Sin solución.

Isaías se estaba controlando para no arrancarle el hígado a Jay porque la simple idea de que ella le hubiera hecho daño a Zoe lo hacía ansiar despedazar cada parte de su cuerpo; sin embargo, debía tratar el ataque como algo que no fuera anclado a Zoe para no levantar sospechas.

Jay dio dos pasos hacia atrás, y tragó grueso al reconocer en la mirada de Isaías ese instinto asesino que ha visto en muchos alfas.

—Te-tengo un alfa— volvió a tartamudear. — Y no quiero romper mi vínculo con él— expuso temerosa, a medida que su cuerpo temblaba y Kira tuvo que apretar la mano de Ross de manera disimulada porque ella iba a objetar, pero no deben revelarse cuando la más fuerte de ellas está débil, porque sin importar qué, no saldrían vivas de esa manada, e Isaías se daría cuenta de que solo estaban siendo espías que esperaban el momento adecuado para comenzar una guerra.

El ritmo cardíaco de Jay aumentó tanto que Isaías lo pudo escuchar.

—¿Entonces pretendes vivir en mi territorio siéndole obed
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo