[MASSIMILIANO]
7 de marzo
Miami, Florida— Estados Unidos
Paola llevaba razón, Salva nos ha mentido a todos, no ha venido a ninguna a Miami para asistir a ninguna convención. Me quedo en el auto que he alquilado en el aeropuerto, y lo observo entrar a una casa que más que casa parece una mansión como en la que nosotros vivimos en Sicilia. La junta directiva me matara, me he escapado previo a mi viaje a Latinoamérica sin previo aviso, pero no podía no viajar siguiendo los datos que me ha dado Paola acerca del repentino viaje de Salva a Miami. Era imposible si es que esto representa una posibilidad de encontrarla.
Me quedo aquí y espero pacientemente, pero no puedo dejar de pensar en que Sandra también me matara. Sé que he sido un idiota por enredarme con ella, pero ahora debo asumir las consecuencias de mis actos, y la principal, es el hijo que ella espera. Estoy entre la espada y la pared, si no estoy con ella sé que hablara con la prensa y mi reputación quedara por los suelos al igual que la reputación de mi familia y nuestros negocios. Tengo a Luciana, la relacionista publica de la empresa y mi asesora de imagen en eventos públicos, y hasta el asesor legal de la empresa presionándome para que me haga cargo de ese niño, pero ni siquiera he sido capaz de decirle a mi familia acerca de ese asunto. Ellos también están decepcionados de mi, adoran a Chiara y no es para menos, es la mujer ideal, una que yo perdí como un estúpido.
《Maldita la hora que me deje enredar por ella... 》Me recrimino una vez más y eso es lo que hago desde el día que la perdí 《Maldita la hora que fui el imbécil más grande del mundo y perdí al amor de mi vida.》
Necesito explicarle lo que esta sucediendo, tengo que cerrar este capitulo con ella así me muera del dolor. Debo ser lo suficientemente hombre y hacerme cargo de esa criatura que no tiene la culpa de los errores que yo he cometido. Además, no puedo arruinar la reputación de mi familia y de la empresa si es que no hago lo correcto.
Llevo al menos una hora esperando aquí cuando de repente, la puerta de entrada se abre y Salva sale con alguien. No sé bien si es ella, apenas puedo verla porque se sube al auto rápidamente. Espero a que arranquen y los sigo por las calles de Miami con la esperanza de que si sea Chiara. De no ser así, no sé quién podría ser esa mujer y claramente mi hermano estaría en problemas con su esposa.
[...]
Estaciono el auto a unos cuantos metros de donde ha estacionado mi hermano, y una vez que veo donde han entrado, salgo del vehículo y voy allí 《¿Un restaurante?》 Me pregunto a mi mismo y evitando a la recepcionista quien me pregunta si deseo un lugar, camino por el lugar hasta que los encuentro a los dos sentados alrededor de una mesa.
Mi mirada se cruza con la de Chiara quien la aparta rápidamente y mira a Salva —¡Me habías dicho que él no había venido!— Le grita y sin más se pone de pie y comienza a correr hacia la salida del restaurante.
Trato de reaccionar ante la imagen que se ha cruzado frente a mi, pero me cuesta... 《No puede ser... está embarazada...》
《Se ve tan hermosa...》Me grita mi subconsciente, pero sacudo todos los pensamientos de una vez y me hecho a correr detrás de ella.
—¡Chiara!— Le grito y sigo corriendo detrás suyo hasta que la alcanzo a mitad de la calle.
La sujeto del brazo y su mirada verde está llena de lagrimas —¡¿Qué m****a quieres Massimiliano?!— Me grita y no puedo ni siquiera hablar. Solo me quedo mirando su rostro angelical y su cabello castaño que tan perfectamente enmarca ese rostro. Recorro su figura completa y me pierdo al ver esa barriga.
—¡¿Qué haces aquí?!— Me grita Salva cuando nos encuentra.
—¡Eso debería preguntártelo yo a ti! ¡Se supone que eres mi hermano! ¿Cuándo pensabas contarme donde estaba ella?— Le exclamo y la miro —¿Es mío?— Le pregunto con rabia refiriéndome al bebé 《Su silencio me lo dice todo...》—¿De cuanto estás?— Pregunto firme.
—Cinco meses.— Responde con rabia y mueve su brazo para que la suelte.
—¿Y porque no me lo habías dicho? Tú y yo estábamos juntos hace cinco meses atrás...— Le reclamo y es que realmente estoy enfadado... Estoy con rabia hacia mi... hacia ella... hacia todo...
—Porque me entere una semana antes de nuestro casamiento y quería decírtelo en nuestra noche de bodas. Una que no existió porque tú decidiste enredarte con mi supuesta mejor amiga. No vengas ahora a hacerme ningún tipo de reclamos porque no te lo voy a aceptar, yo no fui quien lo arruino todo aquí. — Me dice firme con su mirada llena de odio hacia mi y sé que tiene razón, es mi culpa.
