Lo que el divorcio no se llevó
Lo que el divorcio no se llevó
Por: AnonimoLiterario
Prólogo

El pasado de Elianna Aranda era sencillo, había nacido en la clase media, tenía una familia normal, la primogénita, teniendo además dos hermanos, creció en un pueblo lejano, por lo que ella convivió con el campo y la naturaleza, definitivamente fue muy feliz durante toda su infancia, pues todo era color de rosa y no enfrentaba problemas, pero cuando esta creció y se convirtió en adolescente comenzó a ver las cosas como eran realmente, un padre muy estricto que no permitiría que su hija cometiera un error, que le daba menos importancia por el hecho de ser mujer, ella no debía hablar acerca de sus pensamientos ni mucho menos contradecirle aun cuando su padre se encontraba en un error, y no lo hacía no tanto por su bienestar físico, si no el de su madre, dado que su padre desquitaba con ella toda la frustración que sentía, Elianna entonces conoció lo que era temer y odiar a una persona, no entendía porque su madre seguía con aquel tipo, pero ella decía que era porque así lo había jurado una vez y debía de cumplir…

Entonces Elianna se hizo la promesa de que jamás se casaría, no permitiría que su destino fuese el mismo que el de su madre, aunque tuviese que vivir en soledad ella no quería sentirse atada toda su vida, deseaba tanto la libertad…

Además de ello Elianna se dedicó a sus estudios, y claro a sus amigas del pueblo, no es que le desagradase ese lugar, pero ella quería algo más, quería salir y conocer el mundo y estaba segura que de quedarse ahí no lo conseguiría, además quería realizar grandes cosas, y no compartía la idea que se tenía en el pueblo que terminando la educación media superior sería un buen momento para que las mujeres se casaran… así pues estudio y presento un examen de admisión un una de las mejores universidades del país aunque esta se encontraba muy lejos de casa, su madre la apoyaba, creía en el potencial de Elianna, ella adoraba a su hija, haría lo que fuese por ella, amaba que su hija tuviese grandes esperanzas, y aquel espíritu luchador de Elianna, siempre tenía pese a todo una sonrisa para regalar y la fe en las personas, pese a todo ella tenía una alma muy noble. Finalmente fue aceptada y aunque su padre se negó un poco logro entenderla y le dio el consentimiento para que ella fuese lejos de casa a estudiar… finalmente él la quería mucho, era su hija, aunque nunca supo bien como enfocar sus sentimientos.

Por su parte Elijah Bernstein tenía un pasado mucho más sencillo, se crio en un pueblo, muy lejano al de Elianna, su familia tenía dinero, él era el hijo menor y por supuesto que heredaría alguna enorme fortuna, pero el no pretendía quedarse con el negocio familiar y pasar el resto de su vida cuidando ganado y los millones que sus ancestros generaron, así que decidió explotar su potencial y estudiar algo que lo impulsara a tener algo que el siempre deseo, libertad absoluta, aun así amaba a su familia y deseaba ayudarles en cuanto pudiese, pero sabía que para poder lograrlo necesitaba armas, y esas armas se las daría el estudio, afortunadamente una de las mejores instituciones del país se encontraba cerca de casa, así que no le represento mucho problema, fue aceptado y comenzó su carrera hacia el futuro.

Elianna Aranda contaba con solo 18 años cuando conoció a Elijah Bernstein, que le llevaba con 7 años, ella recién había comenzado a estudiar la universidad mientras Elijah ya había terminado y había decidido estudiar un postgrado.

Físicamente Elianna en aquellos momentos era un poco alta, el cabello negro a media espalda, ondulado en las puntas, ojos chocolates sumamente expresivos, boca carnosa y pestañas largas y muy tupidas, rostro lleno de inocencia, y una hermosa y cálida sonrisa, y un cuerpo bien proporcionado, aun así, ella se veía como todavía una chiquilla, con vistos de ser mujer, era linda en conjunto.

