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—Pero señor Sabe usted que no puedo, voy a casarme en un mes y me es imposible aceptarlo—

Elianna aun se mostraba confundida, realmente le parecía increíble que en serio quisieran mandarla a España, había aceptado en automático, pero realmente estaba a punto de casarse.

Thomas miro a Elianna con aire de frialdad y enojo.

—Oh no niña, no te estoy pidiendo tu autorización, es algo que harás, a menos que quieras ser despedida… simplemente no te entiendo te estoy ofreciendo la oportunidad de tu vida y la desaprovechas —

—Señor se lo agradezco de verdad, pero ni siquiera sé de qué es lo que se está manejando en estos momentos en cuanto al avance, los objetivos que se persiguen y todo eso. —

—Elianna, esa no es excusa, se perfectamente que eres muy capaz y entregada a lo que haces, no tardaras más de una semana en ponerte al tanto de nuestros objetivos, y una vez estando allá no tardaras mucho en conocer su punto de vista y comenzar a colaborar en conjunto, después ya veremos qué es lo que sigue para ti, así que no lo pienses mucho tienes hasta mañana para decidirte, y de aceptar estarás dentro de una semana en España— acoto Thomas muy serio, en el fondo sabía que Elianna aceptaría.

—Si aceptas te ofrezco esto, podrás tener libertad acerca del próximo proyecto que quieras, te ofrezco con ello entonces las alas para volar hacía donde tu quieras, siempre y cuando sea benéfico para la compañía.

Elianna asintió, tendría que pensárselo y hablar con Kenan…

—vaya, en realidad me sorprended lo que me dices, vaya que los dos hemos tenido muy buenas noticias laborales en estos días mi vida—

Elianna estaba frente aquel ojiazul, recién le había contado lo que le había propuesto Thomas, definitivamente representaba un gran avance en su carrera, aun no entendía muy bien porque ella había sido elegida, pero representaba una oportunidad única, solo que ahora no era el momento propicio, prácticamente tenía su vida hecha, ya había tomado un rumbo y de repente viene algo que lo cambia todo… aun así Elianna se preguntaba cuál sería la reacción de Kenan.

—y bien Kenan, ¿Qué opinas al respecto? —

—Creo mi cielo que tendremos que posponer la boda hasta que regreses— dijo Kenan con voz queda, no le gustaba la idea de separarse de Elianna tanto tiempo, pero ella la conoció libre, con muchos sueños y ambiciones, y el no pretendía cambiar su forma de ser, este representaba el alcance de uno de los sueños de ella, simplemente no podría negarse…

—¿lo dices en serio?, ¿acaso no te incomoda? —

—Mi vida, claro que voy a extrañarte este tiempo, pero solo serán cuatro meses, además tu me has apoyado en todos mis proyectos, lo menos que puedo hacer es apoyar los tuyos, además como jefe de departamento entrante tengo mucho trabajo y casi no tendré tiempo, así que bueno esta separación durara poco y después de esta regresaras y continuaremos con nuestros planes—.

Elianna se había puesto nerviosa, una parte deseaba ir a España, conquistar metas y ser la mejor, pero por el otro tenía miedo, tal vez a lo desconocido, tal vez a salir de esa “protección” en la que se veía envuelta su vida, en donde la aparente plenitud reinaba.

Finalmente, la beso y ella respondió ese beso de forma tierna y agradecida, nunca se cansaría de pensar que estaba con un hombre que la amaba mucho….

Paso una semana, con la información que debía manejar y los preparativos adecuados Elianna prácticamente vivió para el trabajo. Al finalizar se encontraba en el aeropuerto a punto de subir al avión. Se habia ya despedido de su familia y de Kenan, y con el corazón inflamado entre la emoción y el miedo, se subio al avion que la llevaría a su ultimo destino. 

Elianna llego finalmente a Madrid, le recibieron por parte de la compañía con la que se fusionarían y la llevaron hacía su apartamento, ella se sorprendió, no era un piso pequeño, era más bien espacioso y cómodo, de ambiente moderno, de buenos acabados, buena iluminación, buena ubicación, sabía que ese piso no saldría nada barato, pero en fin, ella no lo había pedido así, solo sé que se lo había ofertado la compañía con la que harían fusión, al parecer querían hacer lo posible para que ella estuviese cómoda.