—¿Y no me lo pensabas decir jamás? ¿Acaso me iba a enterar cuando el niño tuviese diez años?— Pregunto con rabia en un intento por que la culpa no me gane.
—¡Es una niña! Y no, te lo pensaba decir cuando naciera... No quería pasar por esta m****a ahora, el medico me ha dicho que es un embarazo de alto riesgo, y tu presencia no me hace bien. No te necesito Massimiliano, tampoco necesito tu dinero y mucho menos que le des tu apellido a mi hija.— Me dice dejándome en blanco.
《Una niña...》
《¿Embarazo de alto riesgo? ¿Y si le digo lo de Sandra y le hago mas daño? No me lo podría perdonar jamás...》Me digo por dentro y aquí estoy una vez más en una situación que yo mismo me busque.
—¿Cómo que de alto riesgo?— Pregunta Salva y al igual que yo está preocupado.
—Preeclampsia, pero estoy siendo tratada... solo necesito un embarazo en paz, y tu Massimiliano no me generas paz.— Me dice firme y doy dos pasos hacia atrás.
—Chiara, no hay nada que pueda decirte que haga que me perdones. Solo puedo estar aquí y decirte que siento demasiado lo que te he hecho y que por favor me dejes formar parte de la vida de esa niña.— Digo dejando todo mi orgullo, rabia, y explicaciones a un lado.
No soy capaz de decirle nada. Solo quiero que ella y mi hija estén bien por más que ahora este pareciendo el hombre más insensible del mundo. Me estoy perdiendo la oportunidad de estar con la mujer de mi vida y con nuestra bebé a causa del error más grande de mi vida, uno en el que yo mismo me deje caer a manos de esa mujer.
—Te mantendré al tanto y te dejare saber cuando se acerque la fecha del parto.— Me dice fría como un tempano y no es para menos.
—¿Cómo se llamará?— Pregunto en un susurro que calla muchísimas palabras que tengo para ella.
—Aysel.— Me dice y tengo ganas de llorar aquí mismo.
—Es un muy bonito nombre.— Me limito a decir.
—Gracias.— Contesta indiferente.
—No quiero molestarte más, solo quería encontrarte y disculparme contigo. Lo siento.— Miento y sin más me doy la vuelta y me marcho.
No quiero sentir más culpa de la que he estado sintiendo en estos últimos meses. A veces cometemos errores que se pagan demasiado caro, y ese es mi caso. Tengo que sacrificar lo que más amo para cuidarlo.
2 semanas después: 23 de marzoMiami, Florida— Estados UnidosYa hace dos semanas del encuentro con Massimiliano, y aun no lo puedo superar. El ver esos ojos grises que tanto he memorizado en nuestros años juntos me ha hecho revivir todo lo que intenté borrar en los meses que estuve alejada de él. Todavía no puedo creer que tan solo me haya pedido que lo mantuviese al tanto del embarazo, ni siquiera me ha preguntado por mí. No le ha importado si estaba bien o no... supongo que ya no me ama, o quizás hace mucho no lo hacía y su historia con Sandra llevaba ya tiempo antes de nuestra fallida boda.Entro a mi taller de diseño y es solo cuando me cruzo con el presidente de la empresa es que regreso a la realidad. —Chiara, ¿te encuentras bien? — Me pregunta y debo mirar sus ojos negros para demostrarle que si lo estoy.&Eac
4 meses después 6 de JulioMiami, Florida – Estados Unidos—Mi amor, por favor tranquilízate.— Me dice Asier mientras aprieta mi manos en esta sala de espera donde esperamos por el doctor.—Tengo miedo, no me siento bien... llama a Salva por favor; pregúntale si Massimiliano ha llegado, me ha prometido estar aquí el día que naciera su hija.— Le pido en medio de mis nervios.En todos estos meses, Asier ha sabido ganarse mi corazón, o al menos lo que ha quedado de el. Me ha conquistado día a día y, aunque él es consciente de que aun no lo amo como lo ame a él, es paciente y me ama sin condiciones. Tanto así que me he atrevido a contarle quien es el padre de mi niña y ha aceptado de que Massimiliano se comunicase conmigo de vez en cuando para saber de su hija. Y en una de esas conversacio
6 de JulioMiami, Florida – Estados UnidosLa enfermera me acerca a mi niña cuidadosamente, y por primera vez la puedo ver bien ya que cuando nació se la llevaron rápidamente a hacerle estudios. Me parece estar viendo el sol por primera vez, es tan hermosa… Ella la coloca entre mis brazos y no puedo contener las lágrimas de emoción.—Hola mi princesa, soy tu mami. — Digo y tomo su pequeña manito con la mía.—Mi sobrina es preciosa.— Comenta Salva y solo puedo sonreírle.—Lo es, mira la carita que tiene... esa naricita... su cabello. — Señalo contemplándola como el más precioso tesoro que la vida me ha regalado. —Pero acércate. — Le pido a Asier quien me mira emocionado.Él camina hacia mí y toma la manito de mi niña —Es una mu&
Octubre 23Rio de Janeiro, BrasilSalgo de la sala de reuniones completamente agotado después de haber concluido con un reunión de negocios que me tuvo más de tres horas encerrado en una sala de juntas. Hoy ha sido la ultima, he estado cinco meses recorriendo el continente completo cerrando negocios y en medio de todo ese caos mi vida se convirtió en una mezcla de sueños y pesadillas. El éxito me sonríe, los socios me felicitan y todo sale a la perfección, pero por el otro lado lo que me ha destruido ha sido no poder ir a conocer a mi hija en persona, una bebé que tiene ya casi cuatro meses... No veo la hora de ir al aeropuerto mañana y viajar a Miami para finalmente conocerla. Su madre me envía fotos todas las semanas, pero no quiere hablar conmigo y la entiendo he sido un imbécil con ella.Tampoco logro superar lo que me ha hecho Sandra.
