2 semanas después: 23 de marzo
Miami, Florida— Estados Unidos
Ya hace dos semanas del encuentro con Massimiliano, y aun no lo puedo superar. El ver esos ojos grises que tanto he memorizado en nuestros años juntos me ha hecho revivir todo lo que intenté borrar en los meses que estuve alejada de él. Todavía no puedo creer que tan solo me haya pedido que lo mantuviese al tanto del embarazo, ni siquiera me ha preguntado por mí. No le ha importado si estaba bien o no... supongo que ya no me ama, o quizás hace mucho no lo hacía y su historia con Sandra llevaba ya tiempo antes de nuestra fallida boda.
Entro a mi taller de diseño y es solo cuando me cruzo con el presidente de la empresa es que regreso a la realidad. —Chiara, ¿te encuentras bien? — Me pregunta y debo mirar sus ojos negros para demostrarle que si lo estoy.
Él lleva su mano a su cabello negro azabache corto y lo acomoda. Camina hacia mí y nuevamente me siento pequeña como el primer día que lo conocí. Me lleva casi dos cabezas y su gran espalda hace verlo más alto de lo que ya es. 《Aun no me creo que apenas tengas 34 años...》Supongo que ser hijo de un gran empresario de la industria de la moda le ha ayudado para ser el hombre maduro que es en los negocios y en la vida en general...
—Si Asier, me encuentro bien, solo venia pensando. — Le contesto finalmente.
—Chiara, quiero que sepas que nos ha encantado los diseños de los vestidos de gala que nos has presentado y que ya el presupuesto está aprobado para comprar los materiales que has pedido para poder hacer los primeros. — Me explica y eso sí que es una buena noticia.
—¡Que alegría saberlo!— Digo con entusiasmo.
—Pero, hay un detalle.— Añade y quizás no todo es tan bueno como creía.
—¿Cuál?— Pregunto asustada.
—La línea de vestidos llevara el nombre de su diseñadora, es decir el tuyo.— Me deja saber y no puedo creer la noticia que me acaba de dar.
Creo que hacía mucho tiempo que algo no me hacía tan feliz. Sin poder evitarlo lo abrazo y al darme cuenta de lo que he hecho doy dos pasos hacia atrás. —¡Lo siento, no debí!— Me disculpo avergonzada y su sonrisa ilumina todo este taller de diseño.
—No te preocupes. — Me dice con ese acento medio francés que aún tiene a pesar de los años que lleva viviendo en Miami. —Sabes, en realidad quería invitarte a almorzar hoy para celebrar esta noticia contigo, ¿Qué dices? — Pregunta algo tímido y me hace sonreír.
—De acuerdo, almorcemos hoy. — Acepto y sonríe.
—Bajo por ti a las doce, si me necesitas estaré en mi oficina. — Me deja saber y asiento para que después cada uno siga en lo suyo.
[...]
Todo el equipo del departamento de diseño de "Ideology" me ha felicitado por la noticia, la mañana se me ha pasado volando mientras terminaba algunos bosquejos para los diseños de la próxima temporada. Las horas han transcurrido tan rápido que el escuchar la voz de Asier detrás de mí me asusto un poco haciendo que los dos riamos.
—Lo siento Chiara, no ha sido mi intención. — Dice apenado.
—No te preocupes, solo estaba muy concentrada. — Le dejo saber y dejo mis cosas para salir con el del edificio y subirnos a su coche.
Después de un corto camino conversando acerca del trabajo, llegamos a un lujoso restaurante en South Beach y antes de bajar del auto lo miro confundida —Este sitio es muy caro.— Comento.
—Sí, pero tú no te preocupes por nada, invito yo.— Anuncia y baja del auto mientras que el hombre del valet parking abre la puerta de mi lado y me ayuda a bajar —Supongo que estas preparándolo todo la llegada de tu bebé, ¿no?— Me pregunta mientras caminamos a la puerta del restaurante.
—Buenas tardes, señor Sagnier.— Lo saluda la recepcionista quien ni siquiera le pregunta nada antes de que alguien nos guie a nuestra mesa.
—Sí, estoy intentando tener todo listo, pero, es difícil viviendo con mi mejor amiga. — Comento y al llegar a nuestra mesa con vistas al mar, él se me queda mirando.
—¿Y el padre del bebé?— Pregunta sorprendido cuando el mesero se va luego de que ordenáramos nuestras bebidas.
—El padre de mi niña, está en Italia y no vale la pena nombrarlo.— Digo firme.
—¿Es una niña? No sabía... ¿Cómo se llamará?— Pregunta entusiasmado.
