— Eh Matt, ¿y si en una de esas te enteras de algo turbio? — Dilan me toma el pelo mientras viene y se sienta con nosotros, — No bromees con eso— le digo frunciendo un poco el ceño, — Bueno, no es para que te lo tomes a mal, aparte de eso, ¿qué? Ni que ella pudiera engañarte, está loca; pero te ama— argumenta y las risotadas de Renata comienzan, — Que va loca no, lo que esta es totalmente insegura— añade y luego me pega un tate quieto en la cabeza, — Y tú, porque dejas que te trate así, ¿acaso ahora perdiste la hombría en alguna parte? — vuelve a decirme satisfecha, — ¿Era necesario el golpe mujer? —Obvio a ver si despabilas de una jodida vez— me aclara y no hago más que lamentarme y sonreír como un idiota por su franqueza. Estoy tan metida en mis estudios que ni siquiera me doy cuenta cuando William entro en el despacho dejando una charola a mi lado, — Tienes que descansar un poco hija y comer algo— levanto mis ojos del libro y le sonrió, — Tranquilo padre, estoy
Volví a ponerme de pie, la tomé por su cabello y la arrastré hasta el baño encerrándola ahí para no tener que verla, podía oír sus gritos de súplica, pero alguien pagaría con sangre la ira que me consumía. Caminé hacia la cama donde el sujeto, acalambrado de dolor; había logrado ponerse los pantalones, un puño seco en su perfil lo hizo caer al suelo dándose con el borde de la mesita de noche, — Tú no te salvarás— le dije con una vos ronca que me quemaba, él se puso de pie frente a mí y lo reconocí, — Eres tú; rata asquerosa— exclamé apretando los puños mientras él ponía una sonrisita de lado, — Sí, soy yo el que se gozó a tu mujer— me dijo con arrogancia y burla. Ese fue su peor error, pues; ahí perdí mi sentido común, me abalancé hacia Darek, dándole golpes y un rodillazo en la entrepierna lo hizo escupir sangre mientras caía al suelo de nuevo, — No te gozarás a más nadie— le dije endemoniado con una sonrisa aterradora en el rostro. Lo volteé de una patada, colocándome
Como el mensaje era claro, también me puse de pie y comencé a desabrochar los botones de mi vestido, quitándomelo y dejándolo en la punta del sillón. También solté mi pelo y me quede solo con el traje de baño gris y los lentes de sol, termine mi lata y saque dos más para llevarlas conmigo. Pasé a su lado y me fui sin decirle nada, luego me senté cómodamente al sol, en el borde donde la arena seca choca con la húmeda por las olas, corriendo mi cabello hacia mi espalda. Varios minutos después, mientras disfrutaba la lata fría, la vista y el sol en mi piel, él apareció; solo con su vaquero, descalzo y con el torso descubierto, sentándose a mi lado para robarme el refresco que había dejado enterrado en la arena fría. —Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que estuvimos juntos en la playa— sonreí al escucharlo y recordar ese momento, — La verdad que sí, la pasamos muy bien—le dije con nostalgia, — Cierto. El silencio volvía a hacerse presente. Matt dejó de perder su m
— ¿Qué tiene ahí abajo, doctor? — Lastimosamente, él tiene una fractura señora, no le garantizamos que después de la operación siga funcionando correctamente y llevara mucha, pero mucha rehabilitación y cuidados— sigo sin entender por qué está en este estado, — ¿Dígame, doctor, esto fue un accidente? — Seré franco con usted, el señor llegó luego de una llamada proveniente de un hotel, él y la dama que lo acompañaba llegaron juntos— la bronca se apodera de mí al escucharlo, no soy estúpida, este imbécil me estaba engañando… Por más que lo intenté, el doctor no me dijo el nombre de la mujer que había venido con él, pero era claro que no me quedaría de brazos cruzados; averiguaría a como dé lugar quién era esa m*****a que se había acostado con mi marido. La operación terminó bien, cuando el cirujano salió, la bronca que me consumía aumentaba, no solo me había puesto los tarros, sino que ahora ni siquiera podría funcionar bien en la intimidad y para colmo lo habían castrado.
