No creía en las palabras que había dicho Martha, ni siquiera en la confesión de Leonardo, nunca me pareció un hombre de aquella clase… nunca imaginé que solo le interesaba acostarse con cuanta mujer se le atravesara, es más, me negaba a creerlo, tenía una visión muy diferente de él, era un hombre atento, cariñoso, dispuesto a hacer lo que fuera para alegrarme el día cuando me encontraba triste, ese era el Leonardo que conocía, no ese promiscuo al que se refería su madre y él mismo.
_ ¿En qué piensas? – preguntó Leonardo, él me guiaba a la habitación en la que me quedaría, su casa era enorme, cosa que me daba un poco de pena, yo no deb
Camila Sáez Tenía que salir del baño en pijama, para peor solo traía puesto un short corto y una polera corta, definitivamente esperaba que Leonardo no me viera así, ojalá y siguiera abajo con su padre, quien lo había mandado llamar hace unos minutos antes. Aún podía sentir la presión de sus labios contra los míos, la forma en la que apresaba cada espacio de mi boca con su lengua, me mordí el labio pensando en su forma de besar, en su manera de hacerme sentir esto aquí dentro de mi corazón. Leonardo Álvarez Cuando desperté me di cuenta de que estaba abrazando a Camila, es impresionante lo que esta mujer provoca en mí, con solo imaginarme besándola mi piel se estremecía provocando que mi entrepierna se endureciera, traté de alejar aquellos pensamientos de mi mente para que no se sintiera incómoda al sentir mi miembro rozando su trasero. Volví a dormirme embriagado por el aroma de su cabello, aunque suene loco, nunca había dormido al lado de una mujer, siempre cumplía mi cometido y me largaba dejándolas solas, pero ahora era diferente. Claro que había planeado quedarme junto a ella, Capítulo 8
Camila SáezUna semana después. Nuevamente nos encontrábamos en la plaza, era hermosa, Leonardo se había quedado corto la primera vez que me habló de este lugar, supongo que no era muy expresivo en ese sentido, o tal vez, no se había dado el tiempo de fijarse en cada detalle de este sitio. Anoche pasamos la noche fuera de la casa, solo llegamos esta mañana para darnos una ducha y cambiarnos de ropa, Martha, la madre de Leonardo, estaba muy preocupada por nosotros. ¿La razón? Leonardo se peleó con su pad
Leonardo Álvarez Camila estaba durmiendo en mi pecho, en varias ocasiones me ha dicho la paz que le brinda escuchar los latidos de mi corazón, pero si supiera que en realidad es ella quien me da la tranquilidad que siempre he querido. Traté de acomodarla despacio en la cama, no quería que despertara, tenía que bajar a buscar algo de comer para que ella comiera más tarde, además, aprovecharía de hablar cara a cara con mi padre, no soportaría un insulto más en contra de Camila, y esperaba que eso le quedara completamente claro. Camila Sáez. No tenía idea donde íbamos, pero estaba confiada que estando a su lado nada podía lastimarme. El camino se hizo más largo que ayer, hemos hecho compras del supermercado, comprado algunos artículos que podrían hacernos falta, bueno, todo lo ha hecho Leonardo, yo tenía mi propio dinero, pero no me había dejado gastarlo. _ Leonardo, ¿Dónde vamos? – mencioné sonriendo, ya íbamos a más de una hora, había muchos autos en la pista, supongo que por eso se me hacía tan eterno. Leonardo Álvarez Cuando desperté me di cuenta de que Camila ya no estaba a mi lado, me levanté en su búsqueda, pensé que estaba en el baño aseándose, pero tampoco estaba. Bajé rápidamente las escaleras y busqué por todas las habitaciones, finalizando en la cocina, estaba preparando el desayuno o almuerzo, supongo. Me senté en la isla y esperé a que se diera cuenta de mi presencia, se escuchaba una música suave de fondo, sonreí y me imaginé una vida así, a su lado, desayunando, almorzando, cenando, pasando mi vida con ella. Leonardo ÁlvarezPude ver sus ojos llenos de lágrimas pasar a mi lado, estaba seguro de que su alma estaba convertida en mil pedazos, entendía el por qué y también sabía quien lo había ocasionado, Luciano, mi padre. Aunque no podía atribuirle toda la culpa, yo era el hombre a quien ella buscaba, se trataba de Ana. _ ¿Qué estás haciendo aquí? – pregunté enojado, sin duda, la última vez que nos vimos todo lo relacionado a lo “nuestro” había quedado claro. Camila SáezMe sentía mal por lo sucedido, pero no puedo negar que me sentiría aún más mal si estuviera lejos de Leonardo, de todas formas, no es cómo si me hubiese engañado, ellos se conocieron antes de qué él me conociera, pero bueno, el hecho de que aquella mujer me denigrara de esa manera fue lo que me dolió. _ ¿En qué piensas, amor? – preguntó Leonardo mientras pasaba la yema de sus dedos por mi piel desnuda, cosa que hizo que se me erizara todo el cuerpo. _ No te preocupCapítulo 11
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