La tarde del 1 de julio del año en curso, Rossie Regiés regresó a su habitación del Park South, aproximadamente, a las 22h00. Prefirió hacerlo en taxi, era demasiado tarde como para caminar con relativa libertad.
Al llegar a su modesta recámara, lo primero que hizo fue quitarse los zapatos y arrojar su cuerpo a la cama, como si fuese un peso muerto.
Se trataba, en realidad, de algo que le pesaba en serio: los recuerdos del pasado del hombre que todavía amaba.
Su Jared Cavalier estaba casado aún con una mujer que, con toda probabilidad, lo amaba –y seguía haciéndolo– con mucha más locura que ella. Y, para más inri, aquella esposa suya lo había acompañado durante muchos más años de los que Rossie podía siquiera imaginar.
«No se puede competir contra eso», pensaba Rossie. «Pero, por otro lado, yo nunca estuve en
Era 1992. Jared Cavalier regresaba definitivamente de las Islas Galápagos, tomado de la oreja por Oscar Moon, su productor. Las circunstancias de este viaje sin retorno ya las conocemos. Luego de reunirse con sus compañeros para delinear las estrategias del que sería su cuarto trabajo discográfico, cada uno de los Boyz tuvo permiso para ausentarse del estudio por lo que quedara de la semana, con la condición de que regresaran enteros el lunes, sin falta, para iniciar el trabajo. Jared volvió a la casa de sus padres en la enorme camioneta Ford que le había comprado a su madre por ocasión de absolutamente nada. –Para agasajarte –le había dicho Jared, sin razón alguna. Y Nora Cavalier, ni corta ni perezosa, no tuvo más remedio que aceptar (es un decir). Como el auto era de ella, fue quien manejó hasta llegar a su vecindario brooklyniano de Ditmas Park. La casa victoriana en la que vivían no colindaba con la de Adalyn. Ella vivía casi al frente de Jared. Cuando el Goodboy llegó a su
Extracto de la segunda entrevista realizada a Adalyn Fernández-Cavalier, esposa de Jared Cavalier (1998-presente) Fecha de la entrevista: miércoles, 3 de julio del año en curso Tú mejor que nadie conoces, Rossana, el odio que me profesan las GoodGirlz. Obviamente, todo comenzó en el 99. Solo entonces entendí las motivaciones de mi marido para mantenerme en secreto. Hasta ese tiempo, mi paranoia me había tomado por completo. Estaba segura de que Jared se avergonzaba de mí y que, por esa razón, me escondía de la prensa y de los medios, y no me permitía hablar con ellos ni se dejaba ver conmigo por ningún lugar. Y, probablemente, yo tenga un poco de razón, no te lo niego. Se esperaba de Jared Cavalier un matrimonio mucho mejor avenido que el que tuvo conmigo. Oscar o Nora querían que se casara con Claudia Schiffer o con Alicia Silverstone. Yo pintaba solamente como un mero distractor en lo que olvidaba a… en lo que te olvidaba a ti. Se les viró la tortilla, en consecuencia. ¡Ja! Tan
Aquel miércoles 3 de julio del año en curso, en el que Adalyn fue por segunda vez a la oficina de Rossie para la continuación de su entrevista, Jared Cavalier decidió asistir, también a “trabajar” (nótense las comillas), luego de un más o menos largo período de ausencia en el Hall; pero, eso sí, por muy diferentes motivos.Esa mañana se levantó motivado, y su ímpetu estaba investido de una esperanza: recuperar, por enésima vez, a Rossana Regiés.Por supuesto, no tenía la más mínima idea de cómo lo conseguiría. Pero algo se le ocurriría en el camino, eso era seguro.Llegó a las nueve en punto de la mañana al Libery Hall y, lo primero que hizo, fue saludar efusivamente al guardia, porque, para entonces, ya eran algo así como bastante amigos.
