Cuando por fin estaciona, me dispongo a salir, pero él me detiene. Vuelvo a mirarlo y sus ojos cristalinos lo delatan, — Lo entiendo princesa, no volveré a molestarte — yo solo asiento para bajar y apurar mis pasos hacia el edificio, con el corazón encogido en mi pecho y mis manos temblorosas. Por suerte no hay nadie en casa cuando entro en mi apartamento, guardo las cosas y me encierro en mi habitación, por fin permito que las lágrimas vuelvan a escaparse, dejando que todas las emociones colapsen, solo esta vez me permito llorar, sentir y derrumbarme… Esta mañana ha sido muy especial, tres llamadas alegran un poco mi corazón, la primera es de Steven, por fin luego de estar buscándola por tanto tiempo logro dar con la testigo, una chica llamada Aurora. Él mismo se encargará de llevarla con el abogado y hacer todo lo necesario para que ella esté segura y participe en la segunda audiencia. La llamada número dos era de Dante, por fin acepto venir a trabajar en el hospital “La Nue
Luego de la cena, la velada continúa en la terraza y una nueva botella nos acompañaba, — Me sorprende que cocines tan bien— le digo mientras tomo asiento, — Vivir tanto tiempo solo; te obliga a aprender— sonríe sentándose a mi lado, pasándome una copa, — Hoy si puedo decir que fue un buen día— suspiro con alivio contemplando la linda noche, — Eso me alegra mi sol— me asegura tomando mi mano y dejando un beso en ella, —Sí, después de tantas cosas, aprecias un día de paz y armonía— él toma un sorbo de su copa y luego me habla, — Eso es verdad, después de terminar mis misiones de paz y volver, lo que más disfruté era sentarme afuera y estar tranquilo, sin miedo a que algo pudiera pasar en cualquier momento. La conversación seguía pacífica, cuando él me contaba algunas cosas de su vida en la milicia, era interesante escucharlo y saber que había vivido todo aquello en carne propia. Yo en su lugar no podría estar tan tranquilo y pacífico como él en este momento, con tantas
— Dime… ¿Sigues poniéndote crema tan sensualmente? Me recosté en la cama y observé mi crema encima de la mesa de noche, no pude evitar sonrojarme al recordar las veces que terminamos juntos solo por ese hecho, siempre lo volvía loco y perjuraba que el aroma a durazno le encantaba en mí. — Se puede decir que sí. En serio; Fer, ¿vas a caer en este jueguito?, me preguntaba y rezongaba a la vez mientras escuchaba su vos ronca, sensual y respiración entrecortada al otro lado de la línea… —Cierra los ojos princesa, e imagina el calor de mis labios, recorriendo tu cuello hasta llegar a ese preciado escote, imagina que he soltado lo que llevas puesto…— un leve gemido se escuchó del otro lado de la línea, — ¿Qué más? — mi cuerpo se encendía al escucharla, no pude evitar acariciar aquella tela sobre mi pecho, — Poco a poco sigo el recorrido de tus caderas con mis manos, puedo deducir la fina tela que te cubre, me encantaría que tuviera algunas fresas dibujadas— su respiración se e
Después de decir eso, ella tomó uno de los retratos y se acercó a mí, — ¿Dime este chico es el que estuvo en el juicio hoy verdad? Observo la foto y veo que señala a Dilan, — Si él es un amigo de años, más que amigos todos los de la foto nos consideramos hermanos— ella medita mis palabras y contesta, — ¿Cómo se llama? —Su nombre es Dilan— le contesto y ella vuelve a mirar las fotografías. Luego de comer algo y charlar, Steven ya tenía los pasajes para llevarla a lo de papá, era claro que no iba a viajar ella sola, Steven la llevaría personalmente, siendo su protector por si cualquier cosa llegase a pasar. —Fernanda, antes de irme me gustaría que me ayudes a hablar con el chico de la foto—aunque su pedido me sorprendió, fue muy claro para mí cuando me dio sus razones. Entonces la acompañé hasta la puerta de la casa de Dilan, sabía que ellos estaban ahí, cuando Renata abrió la puerta ambas entramos, Dilan estaba con Axel en brazos en el sillón. Me acerqué a él y tom
