Cuando llegamos a casa, solo tenía deseos de encerrarme en mi habitación y no hablar con nadie, estaba enojada; dolida, cansada de toda esta situación. Antes de entrar en la habitación, mire a Steven por última vez, — Hasta mañana, que descanses— me despedí de él, pero cuando iba a cerrar la puerta, él me detuvo acercándose a mí, esta actitud repentina me sorprendió, — Necesito decirte algo, sé que no está en tus planes; que no es el momento, pero quiero que sepas que me he enamorado de ti. Su confesión me tomó por sorpresa, cuando quise responderle, él tapó mis labios con su mano, — No digas nada Fer, sé que en este momento en lo único que piensas es en que esas personas paguen por lo que te hicieron, y quieres recuperar tu vida poco a poco, yo solo te pido que cuando estés lista, me otorgues la dicha de darme una oportunidad. Luego de terminar sus palabras se dirigió a su cuarto, cerrando la puerta tras él, dejándome sola, con una cara de asombro y pena. Nunca quise que
—Seme sincera, ¿ya no sientes nada por él? — su pregunta era difícil de responder, suspiré de nuevo antes de decir palabras, — No lo sé. Me dolió saber que él está con ella, pero puedo entenderlo, yo estaba muerta— argumente sin mirarla a los ojos, — Fer, si lo amas aún, no puedes negarlo— me dijo apoyando su mano en la mía, — Puede ser, pero ya no hay chances para nosotros, él formó su vida con ella y yo, bueno, yo solo tengo deseos de venganza, es el plan que empecé— pronuncié, intentando cambiar de tema, —¿Venganza?, tú eres noble, no puedo verte en ese papel. — Lo era Lu, pero por esas personas lo perdí todo, no puedo dejarlos salir de esta impune— necesitaba que por lo menos ella me comprendiera, — Te entiendo amiga mía, pero prométeme que no aras nada que te ponga en riesgo— me observó con angustia acariciando mi mano, — Tranquila Lu, planee esto detalladamente antes de volver y lo sigo planeando, la primera parte salió como lo esperaba. Bruno casi se muere cua
Cuando se detuvieron sus ojos estáticos en mí, los hizo poner pálidos en segundos, al darse cuenta de que una gota de sangre corría en mis labios hacia mi mentón, — Fernanda— la vos preocupada de ambos volvió a hacerse presente. Yo solo alejé a Steven de mí y tomé a Matt por su campera. Con dificultad lo llevé a tirones hacia la salida, —Te vas ahora— le ordené con enojo, Matt intentó hablar, pero no lo dejé. Una vez afuera cerré la puerta y caí al piso sujetándome el pecho e intentando respirar con más calma. En ese momento Steven caminó con apuro hacia mí, — No me toques —le dije con bronca, — Discúlpame Fernanda— aclaro su garganta y yo me levanté del suelo, —No quiero hablar contigo ahora— le respondí y caminé hacia mi cuarto cerrando la puerta tras de mí. Me senté en la cama y revisé mi pecho, notando el moretón que me habían dejado, mientras respiraba con dificultad porque el aire quemaba mi pecho al inhalar y exhalar. No hice ningún movimiento más, solo c
(En un motel) — ¿Qué pasa primor? — Nada que tenga que ver contigo— le contesté de mala gana, —Bueno, estás un poco fiera el día de hoy— me dijo con un tono seductor, — Puede ser, hay cosas que me molestan—me aprisiono a él, dándome besos en el hombro, — Quieres contarme. — Son temas con él, veo cosas y él me las oculta como si yo no me diera cuenta— le dije cerrando los ojos al sentir su mano debajo de mi pollera, — Bueno, nena, pero estamos aquí para sacarnos el estrés del día, porque no te olvidas de ese iluso un rato— lo miré un momento y comencé a besarlo apasionadamente, — Sabes; tienes razón— pasé mi mano por sus pectorales bien formados, que tanto me excitaban, luego volví a montarme en él para no perder más tiempo, danzando en las sábanas, en el mismo lugar de siempre… Luego de cinco días en el hospital, hoy por fin Lu; me dejó volver a casa, era un alivio salir de ahí al fin, Renata y ella me han cuidado bien, pero ya pasé mucho tiempo en una cama para se
(En el merendero) Aquí estoy leyéndole el cuento “el principito”, a los niños mientras Luca termina de ayudar a Dilan para armarles la cena, cuando él me hace el gesto de que está todo cérvido me dirijo a los niños, — Bueno; niños, dejamos la historia por hoy, ahora a comer— les dije con calma, — Haaaa nooo yo quiero saber que ahí en ese planeta—, se quejaban algunos al mismo tiempo, — Si yo también quiero saber que siente ahí— se unían dos pequeños más, —Solo un poquito más— pedía uno de los más pequeños, — Bueno, niños por hoy se terminó— todos me miraron tristemente. No podía dejarlos así, pero leerles más tiempo no era una opción, la comida se les enfriaría, así que les propuse algo diferente, — Hagamos algo, prometo mañana venir y leerles siete capítulos más. Todos asintieron contentos y pronto la ilusión iluminó sus pequeños rostros, — Bueno, venga a lavarse las manos y luego a la mesa— todos salieron felices, obedeciendo. Luca se acercó a mí con mi
(Dos días después) Sabía que hoy era un día especial, pero no esperé que tanto. Pablo me hizo llegar una invitación a mí y a todos los demás a escondidas de Lupe semanas atrás, el evento; un supuesto reencuentro de todos los amigos para recordar divertidas historias del pasado. Steven me llevó hasta la puerta de la Disco, este lugar sí que traía muchos recuerdos a mi mente, luego de bajar del coche me despedí de él, y me quedé observando como marchaba hasta perderse de vista. Mire una vez más el lugar con nostalgia antes de ingresar en él, como era de esperarse, las invitaciones eran para la zona vip. Apenas puse un pie adentro, pude ver como Renata y Dilan estaban sentados en una de las mesas, ella se veía preciosa con su pequeña pancita. Frente a ellos estaban Jesua con Luca, caminé hacia ellos para saludarlos, fui amigable con todos menos con él, si bien desde ese día; nos habíamos distanciado su actitud hacia mí aún me dolía, luego me dirigí a la barra donde Pablo se encont
La estaba pasando muy bien hasta que ese instante llegó, ella me pechaba de gusto solo para llamar mi atención; mientras bailaba con Matt de forma casi vulgar, su baile; esos besos exagerados dejaban en claro que solo lo hacía para molestarme, recalcar que ella era su dueña ahora. — Hija, no les hagas caso— la vos de Renato me hace prestarle atención, su gesto de “tú sigue, divierte; ignóralos”, fue claro; continué bailando hasta que él se cansó. En esa pausa me dirigí a la barra y pedí algo más fuerte, mi sistema lo necesitaba. Al terminar el primer baso, pedí otro que sí tomaría más calmadamente, — ¿Te estás divirtiendo? Puf la vos de Luisa volvía a joderme, la miré y él estaba con ella, desviando su mirada de mí, como si fuese culpable, — Si la verdad que mucho— le dije dedicándole una sonrisa, — Qué bueno; Fer, nosotros también, ¿verdad amor? — comentó con arrogancia, — Ajá— fue lo único que él pudo decir. Terminé el vaso y pedí otro antes de dirigirme a ella de
Seguía perdida en mis pensamientos, tanto que no me di cuenta de que ya no me encontraba sola. —¿Puedo acompañarte? — una vos peculiar hacía eco en la tranquilidad de la noche, él se acercó a mí y dejo a mi lado una botella de tequila, — Como en los viejos tiempos, ¿lo recuerdas hadita? — voltee la mirada de la calle hacia él, — Sí, lo recuerdo— tomé la botella y le di un trago como en nuestros juegos del pasado, me puse de pie y se lo extendí, él hizo lo mismo, — Creo que debemos hablar, ¿no te parece? — me dijo, volviendo a pasarme la botella, — Eso depende… si quieres hablar con un fantasma, una amiga o una vagabunda. Ahí estaba lo había dicho sin más, Luca solo soltó un pesado suspiro, antes de continuar — Lo siento, no debí decir eso. — No debiste, pero lo hiciste— le recalqué con disgusto, — Lo sé, merezco que estés enojada, pero entiéndeme; volver a verte, ver ese momento, saber que él está con ella ahora, fue una mezcla de muchas cosas— no pude evitar eno