Ana se mantiene fuerte mientras escuchar cada una de las cosas que ha hecho Lían por rabia o pidió hacia nosotros o hacia ella misma, quizás por no aceptar la ruptura, Hugo habla de cómo le tienen las cuentas bloqueadas y que hay fotos en periódico y noticieros donde se me busca por asesinato.

Cuando terminamos de hablar llevo a mi esposa a la habitación porque no quiero que dando tumbos por la casa se molesta un poco, pero a la final acepta descansar un poco.

—Creo que la única forma de detener a Lían es encontrándome con él — Dice mientras se acomoda sobre las almohadas, le enciendo el televisor y me siento junto a ella.

—No, no te voy a dejar estar con ese hombre a solas — porque ni en un millón de años le permito esa locura.

—Gabriel, si le hablo quizás lo haga entrar en razón — Me pide

—No, además ahorita no sabemos dónde está y tú no puedes pensar en ti Ana, mi hijo está dentro tu panza y mientras siga así tú no te vas a poner en peligro — Me bajo de la cama y camino a la pu