Entre tanto Elijah era todo un hombre, cabello oscuro hasta la cintura (pese a ser todo un profesionista), un cuerpo bastante atlético, una personalidad enigmática, ojos color ámbar asombrosamente bellos, una sonrisa pícara que podría poner nerviosa a más de una, su presencia simplemente impactaba.

En un principio ella a pesar de reconocer que Elijah era atractivo, le pareció una persona desagradable pues tenía un trato rudo, tal pareciera que todos los demás seres en este mundo no se le podían semejarse, a sus ojos aquel tipo se creía un semi Dios y todo porque recién acababa de regresar de España debido a sus estudios de postgrado.

Pese a ello por una amiga en común, Karla, se vieron obligados a tratarse más a fondo dado que ella les daba hospedaje a aquellos dos.

Mientras el tiempo transcurría Elianna e Elijah se trataron más derivando en una amistad muy buena, conocieron más afondo sus almas, sus tristezas y alegrías, sus demonios internos y todo aquello que los habían hecho ser quienes eran ahora, todos los días establecían charlas eternas hasta bien entrada la madrugada, ambos platicando se sus amores perdidos o los existentes.

Su amistad avanzo tanto que ella era frecuentemente invitada a la casa de Elijah, al principio a Elianna le parecía un poco atemorizante, pero él la calmaba diciendo que no era la primera mujer ni la última que se hospedaría en su casa, además ¿eran amigos no? Si, eran amigos, pese a que en sus momentos ambos se confesaron su odio, su amistad era realmente extraña, ella prefería estar con aquel hombre que le llevaba 7 años que, con sus compañeros, así mismo que el prefería estar con aquella niña que recién comenzaba a vivir.

Su historia de amor avanzo, y, como era natural, ambos decidieron casarse, unir sus vidas para siempre en una boda de ensueño con flores y angeles en todas partes, ser felices como se prometieron, serlo para siempre. Sin embargo, una vez que el matrimonio llegó, con el llegaron los problemas, y tambien, los sueños rotos. Elijah deseaba irse, explorar otros rumbos, marcharse a España a encontrar un mejor futuro para el mismo sin depender de herencias ni nada que no fuese enteramente suyo, pero Elianna deseaba quedarse, formar un hogar en su lugar de siempre, y con los deseos divididos, el dolor llego. 

—Mira, me he pasado todo el día buscando información para ti, he preguntado en la universidad y puedes ir de intercambio a España, aquí te traigo todas las opciones de las universidades que ofertan la misma carrera que estas cursando, allá llevaras materias que llevas aquí mismo, además he preguntado y puedes ir a donde mismo que yo Elianna— dijo Elijah muy decidido y feliz.

Elianna se quedó sorprendida

—Ven Elianna, vamos juntos a España, tú también lo quieres, eres como yo, vamos, lo tengo todo listo, se solo que tú quieres— afirmo Elijah

Elianna se quedó atónita, ¿Dios que bien se sentía el saber que Elijah la quería a un lado de él, ella aceptaría feliz, realmente quería seguir a Elijah hasta el fin del mundo pero… no podía, estaba su familia, sus propios sueños de formar un hogar junto a su esposo.

—¿Entonces que dices, nos vamos? — exclamo un Elijah anhelante, aunque en el fondo sabía que ella tal vez no podría…

—Elijah, claro que me encanta la idea, claro que me gustaría acompañarte a España, pero ahora no es el momento, no puedo hacerlo, no podría con el cambio de programas allá, además quiero ir allá y hacer un buen papel, y para ello debo tener las bases muy bien puestas, y apenas me las están dando en clases, por ahora no puedo… ¿y que paso con la promesa de tener hijos juntos? Nos casamos aquí, nuestras familias viven aquí, no podemos dejarlos…no quiero hacerlo, no puedo — exclamo ella con los ojos bajos.

Se produjo un silencio en la habitación, demasiado tiempo para el juzgar de Elianna, finalmente Elijah rompió con aquel silencio.

