Me encontraba mirando fijamente a mi abuela, no lograba entender lo que estaba pasando.

- ¿Abuela qué está pasando, porqué estás parada junto a la cama?

- Lamento haberte asustado de esta forma lía, pero ¿no te pasó nada o sí?

- De qué estás hablando, ¿Por qué me preguntas si me pasó algo o no?

- Estabas teniendo un sueño y se te apareció el muchacho de hace un rato. Luego empezaste a participar en el sueño, como si de una vida pasada se tratara. Mira tu cuerpo Lía.

Observé mi cuerpo, tenía unos cuantos rasguños, tal cual como si me hubiese paseado entre arbustos y ramas secas. No entendía absolutamente nada, me siento consternada. En algún momento en lo que trataba de razonar que había pasado, abuela se sentó junto a mí en la cama. Su rostro tenía expuesto muchas emociones, era una mezcolanza, se notaba preocupada, feliz, asustada. Aunque la sensación de sorpresa era la que más afloraba en su bello rostro.

- Lía, déjame explicarte lo que acaba de pasar.

- Está bien.

- Hija, el sueñ