La oficina de Rossie estaba cerrada, cosa muy extraña en verano. Y Jared lo notó, en cuanto Adalyn Fernández-Cavalier dejó la oficina como una ráfaga. Nadie había salido a curiosear, siquiera. Y menos ella, con lo cotilla que era. El Emperador golpeó la puerta sin esperar respuesta, pero la recibió. –Pase –una voz femenina y algo aniñada para su edad fue la que respondió. No podía ser de otra persona que de Rossie. Jared entró con decisión y Ro, que tenía los audífonos puestos y la mirada clavada en la pantalla de su laptop, solo atinó a reconocerlo cuando lo tuvo suficientemente cerca de ella. –Jared –la voz de Rossie languideció, a tiempo que se quitaba los auriculares de sus oídos–. ¿Qué haces aquí? El Goodboy se sentó sin esperar autorización y, en un arrebato de honestidad o desesperación, cerró con su mano la laptop de Rossana para que no existieran más barreras físicas entre los dos, porque con las emocionales y mentales ya tenía más que suficiente. –Vuelve –le dijo
Extracto de la segunda entrevista realizada a Jared Cavalier, lead singer de The Boyz in the Band (1984-presente) Fecha de la entrevista: miércoles, 3 de julio del año en curso. R.R.: Rossana Regiés J.C.: Jared Cavalier R.R. Bien, Jared. Hasta ahora Adalyn y tú me han hablado, cada uno desde su punto de vista, sobre las circunstancias de su primer encuentro y sus iniciales años de amistad. También sobre las razones que te llevaron a elegirla a ella como la madre de tus hijos, en lugar de a mí. Me gustaría saber –y esto lo digo en serio, y no en el papel de investigadora–, ¿por qué lo decidiste tan pronto? J.C. Lo sé, Rossie. Sé que acababa de separarme de ti. Sé que dolía mucho tu ausencia, todavía, cuando decidí poner mis ojos en Adalyn. No fue justo para ninguna
Hacer memoria no es fácil, considerando que me quedé en shock la primera vez que lo escuché, de boca de El Emperador. Sé que no me corresponde parafrasear un acuerdo legal, pero no tengo más remedio que hacerlo, ya que Jared se rehúsa a hablarme de él en profundidad y con más detalle. No se diga mostrármelo. En fin. Esto es lo que sé. Entiendo que, antes de recibir la noticia de mi embarazo, Jared ya había planeado esto con Bob Thorton. Sé por qué lo hizo. Jared me lo dijo. Con el fin de proteger su carrera. Ahora que lo pienso, tiene sentido. Veamos. Mientras Adalyn era la novia escondida de Jared, este no tenía ningún problema para controlarla. La cosa se complicó cuando se casaron. No, cuando se casaron y Jared no tuvo más remedio que gritarlo a los cuatro vientos. Sé que el mostrar sus mellizos a los medios fue una estrategia de marketing creada por Ricky Fernández y Adalyn para forzar a Jared a hacer público su matrimonio. Eso me lo dijo él. Sé que también Jared aceptó part
Es el sábado, 6 de julio del año en curso. Rossie Regiés no ha podido dormir en paz durante días. Se despierta a menudo en la madrugada, quizás a las tres o cuatro de la mañana. Rumia sus pensamientos por una o dos horas y, para cuando se ha hartado de ellos, se levanta a tomar una ducha, a hacer la misma práctica de yoga para principiantes que ha seguido en YouTube durante ocho años y que nunca le ha permitido perfeccionar sus habilidades ni su flexibilidad. Espera hasta las ocho, cuando abren el buffet y come ahí, despacio, un desayuno más bien austero, en comparación con la cantidad enorme de comida disponible en el menú del Park South Restaurant. Sale enseguida a caminar, en dirección al Libery Hall y, ya ahí, se asegura primero de que nadie esté ocupando el piso cuatro. Cuando su entorno se halla silencioso es cuando mejor le fluyen las palabras. Hoy es un día de escritura. Hoy deberá ingeniárselas para transcribir, en forma de historia, una de las tantas anécdotas que Adalyn
Pues resulta que, aquella mañana de 2015, en la que una furiosa Adalyn ponía en cintura a sus desordenados mellizos, Jared Cavalier se encontraba muy campante en su cuarto de estudio por una razón; y esta era alejarse de su familia lo más que pudiera y tener un poco de tranquilidad para varias cosas (bueno, esas son dos razones). Una de aquellas cosas incluía faltar a sus tratos con Adalyn de palabra y por escrito.Sí, sobre todo, por eso último.Reclinado sobre su sillón de cuero-virado-gris-ergonómico-multifunción, Jared, aislado de sus súbditos (Adalyn, Nathan, Nathie y Rosco, su perro) a través de sus cascos especiales para neutralizar sonido ambiental, se dispuso a dar inicio a una de sus inesperadas y caprichosas entradas dramáticas a un live de Instagram.Solía tener a las GoodGirlz en vilo, esperando a que su majestad, El Emperador