin embargo, para respaldar su decisión inventaron que sufría del espectro autista, solamente porque odiaba estar con otras personas. _riendo, la miró ladeando la cabeza.Adeline en respuesta hizo una mueca de desaprobación._ Eso es horrible Jean Pi
_ Estamos a ciegas Eydrian, proporciónanos algo de iluminación. _ exhortó Jean Pierre por medio de los altavoces del coche._ Soy un empresario Jean Pierre, no un puto hacker. Así que dame un momento ¡por el amor de dios!. _ sus ojos de heterocromía se desviaban a múltiples aparatos electrónicos, mientras que sus dedos se desplazaban ágilmente por la computadora descifrando algoritmos complejos que accedían directamente a las cámaras de la ciudad. _ En vez de irte con André o dejar a Bastian custodiando la mansión, hubieras aligerado mi trabajo sin tan solo algunos de ellos estuviera junto a mí. _ Una sonrisa sarcástica se asomó en las comisuras de Eydrian.En respuesta, Jean Pierre resopló de aburrimiento._ Listo, estoy dentro. _ Canturrió victorioso al ingresar en el sistema de seguridad de París.El joven pelirrojo cabeceaba adormilado en el asiento del copiloto, no obstante, Jean Pierre lo zarandeó, adquiriendo la atención nuevamente de André, el cual bostezó sobando sus ojos negr
_ Adeline, recuerdas cuando te envié el avión de papel en clases de Informática?. _ La voz plácida de Darius resonó por el pasillo que conducía al mismo aposento en donde se encontraban Bastian y Adeline.Bastian se hallaba resguardado detrás de la puerta cercana a la habitación en la que Darius merodeaba meticuloso los alrededores del vasto pasillo._ Como olvidarlo. _ replicó la joven llorando silenciosamente._ La respuesta que me diste no estaba entre las opciones, te daré una segunda oportunidad para que vuelvas a escoger. _ Darius se dirigió sigilosamente al aposento en el que provenía la voz flaqueante de ella.Aquellos ojos azul marino se percataron de la proximidad del joven Lancaster a la puerta. Desenfundó presuroso el revólver y apuntó expedito hacia él._ ¡No lo hagas Darius, no vengas!. _ vociferó entre sollozos intermitentes. _ Seguiré esperando tu respuesta. _ sonriendo, percutió la puerta con su pierna remitida hacia Bastian. No obstante, Bastian disparó primero, hi
El estrépito asiduo de los signos vitales de Jean Paul, alarmaron a la totalidad de médicos del hospital. El mayor de los Sonobe, sufría un desplome en su pulso cardíaco.Mientras la ola de médicos merodeaban presurosamente la estancia preparando el desfibrilador, la mente de Jean Paul viajaba al día en que le propuso matrimonio a Adeline._ Yo te amo, te lo he demostrado hasta el cansancio y aun así la prefieres a ella cuando solo te ha sido indiferente al amor que le concedes siempre. _ vociferó Zafira golpeando el escritorio.El mayor de los Sonobe reclinó la silla del escritorio pasmando sus ojos de avellana en ella._ ¿Un acostón de una noche te produjo tanta devoción hacia mí?. _ embozando una sonrisa altanera negó con la cabeza. _ Han trascurrido tantos años desde esa noche y sin embargo recuerdo nítidamente mis palabras. Que te coja no significa que sienta algo por ti. No puedes decir que no te lo advertí, no soy como mi hermano menor, no hago el juego previo para luego llevá
Sus ojos dorados, contemplaron la sangre brotar de los cadáveres desparramados en la nieve, al bajar desasosegado del Jeep. Montículos de soldados, de ambos bandos, se encontraban aglutinados en distintas áreas del palacio.La tormenta había cesado, el panorama blanquecino se dispersó por completo. El cielo se tornó oscuro, avecinando la noche.Jean Pierre caminó sobre el pórtico ensangrentado, atravesando la puerta entreabierta seguido por André.Soldados aún en pie, auxiliaban a los heridos, otros instauraban estrategias de contraataque y el resto se preparaba para el batallón.Cada ejército lo simbolizaba una tonalidad específica, según a la familia que servían. Los Petrova portaban una armadura roja, los Salvatore un arnés negro, los Lancaster vestían con coraza cobriza, los Grey con montura plateada y los Sonobe figuraban el dorado en sus carcasas._ Amo Sonobe, el ejército rojo y negro nos traicionaron. _ Informó Damien en muletas y con heridas severas en todo su cuerpo. _ El ej