[MASSIMILIANO]Octubre 25Miami, Florida— Estados UnidosNo sé ni por dónde empezar a decirle todo lo que debo explicarle. Sus ojos me miran expectante, y nuestra hija jala su cabello mientras que está sentada sobre su regazo. Sonrió al verla hacer eso y de verdad que es preciosa.—¿Vas a hablar?— Pregunta firme.—Si prometes creerme. — Le advierto.El camarero deja lo que hemos ordenado sobre la mesa y ella asiente.—Te escucho. — Habla fría y soy consiente de que nada de todo esto es fácil para los dos.—El día de nuestra frustrada boda, Sandra me sedujo una vez más. Llevaba meses intentándolo, pero como imbécil caí en su red el día que menos debí hacerlo. Me he recriminado una y mil veces el haber hecho lo que hice. Ni siquiera s&
[MASSIMILIANO]Cinco días después: octubre 30Miami, Florida – Estados UnidosMiro el enorme edificio enfrente de mí y no puedo evitar sentir nervios antes de entrar. Volveré a verla después de cinco días. Me siento igual que el primer día que fui a casa de sus padres a buscarla para nuestra primera cita, pero nada puede estar más lejos de ese momento, tan solo me estoy apareciendo aquí para ver a mi hija e intentar recuperar de alguna manera a su madre.Tomo valor y entro al edificio donde me recibe una mujer de más o menos treinta años de cabello rojizo. —Buenos días, ¿en qué le puedo ayudar? — Me pregunta amablemente.—Estoy buscando a la señorita Chiara Rossi.— Le dejo saber.—¿Su nombre?—Inquiere—Massimi
Días después 15 de NoviembreMiami, Florida –Estados UnidosLos negocios por Estados Unidos hasta ahora han superado todas las expectativas, y es que por momento llegue a pensar que todo se caería de un momento a otro. Tenía miedo de no ser capaz de llevarlos a cabo, pero afortunadamente, el éxito me sonríe otra vez. Si tan solo ella y mi hija me hubiesen acompañado en estos viajes... Hoy me toca dar una conferencia en la ciudad de Miami y obviamente la he invitado para que fuera, pero no sé si lo hará.Pensar que ella me ha acompañado en cada momento importante de mi vida. Ha estado al lado de cada evento al que me han invitado y en cada reunión importante a la que he asistido. Sigo echándome en cara una y otra vez mi maldito error, llevo casi un año sin ella a mi lado y cada día la extraño más y má
[CHIARA]No es ninguna novedad que Massimiliano haya brillado en su conferencia, él siempre brilla cuando se trata de lo que sabe. Debo admitir que él que me mirara a mí y a su hija durante todo la presentación me ha conmovido; sobre todo cuando agradecía a la gente que lo apoyaba en ser quien era. Apenas ha terminado el evento, yo he regresado a donde nos encontramos antes para poder hablar con él. Luciana me indica que lo espere en su improvisado camerino y mientras lo hago, aprovecho para cambiarle el pañal a mi niña.—Hola.— Lo escucho decir cuando estoy por terminar.—Hola, muy buena conferencia. — Me limito a decirle y sigo con mi tarea.A los pocos segundos él está a mi lado y observa lo que hago con mucho interés. —Gracias. Algún día deberé cambiarle un pañal yo.— Comenta y solo puedo mirarlo de r