_ No podré asistir a tu boda, Salvatore, tengo asuntos más importantes de los cuales ocuparme, pero Ana los acompañará y se encargará de que todo esté bien. – mencionó mi padre sonriendo.
_ Está bien padre, pero recuerda que no soy un niño, más niña es ella. – comenté tratando de llevar la contraria de su orden para que no cambiara de opinión.
_ Ya he dicho, Salvatore. – mencionó, siempre tan obstinado, me harás un gran favor, padre. Pensé para mi interior.
Salvatore y CamilaTengo una sola misión, mantener a Camila a salvo por única petición de Leonardo, así que la llevaré a mi casa, donde pienso cumplir mi palabra. Entré en la habitación donde la tenían prisionera, estaba atada en una silla, amordazada, con una venda en los ojos, verla vestida con aquel traje de novia, tan delicada, tan débil…_ ¿Qué hace esta mujer aquí y en estas condiciones? – mencioné alterado. – Estas no eran mis instrucciones. – grité nuevamente._ Fue mi idea. – dijo una voz conocida acercánd
Salí, tenía unos asuntos que arreglar con Ana, digamos que se había quedado en mi habitación, no me agradaba en lo absoluto que lo hiciera, los hombres de mi padre podrían decirle lo sucedido, aunque creo que Ana se acuesta con un par de ellos también, es muy astuta la perra.Volví a casa, subí a la que era mi habitación, donde se estaba hospedando Camila, una vez allí me di cuenta de qué estaba profundamente dormida. Sí, por primera vez en mi vida me dormiría en una habitación que no era la mía, y peor aún, por cedérsela a una mujer con la que ni siquiera había tenido intimidad.Semanas después.
_ Le llamaré que venga antes, si así lo deseas, Camila. – mencioné sonriendo de lado, no sabía qué hacer, pero sí, tenía claro que quería seguir manteniendo la sonrisa en su rostro y así fue._ ¿Harías eso por mí? – preguntó ella sonriendo, verla así se sentía cómo estar en las nubes, volando entre ellas._ Haría todo por que estés bien, Camila. – mencioné, aunque eso significara traer al hombre que te hace feliz, el hombre que te quita el aliento, por el que tu corazón late, desearía ser Leonardo en este momento… Sonreí, nunca deseé ser cómo alg
Aún después de sus palabras era difícil ir a cada reunión a las que me invitaba, en parte, porque sabía que a Leonardo le era una situación incómoda.Por otra parte, Camila tenía razón, me estaba negando a la posibilidad de ser feliz con alguien que no fuera ella, había conocido a una chica de lo más hermosa, su nombre, Evangeline, un nombre muy poco común, creo que nunca lo había escuchado, pero me encanta, es la mujer que me complementa a la perfección.Mi teléfono sonó, la mujer a mi lado comenzó a despertarse, no deseaba hacerlo, así que salí de la habitación para contestar la llamada.
Camila Sáez.Nos encontrábamos en nuestra graduación, el solo mencionarlo me causa nervios, hace solo algunos años era algo que se veía muy lejanos, sabía que algún día pasaría, pero no tan pronto y menos con las calificaciones con las que lo hice. Mis amigas y yo estábamos devastadas pensando que nunca más nos íbamos a encontrar nuevamente y eso era lo más probable, todas tomaríamos distintos caminos, en distintas universidades y con tanto tiempo que nos tomaría adaptarnos sería verdaderamente difícil mantener el mismo contacto que ahora tenemos.Claramente, las que tenían más afinidad se pusieron de acuerdo para irse a estudiar juntas o por lo menos en la misma ciudad, y eso me parecía muy bien, pero yo tenía claro donde quería seguir mis especializaciones y, además, lo que tenía que esforzarme p
“Hola, ¿Cómo estás? – pregunté yo, tenía curiosidad, su foto de perfil dejaba ver a un chico bastante atractivo, pero ni siquiera sabía si era real. Pensé que no volvería a responder… digo, a veces esas cosas pasan. “Bien gracias y ¿Tú?” – respondió él después de algunos segundos. Adrián se me quedó viendo medio preocupado, supongo que era porque tanto él como yo, sabíamos que mi supuesto novio no me hablaba más que en la mañana y por la tarde casi noche, dice buenos días y se va. “Bien también, ¿Qué haces?” – pregunté nuevamente, llena de curiosidad por qué, en primer lugar, no tenía idea de quién era y en segundo, tampoco entendía por qué me había hablado a mí. _ ¿Con quién hablas? – preguntó Adrián sacándome de mis pensamientos. – Estabas sonriendo mirando la pantalla. – comentó nuevamente. No sabía que re
_ No te preocupes, Leonardo, mi amigo. ¿Cómo has estado? – preguntó aquel chico, nunca pensé que terminaría haciéndome amigo del chico nerd, hermano de la chica linda, pero mi relación con ella había terminado, Ana se había conseguido a otro tipejo qué, según ella, le trataba como merecía. _ Bien, no tengo nada que decir, y tú hermana, ¿Cómo está? – pregunté sonriendo. _ Aún sigue odiándote, si eso es lo que querías escuchar, pero yo no soy rencoroso y lo que ustedes tuvieron no me interesa en lo absoluto. – mencionó él sonriendo, creo que este tipo no me dejará nunca, supongo que piensa que por estar a mi lado conseguirá ser igual de popular que yo, pero ese no sería su fuerte
Meses despuésLeonardo Álvarez Ha pasado algún tiempo desde que hablo con Camila, y en este momento no sabía la forma en la cual describir nuestra relación, digo, nunca nos hemos visto, aunque faltan, ¿Semanas? Para que podamos reunirnos por primera vez en la universidad, y la verdad no tenía la más mínima intención de compartir los detalles de ese encuentro con mis amigos. No sé que estaba pasando conmigo, no podía ir a la cama con otra mujer porque constantemente ella está colada en mis pensamie