Aquel miércoles 3 de julio del año en curso, en el que Adalyn fue por segunda vez a la oficina de Rossie para la continuación de su entrevista, Jared Cavalier decidió asistir, también a “trabajar” (nótense las comillas), luego de un más o menos largo período de ausencia en el Hall; pero, eso sí, por muy diferentes motivos.Esa mañana se levantó motivado, y su ímpetu estaba investido de una esperanza: recuperar, por enésima vez, a Rossana Regiés.Por supuesto, no tenía la más mínima idea de cómo lo conseguiría. Pero algo se le ocurriría en el camino, eso era seguro.Llegó a las nueve en punto de la mañana al Libery Hall y, lo primero que hizo, fue saludar efusivamente al guardia, porque, para entonces, ya eran algo así como bastante amigos.
La oficina de Rossie estaba cerrada, cosa muy extraña en verano. Y Jared lo notó, en cuanto Adalyn Fernández-Cavalier dejó la oficina como una ráfaga. Nadie había salido a curiosear, siquiera. Y menos ella, con lo cotilla que era. El Emperador golpeó la puerta sin esperar respuesta, pero la recibió. –Pase –una voz femenina y algo aniñada para su edad fue la que respondió. No podía ser de otra persona que de Rossie. Jared entró con decisión y Ro, que tenía los audífonos puestos y la mirada clavada en la pantalla de su laptop, solo atinó a reconocerlo cuando lo tuvo suficientemente cerca de ella. –Jared –la voz de Rossie languideció, a tiempo que se quitaba los auriculares de sus oídos–. ¿Qué haces aquí? El Goodboy se sentó sin esperar autorización y, en un arrebato de honestidad o desesperación, cerró con su mano la laptop de Rossana para que no existieran más barreras físicas entre los dos, porque con las emocionales y mentales ya tenía más que suficiente. –Vuelve –le dijo
Extracto de la segunda entrevista realizada a Jared Cavalier, lead singer de The Boyz in the Band (1984-presente) Fecha de la entrevista: miércoles, 3 de julio del año en curso. R.R.: Rossana Regiés J.C.: Jared Cavalier R.R. Bien, Jared. Hasta ahora Adalyn y tú me han hablado, cada uno desde su punto de vista, sobre las circunstancias de su primer encuentro y sus iniciales años de amistad. También sobre las razones que te llevaron a elegirla a ella como la madre de tus hijos, en lugar de a mí. Me gustaría saber –y esto lo digo en serio, y no en el papel de investigadora–, ¿por qué lo decidiste tan pronto? J.C. Lo sé, Rossie. Sé que acababa de separarme de ti. Sé que dolía mucho tu ausencia, todavía, cuando decidí poner mis ojos en Adalyn. No fue justo para ninguna
Hacer memoria no es fácil, considerando que me quedé en shock la primera vez que lo escuché, de boca de El Emperador. Sé que no me corresponde parafrasear un acuerdo legal, pero no tengo más remedio que hacerlo, ya que Jared se rehúsa a hablarme de él en profundidad y con más detalle. No se diga mostrármelo. En fin. Esto es lo que sé. Entiendo que, antes de recibir la noticia de mi embarazo, Jared ya había planeado esto con Bob Thorton. Sé por qué lo hizo. Jared me lo dijo. Con el fin de proteger su carrera. Ahora que lo pienso, tiene sentido. Veamos. Mientras Adalyn era la novia escondida de Jared, este no tenía ningún problema para controlarla. La cosa se complicó cuando se casaron. No, cuando se casaron y Jared no tuvo más remedio que gritarlo a los cuatro vientos. Sé que el mostrar sus mellizos a los medios fue una estrategia de marketing creada por Ricky Fernández y Adalyn para forzar a Jared a hacer público su matrimonio. Eso me lo dijo él. Sé que también Jared aceptó part
Es el sábado, 6 de julio del año en curso. Rossie Regiés no ha podido dormir en paz durante días. Se despierta a menudo en la madrugada, quizás a las tres o cuatro de la mañana. Rumia sus pensamientos por una o dos horas y, para cuando se ha hartado de ellos, se levanta a tomar una ducha, a hacer la misma práctica de yoga para principiantes que ha seguido en YouTube durante ocho años y que nunca le ha permitido perfeccionar sus habilidades ni su flexibilidad. Espera hasta las ocho, cuando abren el buffet y come ahí, despacio, un desayuno más bien austero, en comparación con la cantidad enorme de comida disponible en el menú del Park South Restaurant. Sale enseguida a caminar, en dirección al Libery Hall y, ya ahí, se asegura primero de que nadie esté ocupando el piso cuatro. Cuando su entorno se halla silencioso es cuando mejor le fluyen las palabras. Hoy es un día de escritura. Hoy deberá ingeniárselas para transcribir, en forma de historia, una de las tantas anécdotas que Adalyn
Pues resulta que, aquella mañana de 2015, en la que una furiosa Adalyn ponía en cintura a sus desordenados mellizos, Jared Cavalier se encontraba muy campante en su cuarto de estudio por una razón; y esta era alejarse de su familia lo más que pudiera y tener un poco de tranquilidad para varias cosas (bueno, esas son dos razones). Una de aquellas cosas incluía faltar a sus tratos con Adalyn de palabra y por escrito.Sí, sobre todo, por eso último.Reclinado sobre su sillón de cuero-virado-gris-ergonómico-multifunción, Jared, aislado de sus súbditos (Adalyn, Nathan, Nathie y Rosco, su perro) a través de sus cascos especiales para neutralizar sonido ambiental, se dispuso a dar inicio a una de sus inesperadas y caprichosas entradas dramáticas a un live de Instagram.Solía tener a las GoodGirlz en vilo, esperando a que su majestad, El Emperador
Decíamos que Adalyn ingresó como la ráfaga que era dentro del estudio de Jared Cavalier, a sabiendas de que este, cuando se hallaba dentro, había dispuesto expresamente no ser molestado.Más les hubiera valido a ambos que ella nunca lo hubiera hecho.–Jared!, what the fuck! –esta vez, le tocó a ella soltar la maldición de turno. O, mejor dicho, le tocó a él recibirla.Jared Cavalier saltó del asiento como si fuera una semilla de palomita de maíz al contacto con el aceite hirviendo. Y no era para menos: su esposa lo había encontrado infraganti.Esto es, con los pantalones abajo y con sus manos ocupadas. Bueno, la izquierda, para ser exactos.Ah… y no se hallaba solo. Lo primero hubiera sido solamente vergonzoso. Pero, lo segundo no solamente era lo primero, sino también comprometedor.Sobre todo, muy, pero muy comprometedor.<
Es difícil describir lo que a Rossana Regiés se le pasaba por la cabeza mientras escribía el capítulo de la historia de Jared y Adalyn Cavalier que acababa de narrar. Pero, para cuando puso punto final al texto, sus dedos se encontraban acalambrados y comenzaba a sentir palpitaciones. –Estoy jodida –se dijo, en voz alta, mientras sus codos, apoyados en el escritorio de su oficina, sostenían a sus brazos y manos que cubrían, a su vez, su rostro entristecido–. Estoy perdidamente enamorada de un completo canalla. Pero, ¡vamos Rossie!, que no es que hayas descubierto América por teléfono, ¿o sí? Hace ya varios meses que Ro había pillado la verdadera personalidad del Goodboy (nunca peor dicho). Además, supongo que habría tenido, también, una pista certera de su carácter, el día en que se enteró que se había acostado con ella estando casado y con mellizos en camino. Sin embargo, parecería que recién, luego de haber concluido la escritura de aquel episodio, fue que Rossana Regiés recién