Por favor, llámeme Malik.
Difícilmente se concentraba Romma en todo lo que se presentaba en esos últimos días antes de la boda y de repente recordó que debía llevar a casa el portafolios con diseños que tenía en su escritorio. Con su llave, abrió la gaveta que no había revisado en algún tiempo por el exceso de ocupaciones y buscó dentro. Por más que revisó todo el archivador, sus portafolios no aparecían, revisó las otras gavetas y tampoco estaban. Su corazón latía desbocado. La mayoría de sus creaciones estaba allí, lo que estaba preparando para una colección especial, mucho de lo que esperaba que conformara los inicios de ROMMA. Y todo había desaparecido. Se suponía que la única que tenía llave de ese mueble era ella. Pero estaba segura de que Leo había tenido que ver con eso, y la iba a escuchar. Salió de su oficina y le preguntó a Mina sobre el asunto. La chica contestó demasiado ambiguamente como para desconocer sobre la situación, lo cual le confirmó a la diseñadora que las manos de Leo están metidas en
Tras el correteo frenético del cortejo, conformado por las hermanas de Romma, los sobrinos de cinco y siete años y Nicky como “hada madrina” de Romma como se hacía llamar, estuvieron listos. Los hombres se vestían en otra habitación cercana, donde su padre y hermano esperaban a que las mujeres terminaran con el ritual de embellecerse y contar chistes de doble sentido mientras tomaban champaña.Tras el susto ante la destrucción del vestido, todos alabaron la iniciativa de Romma y Nicky al tener uno de reserva, tan hermoso como el que fuera destruido.Pero en la cabeza de Romma sólo daban vueltas las personas que podrían haberlo hecho u ordenado hacer. Pero podrían jurar que iría por cada uno de quienes se atrevieron a poner en riesgo su boda. Mientras se arreglaba, todo lo que deseaba era terminar pronto para irse a ver los videos de seguridad. Vaya que les haría pagar lo que hicieron.Rato después, los encargados de maquillaje y peluquería terminaban de trabajar en Romma, quien luc
Romma fue a Monterrey ese día a recoger sus cosas personales en su oficina. No tenía gran cosa, porque no era su naturaleza hacer un nido de ese lugar y ya sin sus portafolios de trabajo, robados por Leo, no había mucho por llevar. Por supuesto, sus memorias portátiles con la música de Queen eran una prioridad para ella junto a algunas fotografías de su familia. Puso en una caja algunas cosas y cuando dio la última mirada al lugar, llamó a su chofer, quien esperaba fuera de la oficina para que se la llevara. Cuando se encontraba ante el escritorio de Mina dejando sus llaves, apareció Leo con su sonrisa de serpiente en el rostro. — ¿Por qué no pude irme sin tener que ver tu asqueroso rostro, Leo? Era tan fácil que no aparecieras por aquí. No esperaba una fiesta de despedida, pero al menos la cortesía de no tener que verte bastaba. —Rommita, te sientes muy poderosa ahora que eres una Dolciani, pero ni eso te va a conseguir sacar del agujero donde te voy a enterrar. Creo que quizás pod
El gran día de ROMMA había llegado. Esa noche se develaría el anuncio en la fachada del edificio delante de todos los invitados que acudirían a la cita misteriosa a la que se les había convocado mediante lujosas tarjetas, sin mayor información que la promesa de un evento exclusivo en la dirección y fecha anunciados. Ya muchos de los invitados recibían atención del personal en la entrada del lugar y se preguntaban de qué se trataba todo eso. Cuando ya la mayoría se había reunido puntualmente como se les había pedido, Romma junto a Alessandro y Nicky acompañados de todo el personal de la empresa, se presentaron ante ellos y aquel locutor famoso encargado de dirigir el evento los anunció, tras un breve discurso de bienvenida. Romma, se presentó ante ellos con un precioso vestido dorado estilo griego que dejaba un hombro descubierto y se ajustaba en un drapeado que acentuaba la esbelta figura y las curvas de la alta joven. El traje que llegaba hasta sus sandalias de delgadísimas tiras d
