Capítulo ochenta y cinco: Todo lo que sueñes lo tendrás

Thalia no quería lastimarlo, ni negarse a algo tan hermoso como lo que le había propuesto cuando y sobre todo en el fondo, a ella también le gustaría casarse.

Aquello siempre fue como una utopía para una mujer como ella, sentirse deseada a ese nivel no lo creyó posible y menos por él.

Todos sus sueños de ser la novia elegida ideal se desmontaron del todo el día que Praxis la había obligado a casarse pero entonces había pasado todo lo que había pasado y ahí estaban otra vez sus sueños rotos juntando los pedazos para hacerse realidad. Sentía que lloraría pero aún quería el cuento de hadas al completo, no solo una parte y entonces decidió elegir bien las palabras que usaría para responder.

—Te propongo algo —murmuró tímida. Él alzó una ceja, expectante.

–Vale —arrastró la A con retintín.

—No te asustes —se vió necesitada de abrir ese paréntesis Thalia —, me voy a casar contigo siempre que quieras y todas y cada una de las veces q