—Señorita esta es su llave del piso, se le pide además que pasado mañana se presente a New Castle Corp., para que conozca las instalaciones y todo lo que haga falta— dijo el hombre que la había recibido y llevado a aquel piso un chofer de aquella compañía.

Elianna asintió, bueno, al menos tendría un día para descansar y acomodar sus pertenecías, además debía comprar víveres y todo lo que le hiciera falta.

Elianna apenas logro despertar a tiempo, ese cambio de horario la estaba matando, no tuvo en realidad tiempo para recorrer la ciudad, debía acomodar sus cosas, ir por todo aquello que le pudiese hacer falta y prepararse para la reunión que tendría en New Castle Corp., de cualquier forma, ella había ido a España a trabajar, no a pasear.

Despertó, se dio un baño rápido, tomo un café, que tal vez la ayudaría a despertar totalmente, tomo la ropa que había escogido para su presentación en aquella compañía, una falta ceñida de satín negro, la cual hacía lucir su cadera, una blusa blanca de manga larga, de cuello sport, dejando abiertos los primeros botones, dejando así un generoso escote, sin que por ello se vise vulgar, así mismo un chaleco fajilla de color negro, este comenzaba justo debajo del busto y se ceñía a su cintura haciendo resaltar su busto y mostrando la estrechez de su cintura, para terminar con el conjunto se calzo unos zapatos de tacón de aguja, torneando aun as sus piernas, en cuanto al maquillaje uso o acostumbrado, lo que según su parecer la hacía lucir bien, coloreo sus labios con un labial de tono entre rosado y rojo, dándole un aire seductor. Finalmente dejo su cabello suelto, acomodándolo para que este cayera hasta media espalda dejando sus ondas mecerse libremente.

Se vio al espejo, debía causar una buena impresión, no es que la impresión física fuese de mucha ayuda en un trabajo como ese, pero de todas formas esto la hacía sentir segura.

Roció un poco de su perfume favorito sobre su cuerpo y sus ropas y tomo su portafolios. En su nuevo empleo, como era de esperarse, inevitablemente llamó la atención de todos, en especial la del genero masculino, entre ellos, la mirada de aquel hombre de su pasado, de aquel esposo que una vez la abandono sin razón alguna, noto su hermosa presencia. 

Elijah se encontraba ya en la sala de juntas, volteando hacía la ventana, las reuniones de esta índole nunca le gustaron, siempre se trataba de lo mismo, de quien sería el rey y quien el vasallo de los proyectos, medir fuerzas y poderío, entre ver a quien podría manipular, con quien podía contar y con quien no, escucho entre abrir la puerta y gruño. —¿Cuántos tipos serán con los que tendré que lidiar? — pensaba, mientras veía el cielo de esa mañana, algo que hacía tiempo comenzó a apreciar.

De repente un delicioso aroma llamo su atención, era un aroma tan delicado, fresco y a la vez embriagador, de alguna manera de pareció conocido, pero a la vez no logro identificar ese aroma, fue como un recuerdo vago, se dio la vuelta y enfoco su mirada hacía donde provenía dicha fragancia, y entonces la vio.

En el otro extremo de la sala de juntas se encontraba una mujer de espaldas, lo único que logro de ver hasta el momento fue la forma en que vestía, provocadora pero elegante y de acuerdo a la ocasión, una cabellera azabache hasta media espala y que lucía brillante y sedosa, una cintura estrecha, acentuada aún más por la dimensión de su cadera, piernas largas, que parecían ser infinitas, bien torneadas desde el ángulo que él podía apreciar.

Mientras Elijah se encontraba viendo sus curvas, pensaba en que tal vez eso no fuese tan malo después de todo, pero a la vez se encontraba algo intrigado por la reacción que el aroma de esa mujer le llamara tanto la atención, era como si algo que él ya había vivido regresara, pero a la vez diferente. —Como algo viejo que cambio— pensó para sí mismo.

