—¡Jezabel! —la voz inquieta y desesperada de Ángel resuena en el pequeño espacio, y, en cuanto da con nosotras, me mira, con sus ojos muy abiertos y negando con su cabeza —Me niego a creer que Aarón haya hecho esto. ¿Lo oyes? Ya Archer fue a buscarlo, él no lo pudo haber hecho.

—Por supuesto que no, porque si de verdad lo hizo, voy a romperle los huevos. —Le dice, señalándolo con su dedo mientras despotrica su furia contra él. La preocupación de Ángel se ve empañada debido a una leve sonrisa imperceptible que se asoma en sus labios. La mira de arriba hacia abajo y entonces suspira, tomando el dedo índice de mi amiga y bajándolo, para que dejara de estarlo señalando.

—Tranquila, niña intocable —otra vez con ese apodo —; que, si Aarón de verdad hizo eso, yo seré el primero en golpearlo hasta el cansancio.

—¡¿Me pueden decir qué demonios está pasando?! ¡¿Qué fue lo que hizo Aarón?! —Pregunto con desesperación.

Y es cuando mi amiga me entrega mi celular y leo el mensaje que hace minuto