Capítulo 8

Romma se presentó a su trabajo temprano, como cualquier día, y para mantener su cabeza lejos de lo que la agobiaba, trabajó sin descanso. Había ojeras en sus ojos al final de la tarde y sentía que el cuello se le partía y de sólo pensar que esa noche vería a Alessandro, se le erizaba la piel. No sabía en qué tipo de lío se estaría metiendo.

Se encontraba en el taller dando toques a los trajes que se confeccionaban, cuando el móvil en el bolsillo trasero de su pantalón vaquero, vibró. Lo sacó y tal como lo esperaba, era Alessandro.

Respiró profundamente y atendió.

— Alessandro…— dijo como único saludo.

— Romma…— respondió el siguiéndole el juego— te espero en la planta baja. Y cortó.

Ahora daba órdenes y ya no era tan encantador, fue lo que pasó por el pensamiento de la chica mientras se dirigía a su oficina. Abrió con su llave y recogió sus cosas y decidida, volvió a salir. Fue directa al ascensor, entró, marcó la planta baja y esperó. Al abrirse las puertas, allí estaba él, con un tr
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