Elijah que se encontraba apoyado entre la pared y la ventana ya había perdido el interés en aquel cuerpo, que en efecto, tal como decía Milton era muy deseable, desvió la vista y nuevamente contemplo el exterior, entonces fue cuando escucho una voz proclamando “Mi nombre es Elianna Aranda”…y despertó.

¿Elianna Aranda?, ¿quién dijo ese nombre, habría sido aquella mujer?, no podría ser la que conocía, no en ese lugar, ella se encontraba prácticamente a otro lado del mundo, seguro seria otra mujer con el mismo nombre, además ese cuerpo no correspondía al de aquella chica…

Elianna se safo de agarre y se dio la vuelta, avanzando por el frente de los hasta ahora convocados, esbozando una sonrisa, de alguna forma denotaba reto, de todas formas se dirigió hacia la ventana, por ahora tendría que calmarse y ello lo haría mirando el cielo, siempre le gusto, tanto de día como de noche, ello la tranquilizaba y seguro esta vez no sería la excepción.

Elijah quedo impactado, cuando aquella mujer giro pudo apreciar entonces el cuerpo que tenía, perfecto, aquel escote generoso que dejaba ver parte de aquel hermoso busto, todo el conjunto de su cuerpo se veía tan… apetecible. Pero su impacto mayor fue al subir la mirada y ver su rostro…

Unos labios carnosos y ligeramente rojos, esbozando una sonrisa un tanto retadora… y seductora a la vez, junto a unos ojos chocolate, sumamente expresivos, que en ese momento se veían tan coquetos, pero que podía notar cierta irritación en ellos, su cabello cayendo por su espalda y cuello, pero el ya los conocía, los conocía, había ciertos cambios, pero sin lugar a dudas era ella.

¡Por dios que hace Elianna aquí!, pensó para sí mismo al contemplar a aquella mujer que no era nada más ni nada menos que aquella a la que dejo abandonada en nombre de sus sueños, la Elianna que hacía tanto no sabía de ella, aquella chiquilla estaba ahí, ¡y no era más una chiquilla, era una mujer hermosa y seductora!, ¡en qué momento paso!, estaba ahí, hermosa, crecida, sensual, segura, … estaba ahí, y al parecer en algo que involucraba la reunión, estaba tan hermosa…

Elianna caminó imponente y hermosa dentro de aquella sala de juntas sin saber lo que la estaba aguardando dentro, su figura en todo momento era observada por Elijah, su ex esposo, su eterno amor, y quien no cabia en el asombro de volver a ver a aquella mujer que habia dejado en el olvido. 

Mientras Elianna se acercaba a la ventana, vio a un par de hombres, ambos altos, ambos aparentemente fuertes, vestidos de manera impecable, pero uno de ellos… uno de ellos le parecía conocido.

La forma en que la miraba acercarse a él, aquel hombre de cabellos negros y largos, cuidadosamente peinados hacía su espalda, aquella boca, que por ahora se presentaba un poco tensa… Pero sobre todo sus ojos, esos ojos, esos ojos como nunca había visto otros igual..

—¡No puede ser, es Elijah! — grito para sus adentros, ahí estaba en frente de ella Elijah, su Elijah, parecía imposible, pero ahí estaba, igual o más guapo que antes, Elijah, con quien vivió tantas cosas, el que de manera directa o indirecta le enseño tantas cosas, aquel hombre que fue dueño de su corazón, por el que lloro tanto tiempo, por el que vivió y murió tantas veces, aquel que era ahora su pasado estaba frente a ella, volviéndose presente.

En un momento todo su pasado regreso a su mente, todos los momentos felices, todos los sentimientos que llego a sentir, sus expectativas, todo se arremolino en un solo momento dejándola temblando, estaba temblando al tener frente a ella a Elijah, ¿Qué hacer?, ¿Cómo actuar?, su mente le dictaba que se calmara, que no pasaba nada, que por ahora no debía demostrar nada, pero su cuerpo… su cuerpo no obedecía, estaba temblando, temblando al sentir cerca de aquel ser...a aquel al que habia amado tanto. 

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