Aún era muy temprano y estaba muy alegre charlando con William cuando la vi a ella. Me atraganté con el café de una forma espectacular, al notar la pequeña barriguita que ella tenía bajo esa remera justa a su cuerpo, — Steven, ¿estás bien? — caminó hacia mí pasándome una servilleta, — Estás, estás— ella nota mi asombro, — Sí, estoy embarazada— aclara con calma, — No puedes decírselo a nadie, ¿está claro? — me ordena, haciendo ademanes con su mano frente a mí y William toma la palabra, — Hija Steven tiene algunas noticias para ti— sin decir más se pone de pie y se marcha para dejarnos solos. Yo tomo asiento y espero a que él me cuente el motivo que lo ha hecho venir hasta aquí, él se rasca la nuca y luego comienza a hablar, — He tenido noticias sobre el juicio. — ¿Qué ocurre?, tu rostro no está muy alegre— le digo al notarlo, —La jueza ordenó poner a los tres acusados bajo arresto hasta la última audiencia. —Pero eso es muy bueno— le digo, pero Steven solo suspi
Apenas había llegado a la granja quede maravillada, de por fin conocerla, el lugar era muy bonito y tranquilo. —¡¡¡Holaaa, Ferr!!!— la alegría de Lu al verme llegar fue emocionante, corrí a abrazar a mi amiga, mientras Axel se acercaba a nosotras, miré en su dirección y me agaché para abrazarlo y besarlo en esos preciosos cachetes que tenía, — Hola bombón de tía— él se reía mientras balbuceaba algunas palabras, correspondiendo a mi cariño, era un niño precioso. Volví a ponerme de pie y fui de la mano de Axel hacia donde se encontraba la cumpleañera y mis amigos; luego de tomar el regalo y trancar el auto. Andrómeda estaba preciosa, con un vestido rosado con flores y una tiara en su corto cabello haciendo juego, era toda una princesa. Luego de comerla a besos, abracé a Luca y saludé a los demás antes de tomar asiento. Hoy, hacía un precioso día, la fiesta se había montado en el exterior, arreglos; adornos, todo era en un tono rosado y blanco, había una preciosa mesa de rega
—Yo los invité— la vos de Jesua a mi lado, me sorprendió. Cuando notó que no podía moverme, él me tomó del brazo y me obligó a caminar hacia ellos, y antes de que el hombre diga una palabra, Jesua le aclaro, — Si viniste buscando problemas o tocas un pelo de mi pareja, te moleré a golpes, tómalo como una advertencia. Dicho eso dio un paso atrás, observando como los chicos estaban atentos a su orden y Renata ya se encontraba cerca de él jugando con su navaja. Mi madre caminó hacia mí y me abrazo, yo correspondí a su gesto sin dejar de mirarlo, — Hola mi niño, no sabes lo feliz que me hizo la invitación al cumpleaños de mi nieta — me dijo alegremente, mientras sacaba un regalo de su cartera luego de alejarse de mí. Él clavó sus ojos en la alianza de mi mano, para luego volver a mirarme de arriba abajo, el disgusto en su cara era claro, todo lo que veía en mí, era lo que no soportaba, — Sigues sin hacerte un corte de hombre decente— cruzo sus manos al sentir a Renata más
Por fin llegó el día de la última audiencia, fue un día agotador en el que mis dos mejores amigos no me dejaron sola. La parte acusada ya no tenía pretextos para evitar lo inevitable, fue asombroso escuchar a Bruno por fin decir la verdad y aceptar el hecho de que él ayudó a Rebecca en su malicioso plan, también acepto haberme golpeado y el intento de abuso hacia mí. “No me arrepiento de haber intentado hacer la mía, si pudiera lo volvería a hacer”, sus últimas palabras me dieron escalofríos… La jueza estaba asqueada con el tema y realmente molesta de que aún no hayan aparecido los otros dos acusados… Después de que el jurado los encontrara culpables, por los delitos planteados, la jueza pidió a todo el mundo que se pusieran de pie y comenzó a dictar su sentencia. “Declaro al acusado Bruno Ravanoch, culpable por los cargos de cómplice en intento de asesinato, agresión e intento de violación, a cumplir 45 años en prisión con posibilidad de salir con libertad bajo palabra después d
