Zinnia entró en silencio al laboratorio número 2, Birgrem estaba completamente dormido sobre una cama, está vez estaba segura de que estaba dormido y no muerto pues lo escuchaba roncar. Habían pasado cuatro días desde que regresaron y Birgrem volvió de entre los muertos, Uther había estado durante tres días seguidos aprovechándose de Birgrem y extrayendo del oso más de lo que debía. Birgrem había entrado en hibernación debido a sus heridas y al envenenamiento, Zinnia no se había acercado al laboratorio hasta ese momento en que recibió el mensaje de Uther diciendo que Birgrem ya estaba libre de todo. Zinnia se acercó de puntillas a Birgrem, no estaba de humor para hablar con el karhu, al menos no se sentía lista para hablar con él, había tenido todo ese tiempo para pensar en lo que había pasado, en lo que había sentido y en lo que su madre le había dicho y no se sentía lista para nada. Birgrem estaba tan dormido que no hubiera despertado aunque el techo hubiera caído sobre
Birgrem abrió los ojos y gruñó, sentía algunas molestias en algunos sitios en donde ni la luz del sol llegaba, mucho menos el tipo de molestia que estaba experimentando, Uther definitivamente se había propasado con su limpieza. Se sentó y olfateó la habitación, el aroma de Zinnia estaba bastante fresco, su oso ronroneó como si fuera un osezno, antes de que la sonrisa pudiera aparecer en su boca notó el olor de un puma, conocía ese olor, era el olor de un viejo conocido. Birgrem se sentó e hizo una mueca, primero buscaría al puma y después iría a tener una agradable charla con Uther y posiblemente le patearía el trasero. El karhu salió del laboratorio número 2, alguien le había dejado algo de ropa en una silleta, al tomarla notó el aroma de Zinnia y no pudo evitar reírse, se preguntó si la loba lo había visto desnudo, ella era toda una caja de sorpresas. Una sonrisa pícara bailaba en su cara cuando salió, estaba muy tentado en ir a molestar un poquito a Zinnia antes de busc
Birgrem terminó de reír, recordaba claramente el día que despertó y se encontró de regreso en sus ruinas y al puma muy molesto por qué no había encontrado nada que robar. — ¿Viniste a robar algo? — ¡Argh! estabas muerto, cuantas veces debo explicarlo, además eras un miserable no tenías ni una moneda de cobre, ¿Por qué sigues insistiendo en eso, no tenías nada que pudiera robarte? — Jajaja, eso es verdad, lo preguntó... dijo Birgrem mirando con ojos brillantes al puma. — ... porque ahora sí tengo algo, ¿Quieres robarlo, te lo debo después de todo? — ¡aghhhh! olvídalo, posiblemente sea alguna cosa inútil y te reíras de mí durante siglos. Jinx se acercó al caballo y éste le mostró los dientes con toda la intención de morderlo, el puma lo ignoró por completo y mientras le daba unos golpecitos en el hocico, esquivando sus dentelladas bajo la voz hasta convertirla en un susurro y dijo: — No les digas quién soy, ni eso... ya sabes... Birgrem levantó la ceja y puso un
Zinnia frunció un poco el ceño al sentir el brazo de Birgrem alrededor de su cintura, antes de poder quejarse por las confianzas del oso sus labios estaban atrapados en el beso del karhu. La loba se quedó muy quieta y cerró los ojos, su cuerpo fue aprisionado suavemente contra el cuerpo de Birgrem y sus labios se llenaban del sabor del oso y del sabor dulce de la miel. Fue el beso más largo que haya tenido, no es que ella tuviera la costumbre de andarse besando con los machos, en realidad el único macho con el atrevimiento de robarle algunos besos había sido Birgrem y ahora le estaba besando muy lenta y largamente. La loba de Zinnia estaba muy quieta, tan quieta que cualquiera hubiera pensado que la loba había dejado de existir, su loba estaba tan feliz por haber recuperado a su oso que tan solo se quedó ahí sin más. Los labios de Zinnia fueron libres, los labios de Birgrem se separaron lentamente y el oso empezó a caminar por el corredor dejando a la loba con el rostro son