Al llegar a casa, William estaba feliz de verme, — Hola hija mía, ¿cómo estuvo el viaje? — yo lo abracé y luego contesté, —Hola, papá; estuvo bien— le digo y él me observa, —A pesar de haber estado con él, te noto deprimida. Ambos entramos hacia la sala, — Es complicado William, pero bueno, no quiero hablar de eso ahora, tengo clases en un rato— excusándome de él, me fui a mi habitación para tomar mis cosas. Saque mi teléfono de la mochila y contemplé una vez más la última foto que le había sacado mientras dormía, después de soltar un pesado suspiro, continúe con mi vida como antes de haber ido de nuevo a su lado. Ya eran las siete de la tarde cuando me digne en volver a casa, apenas pise el estacionamiento, pude ver a Jesua y Dilan esperándome, — Hola chicos, ¿ocurre algo? — ambos se acercaron a mí con cara de disgusto, — Sí, pero no sé cómo te lo tomarás— apenas escuché eso, ya volví a ponerme tenso, — ¿Qué paso ahora? —Luisa. — ¿Luisa que Dilan? — les pr
—Tranquilo Matt, todo saldrá bien— Luca palmeaba mi espalda, tratando de tranquilizarme. Dos horas después, Renata llegó junto a mí, — Hola chico, ¿alguna noticia? — No aún nada y eso me está poniendo los pelos de punta— ya estaba harto de esperar, quería entrar y ver por mí mismo lo que ocurría, pero Renata se puso firme frente a mí haciendo que me calme y tome asiento. Varios minutos más tarde, por fin; la puerta se abrió y salió Dante, me precipité hacia él pidiendo noticias, — Tranquilo Matt, el bebé nació bien, pero deberá estar en una incubadora los meses que faltan para su desarrollo. — ¿Meses? — pregunté claramente confundido, — Matt, ella no estaba de ocho meses, como me dijiste, sino que solo tiene seis meses. Tuve que apoyarme en la pared, al sentir como mis piernas temblaban, ¿cómo podía ser eso posible?, ¿ella me había mentido desde el principio con el embarazo?, volví a mirarlo, — ¿Dónde está?, quiero verlo. Él me contestó y luego se marchó. Renat
Una nueva mañana se hacía presente, nos levantamos temprano y junto a Dilan y Renata fuimos a hacer compras para dejar bien surtida la granja, después de comprar todo llenamos los baúles de ambos autos y nos fuimos a ella. A las once de la mañana, por fin la ambulancia que traía a mi madre, llego a la entrada, Juno salió corriendo para recibirla, yo lo seguí para tomar las pertenencias de ella de las manos del enfermero, una vez adentro de la casa, abracé a mi madre, — Bienvenida a tu casa mamá— ella acarició mi mejilla, con una sonrisa en los labios, — Madre, hoy te presentaré a mi familia— le hice una señal a Luca para que se acercara, ella automáticamente toca su rostro, — Hola soy Luca, esposo de su hijo— se presenta con respeto, — Un placer conocerte mi niño— la ternura en su vos logro poner sentimental a mi pareja, el tomo su mano y la llevo hacia el sillón para que tome asiento, — Ahí una personita más que quiere conocerte— le aclaro, mientras Juno se acercaba p
Aún era muy temprano y estaba muy alegre charlando con William cuando la vi a ella. Me atraganté con el café de una forma espectacular, al notar la pequeña barriguita que ella tenía bajo esa remera justa a su cuerpo, — Steven, ¿estás bien? — caminó hacia mí pasándome una servilleta, — Estás, estás— ella nota mi asombro, — Sí, estoy embarazada— aclara con calma, — No puedes decírselo a nadie, ¿está claro? — me ordena, haciendo ademanes con su mano frente a mí y William toma la palabra, — Hija Steven tiene algunas noticias para ti— sin decir más se pone de pie y se marcha para dejarnos solos. Yo tomo asiento y espero a que él me cuente el motivo que lo ha hecho venir hasta aquí, él se rasca la nuca y luego comienza a hablar, — He tenido noticias sobre el juicio. — ¿Qué ocurre?, tu rostro no está muy alegre— le digo al notarlo, —La jueza ordenó poner a los tres acusados bajo arresto hasta la última audiencia. —Pero eso es muy bueno— le digo, pero Steven solo suspi