Después de haberlo pensado por mucho tiempo, decidí vender tanto la empresa como la mansión, no quería nada que me recuerde a ellos y por suerte ambas ventas salieron en solo tres días. Luego convoqué a todos los chicos a una reunión en el hospital, pues tenía decidido hacer algunos cambios importantes. — ¿Qué ocurre hadita, porque esta junta tan repentina? — Luca se sienta a mi lado, para cubrirme de la vista de los demás, — Vamos chica, habla de una vez, que no tengo todo el día—Aclara Renata mientras mira el teléfono con nerviosismo, por tener al pequeño con una niñera en la que no confía. Todos los demás se mantienen en silencio esperando mi respuesta, — Chicos, como algunos ya saben, decidí vender tanto la empresa como la mansión y las ventas ya salieron— les dije con calma, — ¿Y? — argumentó Jesua, —Compre el terreno que está pegado al merendero, así como el merendero mismo. Renata se pone de pie y exclama — ¡Pero por qué hiciste eso, yo podía pagarlo bien! Dil
Cuando el efecto del calmante terminó; me levanté del sofá, notando a Jesua sentado alado de la ventana; fumando. —¿Cómo te encuentras, hermano? — me pregunta y yo solo suspiro sonando mis hombros, —No lo sé. Pero me iré a casa ahora— le digo caminando hacia la puerta, —Si necesitas de nosotros solo dilo— me dice mientras voy saliendo y solo le hago una señal con la mano como agradecimiento. Sin quererlo vuelvo a detener mis pasos en cuidados prematuros, suspiro y entro junto al bebé. Al mirarle puedo ver lo bien que se encuentra mucho más grande y sano que cuando nació, introduzco mi mano en la incubadora y acaricio su pie, —Lo lamento pequeño, no soy tu padre, pero te juro que si te quiero— le dije con pena, —Cuídate mucho y sé un niño feliz… Espero que tu verdadero padre sea un buen ejemplo para ti bebé— agregué y él movió la cabeza sutilmente al sentirme. No tenía idea de que le depararía el destino ahora, pero sabía que su lugar era con su madre y ese desgraciado, es
Miro a mi preciada hija, totalmente dormida, con varios circuitos en su mano; me siento tan mal de haberle sugerido que hiciera un curso tan difícil, tanto que; en su situación, podría llevarla a la muerte. Juré protegerla desde que llegó a mi inconsciente, que verla así, me transporta a ese pasado donde la angustia y tristeza eran el tan pesado plato de cada día. En este momento no era solo mi niña, las lágrimas salían del interior de mi alma, también mi tan deseada nieta corría peligro, me sentía tan responsable como culpable por verlas así. Debí pedirle que abandonara al saber su situación, pero no lo hice y ya la culpa me corroe por dentro como si de ácido se tratara. No me he separado de ella en estos dos días que lleva en el hospital, a pesar de que me lo dijeron, prefiero estar a su lado por si llegase a despertar sin que yo estuviera aquí. He llamado a mi amiga todo el día y comencé a angustiarme al no poder contactarme con ella, después de muchos intentos, decido comunic
— Estoy aquí mi amor, prometo no irme nunca si me aceptas— me dice y las lágrimas comienzan a brotar de mis ojos sin que pueda evitarlas. Él pasa su mano por ellas, delicadamente; secándolas, para luego dejar un sutil beso en mi frente, — ¿Por qué no me lo dijiste, princesa? — me preguntó y entre murmullos le respondí lo mejor que pude, — Por miedo, no quería angustiarte aún más. Ya tenías demasiado sobre ti, para ser culpable de un nuevo peso. Él levantó mi rostro apenado, depositando un tierno beso en mis labios, —Escúchame bien; jamás nada que tú me digas, me agobiará, eres muy importante para mí, eres mi princesa, mi amor verdadero— me aseguró con ternura. Me sentía tan sensible que comencé a llorar, como una niña pegando mi rostro a su pecho, él me contuvo entre sus brazos; acariciando mi cabello con dulzura, buscando palabras tiernas que logren calmarme, pero solo el contacto de sus labios en lo míos retuvo mi aliento, lográndolo. —Es una niña— susurré en medio d