Los meses avanzaron con prisa y el día de la boda de mi mejor amiga estaba aquí. La ceremonia por civil fue preciosa, muy al estilo de los novios, ahora al fin llegaba la hora de caminar hacia el altar. Renata, la hermana de Lu y yo somos las damas de honor, estamos junto a la novia que se ve preciosa, con aquel vestido blanco, la parte superior es cerrado y sin mangas, mientras la parte de la pollera es ancha y liza. La cola de su vestido es amplia con un precioso decorado y todo está adornado con perlas. — Que nervioss— exclama ansiosa mientras cuida el reloj, — Tranquila Lu, estás bellísima— le digo mientras nos tomamos las manos como niñas, — Tú también Fer el vestido de dama de honor, te quedo espectacular— me asegura con emoción. Todas las damas llevamos un vestido ajustado al cuerpo en un color rosado pálido, aunque cada una eligió el maquillaje, peinado y accesorios a su gusto personal. — Bueno, mis chiquis, mi mini loquito ya comió— viene a nosotras Renata con Axe
(Llego la hora de la fiesta) — Todo salió precioso Lu— le digo a mi amiga que se ve plenamente feliz. La música suena alegremente y todos los invitados bailan, sonríen; se divierten, — Gracias Fer, por haberme ayudado con todo esto— asegura logrando emocionarme aún más, — Para eso somos amigas, bueno más que amigas, hermanas— respondo abrazándola, — ¡Yo también quiero eso! — Luca se pega a nosotras, se nota que ha llorado en toda la ceremonia, tiene los ojos vidriosos e hinchados, — Se casó una de mis haditas— vuelve a decir apretándonos a ambas hacia él, — Bueno, bueno, devuélvanme a mi esposa— exclama Pablo con alegría mientras camina hacia nosotros orgulloso y abrasa a Lu por la cintura. Se ven tan tiernos, — Vamos a bailar— repite moviéndose al compás con ella entre sus brazos, Luca toma mi mano y me arrastra a la pista, él me hace girar, y puedo ver a Jesua bailando con Axel en sus brazos, el pequeño se ríe sin dejar de mirar a su madre, que baila y le manda
Ella me mira con los ojos muy abiertos, es la primera vez que soy tan brusco con ella, pero no me detengo y vuelvo a decirle —Si no querías asistir me lo hubieras dicho y no uses de excusa la ropa porque tienes un armario lleno y si nada de ahí te agradaban tenías semanas y mi tarjeta para comprarte lo que quisieras. —¿Matt? — la vos de Dilan nos interrumpe y me aparto un poco de ella, — ¿Todo en orden, chicos? — nos pregunta y Luisa aclara la vos, — Sí, yo me voy— me pecha y se marcha enfurecida. Intento ir tras ella, pero Dilan me detiene, — Déjala sola Matt, desde que llegaron ella se ha comportado grosera— me dice y sé que él tiene razón, — Anda vamos adentro con los demás— golpea mi espalda y ambos caminamos a dentro donde Jesua me entrega en brazos a Axel, — Toma a tu sobrino, voy a bailar con mi flaquito. Dilan abraza a Renata y me guiña un ojo dejándome solo con el bebé, yo lo miro mientras él se ríe, haciendo sonidos y aplaudiendo, — Bueno socio; nos de
—Me divertí mucho mi sol— su vos en mi oído sonaba cálida, — Yo también— le contesté mientras seguíamos bailando. Después de un rato, Steven comenzó a actuar distinto, deslizaba sus manos por mis caderas, hasta que yo lo detenía cuando quería ir más allá, — Vale, tranquilo— le dije sonriendo, él se acercó a mi cuello y comenzó a dejar besos firmes, acortando el espacio de tal forma que se estaba volviendo difícil poder bailar o movernos siquiera. — No me resisto— susurro nuevamente en mi oído. Su actitud me comenzaba a poner incómoda y al notar que insistía preferí alejarme de él con la excusa de tomar algo, por suerte no lo tomó a mal y fuimos a la barra donde pedimos algo. — Por fin se durmió— le dije con un tono bajo a Dilan que permanecía con Axel en brazos, — Sí, este fiestero se agotó— respondió riéndose. —Cada día está más lindo, sin duda será muy inteligente cuando crezca— le comenté y Dilan asintió chocando su cerveza a la mía. Las manos de Steven seguían