Seguía perdida en mis pensamientos, tanto que no me di cuenta de que ya no me encontraba sola. —¿Puedo acompañarte? — una vos peculiar hacía eco en la tranquilidad de la noche, él se acercó a mí y dejo a mi lado una botella de tequila, — Como en los viejos tiempos, ¿lo recuerdas hadita? — voltee la mirada de la calle hacia él, — Sí, lo recuerdo— tomé la botella y le di un trago como en nuestros juegos del pasado, me puse de pie y se lo extendí, él hizo lo mismo, — Creo que debemos hablar, ¿no te parece? — me dijo, volviendo a pasarme la botella, — Eso depende… si quieres hablar con un fantasma, una amiga o una vagabunda. Ahí estaba lo había dicho sin más, Luca solo soltó un pesado suspiro, antes de continuar — Lo siento, no debí decir eso. — No debiste, pero lo hiciste— le recalqué con disgusto, — Lo sé, merezco que estés enojada, pero entiéndeme; volver a verte, ver ese momento, saber que él está con ella ahora, fue una mezcla de muchas cosas— no pude evitar eno
— No, gracias, bailen ustedes— recalqué con un tono ácido que ella distinguió muy bien. En ese momento Matt se armó de valor y también hablo, — Yo no tengo problema en bailar, pero bueno si ella no quiere. Claro que no bailaría con él, tenía que mantener mi ego, aunque sea; quedándome sentada, le saque el micrófono de las manos a Renata y la lleve a los brazos de Dilan, a Matt lo empuje hacia ella, para que bailaran juntos. En esos segundos pude ver un rostro escondido, husmeando detrás de la puerta, vaya suerte la mía. Caminé hacia ella y abrí, — ¿Steven bailarías conmigo esta canción? —, mi pregunta lo sorprendió, pero dijo que sí con entusiasmo. La cara de los demás parecían un poema, mientras él hervía por dentro, caminamos de la mano hacia la pista, — Por favor parejas, DJ la música— luego solté el micrófono y la música comenzó a sonar. Coloqué las manos de Steven en mi cintura, dejando las mías unidas en su cuello, como ese día, y empezamos a movernos al compás d
—Matt, debemos hablar— la vos de Luisa me saca de mis pensamientos, — ¿Qué pasa? — le pregunté de poca gana. Hoy no había sido un buen día, más bien había sido una m****a; desde que me enteré de que ella estaba saliendo con ese imbécil, estaba más enojado que nunca, — Creo que debemos hablar sobre Fernanda— me dijo sentándose en el borde de la mesa, —¿Por qué quieres hablar de ella? — la miré a los ojos; incrédulo, — No te parece que desde qué ella apareció nuestra relación está cada vez más distante, ya apenas me hablas, apenas me tocas. Crees que no me doy cuenta cómo suspiras cada noche a mi lado. Suspiré pesadamente al escuchar sus reclamos, Luisa solía ser muy clara y demasiado insistente cuando teníamos algún problema y sabía que esta vez era diferente al resto, porque ella tenía razón, — Anda Matt, háblame no te quedes así callado— insistió al notar mi descontento, — Luisa, lo que pasó con ella está en el pasado, estoy contigo ahora— quise disculparme de
Las horas transcurrieron sin que me diera cuenta, estaba tan metida en mi trabajo que me asuste cuando Steven volvió a entrar en mi despacho, — Hola mi sol, ¿ya terminaste? —me preguntó con una leve sonrisa, — Aún no— le contesté mirando la hora, — Pero bueno, creo que por hoy dejaré esto por aquí— volví a dirigirme a él, apagando la laptop y poniéndome de pie, — ¿Bueno, nos vamos? — él asintió y camino hacia la puerta, esperándome ahí. Me puse mi saco y agarré mi cartera, luego nos fuimos juntos hasta el supermercado, ya que habíamos quedado de hacer las compras antes de volver a casa. Al entrar en el supermercado, Steven agarró un carrito y nos dedicamos a caminar por las góndolas con calma, mientras íbamos tomando mercadería de los estantes. —Dime Steven, ¿prefieres lo dulce o lo salado? — le pregunté con un paquete de papas en una mano y de gomitas en la otra, —Llevemos ambas— terminó por decir con una sonrisa. Luego de eso nos detuvimos en la carnicería, dejé