Ya había transcurrido más una semana desde el lanzamiento de ROMMA y los medios de comunicación no paraban de hablar del acontecimiento. Todos alababan el talento de la joven y bella diseñadora Romma Estévez y le auguraban un gran éxito en el mercado de la moda. La agenda de citas estaba llena por varios meses, porque las celebridades y personalidades de la alta sociedad querían ser de los primeros en recibir los servicios de la nueva casa de modas que prometía un concepto novedoso y elegante, de acuerdo con los gustos de sus clientes. Romma observaba el éxito que estaba teniendo y no podía dejar de pensar en que nunca habría podido hacer eso sin Sandro. Creía en su talento, por supuesto, pero la inversión que hizo su esposo hizo posible que el lanzamiento fuera apoteósico y el apellido Dolciani, sin duda, fue algo que pesó mucho ante los estándares de su clientela. El desfile seguía siendo el tema de moda en los medios de comunicación y en las redes sociales, todo el mundo estaba rea
La mañana llegó y Romma pudo ver que Sandro no llegó a dormir. Nunca había ocurrido antes pero tras la discusión entre ellos, supuso que él había preferido mantenerse lejos hasta que se le pasara la rabieta y decidió que cuando él quisiera, lo discutirían con más calma. Se fue a su oficina y se dedicó a su trabajo por horas, hasta que llegada la hora de la reunión que tenían pautada con los abogados para terminar con algunas cuestiones legales de ROMMA, se dio cuenta de que Sandro aún no la llamaba. Marcó su número varias veces, pero no le respondía y pensó que probablemente se le habría olvidado o estaría ocupado en otra cosa, así que se puso en marcha para llegar a la reunión en la empresa de Sandro, donde habían acordado hacerlo y seguramente, su esposo estaría en el Consorcio. Llegó al lugar y fue directamente a la oficina de Sandro y la recibió Celina con un saludo profesional pero a todas luces, sin el menor agrado de verla. —Buenas tarde, Celina. ¿Se encuentra mi esposo? —No
Capítulo 30 Tras comer algo, Sandro y Romma volvieron al hospital. La chica llamó a su oficina para informar que no iría ese día y que reprogramaran todas sus citas, hasta que pudiera volver. Tenía toda la intención de permanecer allí hasta que pudiera ver a Nicky. Hasta tanto supiera que estaba fuera de peligro, ningún poder humano la apartaría de su lado. Aún no había información nueva sobre su estado, pero le permitieron verlo desde lejos a través del cristal de la unidad de cuidados intensivos. Verlo allí, cubierto de vendajes, y con todos esos aparatos unidos a su cuerpo, tan frágil, tan desvalido, tan vulnerable, le destrozó el corazón. Jamás podría perdonarse que por su culpa Nicky estuviera en esa situación. Las horas pasaban y a mediodía Sandro tuvo que obligarla a acompañarlo a comer en un lugar cercano y volvieron de inmediato. Más tarde, ese día les informaron que se manifestaba una evolución positiva en la salud de Nicky y su cerebro comenzaba amostrar actividad casi n
Capítulo 31 Nicky había sido trasladado a una habitación en el ala privada del hospital, donde podría estar protegido de los paparazzi que buscaban información sobre su accidente. Siendo un modelo reconocido, había mucha curiosidad sobre lo que le había ocurrido. Romma contrató vigilancia privada para su habitación y nadie, aparte de los autorizados, podría ingresar. El personal había sido avisado de que debían mantener a todo el mundo alejado de él y que con cualquier información que ofrecieran de su estado, incurrirían en la violación a su privacidad. Romma permanecía sentada al lado de su amigo, y le hablaba todo el tiempo, esperando el momento en que Nicky abriera los ojos. Su estado ya era estable, y le habían suspendido los sedantes. Esperarían a que despertara por sí mismo para conocer los efectos del accidente. Sus fracturas sanaban satisfactoriamente, la inflamación de su cerebro cedía y su estado actual permitía pensar que ya estaba fuera de peligro. La chica apenas se mo