Elizabeth había leído el mensaje, ella nunca había bloqueado su número, solo lo había eliminado, aunque se lo sabia de memoria.

Confesaba que su mensaje la sorprendió, pero no del todo, suponía que había leído todo lo que estaba sucediendo, conociéndolo sabía que él estaría mal por ella.

Desde que lo conocía, siempre había salido en su defensa, aún antes de confesarle su amor.

Por eso no podía no contestarle, aún cuando seguía enojada con él, pensó que ante el tamaño mal comportamiento de su esposo lo de Pablo era nada.

Pero tampoco quería encarar una conversación, no era lo más coherente en ese momento.

Había vuelto del almuerzo con Lucía y como se sentía muy cansada, se durmió por un par de horas, una llamada la despertó, era Adrian.

_ Hola Lizy como te encuentras? ._ dijo amigable

La joven sonrió.

_ pues mucho mejor! y debo reconocer que en parte fue gracias a tí!

El hombre rió, se alegraba mucho al ver que había contribuido en el bienestar de la joven.

_¿ tengo un rato libre,