Al llegar al hospital, fui directo a mi despacho, grata sorpresa la mía al entrar y ser recibida por mi padre, — Pero ¿cuándo llegaste? — le pregunté sorprendida, ya que no tenía idea de que él vendría, — Hace una hora, hija mía— me contestó con alegría. Caminé hacia él y lo abrasé con ganas, en este momento era lo que más necesitaba, — ¿Qué ocurrió? — preguntó preocupado al notar mi inquietud, Steven también entraba en mi despacho en ese momento, — Hola William, que grato verte aquí— se acerca a él dándole un apretón de manos, — Bueno, los dejo solos, así pueden hablar tranquilos, si me necesitas mi sol; estaré en el auto— al terminar sus palabras, se retiró y volvimos a quedarnos solos. Luego de pedirle a mi padre que tomara asiento, suspiré pesadamente y me senté junto a él para contarle lo que había ocurrido en la mañana. (En el estacionamiento) Prendí un cigarro y luego de darle unas cuantas pitadas; no pude resistirme más, camine hacia el auto y golpee el vi
Hace unas semanas hablé con Renata y Dilan por su bebé, quería saber si ya habían preparado el baby shower, pero ambos admitieron que ni lo habían pensado, entonces decidí ofrecerme para prepararles algo lindo en mi apartamento. Ambos aceptaron y decidimos que cuando ellos supieran el género del bebé, me avisarían para que lo organice y ella se encargaría de comprar dos bombas de humo del color que revelaría la sorpresa, ya que decidió que Dilan también se enteraría en la fiesta y no con ella, así había más emoción. Hace dos días me llamó para avisarme que ya sabía la sorpresa, así que me apresuré a confirmar todos los preparativos que tenía pendientes y aquí me ves armando mi sala con globos, telas que parecen caer del cielo, mesas con ajuares y demás. La mesa principal para las fotos y la torta, donde se llevaría a cabo la gran sorpresa seria en la terraza, Lupe, William y Steven estuvieron ayudándome desde temprano, pero todo va quedando precioso. Lupe se encargó de hacer unas b
El baby shower terminó sin problemas por suerte, aunque hubo algunos momentos de tensión, todos supieron comportarse. Luego de que todos se fueran, los chicos quedaron en pasar al día siguiente para llevar todos los regalos. Esta mañana me levanté temprano, me puse a organizar un poco, ya que anoche no había arreglado nada, cuando escuché mi teléfono sonar, camine hacia el mismo; tomándolo de la mesa y mire de quién se trataba; era mi abogado, así que atendí su llamada. Luego de estar al teléfono por más de veinte minutos, mi día calmado se había tornado estresante, mi única testigo aún no aparecía y solo teníamos quince días para armar el caso y defenderlo en tribunales. En ese momento alguien llamó a la puerta, así que asumí que se trataba de los chicos y fui hasta la entrada abriéndola sin preocupación, molesta sorpresa la mía al ver cara a cara a José, — No deberías estar aquí— aclaré sin más, — Buenos días; Fernanda, vengo en son de paz— ja como si yo me creyera ese cuent
Por suerte, aunque todos estábamos exhaustos, pudimos atender a todos los involucrados en el accidente. Solo diez niños necesitaron quedarse internados por sus heridas, el resto podía irse a casa al final del día; si no surgía alguna complicación y los estudios eran correctos. Para mi pesar con los adultos las cosas eran diferentes, el conductor del camión; estaba siendo atendido bajo la mirada de policías por ser responsable del choque, el conductor del autobús murió lastimosamente a minutos de llegar a emergencias, sus heridas fueron fatales por su avanzada edad. La guardia solo tuvo algunos cortes y machucones, ella pudo irse luego de hablar con la policía. Los dos maestros, uno estaba en la sala de operaciones para ver si su pierna tenía salvación, Renata estaba a cargo de su operación, ya llevaba cinco horas en el quirófano. Y la otra maestra se había quebrado un brazo y estaba sedada, ya que había tenido un colapso nervioso. Ya era bastante tarde cuando terminé de hablar co