Zinnia se lanzó bajo la cama y se movió hasta el otro extremo, la cama estaba apegada a la pared y hasta allá fue a parar Zinnia, intentó no hacer ningún ruido y contuvo la respiración rogando que el karhu la escondiera. Cuándo le escuchó mentirle a su madre se sintió aliviada, si su madre supiera que en medio de su charla salió corriendo para meterse en el cuarto del karhu y que encima este estaba medio desnudo, estaba segura que le obligaría a unirse a Birgrem sin importar lo que ella dijera o hiciera. Estaba tan aliviada y estaba tan concentrada escuchando a sus padres alejarse que no se dio cuenta de que Birgrem se colaba debajo de la cama junto a ella hasta que le escuchó hablar junto a su oído. — Cachorra, no crees que estaríamos más cómodos sobre la cama, aquí no hay mucho espacio para jugar. Zinnia agradeció la oscuridad que había allá abajo pues estaba segura que su rostro había alcanzado un nuevo tono de rojo, estaba segura que le salía vapor de las orejas por la
Zinnia y su equipo escuchaban las instrucciones de su misión, al parecer en la región montañosa en una de las estaciones mineras habían empezado a desaparecer los niños, no solo los niños de los mineros, los niños de los pueblos cercanos también habían empezado a desaparecer. El Duque Deuk había enviado algunas tropas para buscar el rastro de los niños y a los bandidos que se los estaban robando, habían pasado tres meses y las desapariciones continuaban y no había ningún culpable ni ningún niño rescatado. La cosa escaló cuando los rumores de un cuco empezaron a esparcirse entre la población, el Duque decidió que era hora de buscar ayuda, después de todo sus soldados pueden acabar con carne y sangre, pero no pueden hacer frente a un cuco. Un emisario había llegado hasta ellos, los cazadores no publicitaban sus servicios ante nadie, pero los rumores corren rápido, en cuanto varios gobernantes supieron que estaba involucrado un cuco les comentaron discretamente a dónde debían ir.
Los cazadores se reían disimuladamente, el emisario Didier hablaba con Królik como si estuviera hablando con una gran eminencia, el pobre nyúl apenas si respondía, era la primera vez que lo trataban de esa manera y estaba tan nervioso que apenas podía entender bien lo que le preguntaba el hombre. Durante las misiones Królik siempre permanecía atrás del equipo, él era el miembr0 ignorado y siempre estuvo cómodo con esa situación, los humanos podían ser muy crueles y él lo había sentido en carne propia. Él es el hijo de una humana y un nyúl, su padre fue un padre ausente por obvias razones, él no podía vivir entre los humanos y su madre se negó a acompañarlo hasta su pueblo en medio de las montañas. Él nació como un nyúl, al parecer su padre ya se lo había advertido a su madre, le había dicho sobre el peligro de criar a un mestizo entre los humanos, pero a ella le tenía sin cuidado, al parecer creía que todos iban a compartir su amor por los conejos cuando vieran a su hermoso h
— Claro la historia posterior tiene detalles más detalles menos… dijo Birgrem. — … creo que escuché una en dónde los monjes eran los héroes muertos en las guerras. — ¿Y cómo sabes tú cuál versión es la real si hay tantas versiones? preguntó Zinnia mirando con desconfianza al karhu. — ¡Oh! Esa es la parte divertida, verás… Zinnia y Królik lo escuchaban sin dar crédito a lo que oían, en verdad Birgrem no tenía remedio, sus ojos se abrían un poco más al escuchar su relato, Zinnia no sabía si reír o llorar, Królik lo miraba como a un héroe. Resultó que Birgrem estaba disfrutando su baño unas piscinas más allá cuando la pelea comenzó, ese lugar era zona neutral, todo el mundo lo sabía y había sido zona neutral por siglos y ahora esos dos grupos se peleaban por apropiarse del lugar. Birgrem había decidido ignorarlos, pero sus peleas estaban arruinando su ambiente de relajación por lo que decidió acabar con la discusión y lanzó una roca enorme a un géiser tapado. Ese g