—Entiendo, ahora no es el momento, sé que no lograre convencerte, una vez que decides algo, no hay nada ni nadie que te convenza de lo contrario, estaremos bien, yo regresare cada que pueda y te veré, algún día podrás irte, te lo aseguro, regresare en vacaciones te lo prometo y entonces nos veremos — dijo el sin estar dispuesto a dejar sus sueños atrás, y los realizaría con su esposa o sin ella.

—Si, sé que lo harás — respondió Elianna sabiendo que aquello era el fin, aunque el no lo dijera, el no abandonaría sus sueños, y ella no tenía derecho a impedírselos.

Finalmente se abrazaron y si dispusieron a comer. Fue una comida silenciosa en la que ninguno dijo nada más, y en donde el dolor estuvo presente en todo momento.

El momento de las despedidas llegó, todo estaba listo, Elijah se marchaba a España, y Elianna guardaba el dolor de su corazón por dentro. 

—Te extrañare Elijah— dijo Elianna al sentir la fuerte mano de Elijah sobre su brazo.

—Feh, no me extrañes, regresare pronto, además para eso existe el Internet, te escribiré y te contare todas mis aventuras, y luego, cuando estes lista, regresare por ti, eso ya lo sabes — refuto Elijah.

—Claro, estaré esperando noticias tuyas y quiero sab…— Elianna no pudo terminar su frase porque Elijah la tomo entre sus brazos y la beso, un beso desesperado, que paralizo a Elianna, una corriente eléctrica atravesó todo su cuerpo, Elianna comenzó a temblar, él lo podía notar y sonrió, vaya esa niña si que era inexperta y a la vez era exquisita, pero ella no se separó, en vez de ello, Elianna se acercó más a él acomodándose a su cuerpo, quedando perfectamente acoplados, como si estuviesen hechos el uno para el otro, ella llevo sus manos a su pecho, quería expresar en ese beso todo el amor que tenía, él lo sintió y la tomo por la nuca y la cintura para profundizar el beso, realmente Elianna no se lo creía, pero lo estaba disfrutando, el beso se tornó lento y lleno de sentimiento, pero después de un tiempo se separaron, ella, se sonrojo y giro su cabeza hacía algún otro lado, el lado que fuese pero no frente a Elijah, el comprendió, y la tomo de la mano para llegar al auto y regresar a casa.

En el camino no cruzaron palabra, pero ambos sabían que no hablarían en el futuro de aquel beso, finalmente llegaron a la casa de Karla y se despidieron.

Lo último que menciono Elijah a Elianna antes de irse fue:

—te escribiré todos los días, prometo que volveré—

Finalmente lo vio alejarse…

Elijah llego hasta España lleno de sueños y esperanzas por un futuro, y con Elianna, aun amandola tanto, ante la negativa de esta para seguirlo aquel sueño de formar una familia se iba desvaneciendo. El la amaba, y estaba convencido de que la amaria por siempre, pero habia una desicion que tomar, una que cumplir. Con el tiempo fue ascendido, llegando a convertirse en el CEO de aquella empresa en que había apostado todo, y, por supuesto, esto era el primer paso para crear su propio negocio, su propia empresa, y deseo con todo su ser que Elianna, su amada esposa, lo acompañase en aquella travesia que para él significaba tanto. 

—Lo siento cariño, pero aun no puedo ir, y la verdad, no estoy segura de que España sea un buen lugar para nosotros, espero puedas comprenderlo —

Aquella frase lo decía todo, Elianna no estaba dispuesta a seguirlo en su sueño y entonces...solo habia una decision que tomar.

Elianna sabía lo importante que era para su Elijah aquello, y decidida a hacer sus maletas, estuvo dispuesta a marcharse a España y estar con quien seria su unico amor para siempre. Sin embargo, su indesición causaría que sus sueños y esperanzas se vinieran abajo...

Y días después, los papeles del divorcio habían llegado por correo. Un malentendido y palabras no dichas a tiempo, había provocado su separación, y su corazón roto no se recuperaría por completo... ¿Alguna vez volverian a verse? y si así fuera, ¿Qué ocurriría con ellos? El destino sin duda los pondria de frente, aunque no sin obstaculos que sobrevivir y errores cometidos. 

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