Amaba mi familia y mi hogar, solo que cuando Ana fuera madre y viera su hija, correr, reír o llorar experimentará lo mismo que sentís yo ahora cuando miraba a la pequeña que dios me había dado por hija adoptiva y quien siempre me recordaba lo importante que es para ella y su padre porque era su "papi” aunque yo fuera un hombre y su padre un hombre igualmente.

El viaje a la playa fue una muy buena idea todas la estábamos pasando bien las preocupaciones se habían quedado en casa, Ana estaba más tranquila y relajada y se podía notar el cambio que creaba el ambiente sano en el que nos encontramos ahora, tampoco nos habíamos liberado del todo y olvidado de que un loco psicópata nos perseguía para hacerle daño a Ana obvio estábamos al pendiente de cada cosa extraña que podía pasar en la Isla, mi madre me había informado que todo en casa estaba bien, pues ella, Marcela y papá se habían quedado en casa porque tenían compromisos y no podían faltar a ellos.

Rafa cumplía con el trabajo de cuidar