—Aysel.— Respondo orgullosa.
—Es un nombre precioso, y discúlpame, pero, hay que ser un idiota para dejar pasar a una mujer tan bella y talentosa como tú. — Comenta y me parece que la temperatura del restaurante ha aumentado, porque muero de calor...
—Eh... gracias...— Digo nerviosa.
—Chiara, yo sé que para ti tu prioridad ahora es tu niña, pero, quisiera conocerte más y que me dejes que me conozcas, no te estoy pidiendo nada serio, solo la oportunidad de ser un hombre y una mujer que se conocen. — Me dice tomándome por absoluta sorpresa.
—Asier...— Murmuro nerviosa —Yo aún no supero lo que me hizo el padre de mi niña... Soy una mujer que tiene un corazón roto. — Le advierto.
—Conozcámonos nada más. — Me pide.
Sus ojos negros me miran de manera intensa y a pesar de todas las dudas que tengo, solo puedo asentir. —Esta bien... conozcámonos. — Afirmo y no sé muy bien que vaya a salir de todo esto.
4 meses después 6 de JulioMiami, Florida – Estados Unidos—Mi amor, por favor tranquilízate.— Me dice Asier mientras aprieta mi manos en esta sala de espera donde esperamos por el doctor.—Tengo miedo, no me siento bien... llama a Salva por favor; pregúntale si Massimiliano ha llegado, me ha prometido estar aquí el día que naciera su hija.— Le pido en medio de mis nervios.En todos estos meses, Asier ha sabido ganarse mi corazón, o al menos lo que ha quedado de el. Me ha conquistado día a día y, aunque él es consciente de que aun no lo amo como lo ame a él, es paciente y me ama sin condiciones. Tanto así que me he atrevido a contarle quien es el padre de mi niña y ha aceptado de que Massimiliano se comunicase conmigo de vez en cuando para saber de su hija. Y en una de esas conversacio
6 de JulioMiami, Florida – Estados UnidosLa enfermera me acerca a mi niña cuidadosamente, y por primera vez la puedo ver bien ya que cuando nació se la llevaron rápidamente a hacerle estudios. Me parece estar viendo el sol por primera vez, es tan hermosa… Ella la coloca entre mis brazos y no puedo contener las lágrimas de emoción.—Hola mi princesa, soy tu mami. — Digo y tomo su pequeña manito con la mía.—Mi sobrina es preciosa.— Comenta Salva y solo puedo sonreírle.—Lo es, mira la carita que tiene... esa naricita... su cabello. — Señalo contemplándola como el más precioso tesoro que la vida me ha regalado. —Pero acércate. — Le pido a Asier quien me mira emocionado.Él camina hacia mí y toma la manito de mi niña —Es una mu&
Octubre 23Rio de Janeiro, BrasilSalgo de la sala de reuniones completamente agotado después de haber concluido con un reunión de negocios que me tuvo más de tres horas encerrado en una sala de juntas. Hoy ha sido la ultima, he estado cinco meses recorriendo el continente completo cerrando negocios y en medio de todo ese caos mi vida se convirtió en una mezcla de sueños y pesadillas. El éxito me sonríe, los socios me felicitan y todo sale a la perfección, pero por el otro lado lo que me ha destruido ha sido no poder ir a conocer a mi hija en persona, una bebé que tiene ya casi cuatro meses... No veo la hora de ir al aeropuerto mañana y viajar a Miami para finalmente conocerla. Su madre me envía fotos todas las semanas, pero no quiere hablar conmigo y la entiendo he sido un imbécil con ella.Tampoco logro superar lo que me ha hecho Sandra.
[MASSIMILIANO]Octubre 25Miami, Florida— Estados UnidosNo sé ni por dónde empezar a decirle todo lo que debo explicarle. Sus ojos me miran expectante, y nuestra hija jala su cabello mientras que está sentada sobre su regazo. Sonrió al verla hacer eso y de verdad que es preciosa.—¿Vas a hablar?— Pregunta firme.—Si prometes creerme. — Le advierto.El camarero deja lo que hemos ordenado sobre la mesa y ella asiente.—Te escucho. — Habla fría y soy consiente de que nada de todo esto es fácil para los dos.—El día de nuestra frustrada boda, Sandra me sedujo una vez más. Llevaba meses intentándolo, pero como imbécil caí en su red el día que menos debí hacerlo. Me he recriminado una y mil veces el haber hecho lo que hice. Ni siquiera s&
[MASSIMILIANO]Cinco días después: octubre 30Miami, Florida – Estados UnidosMiro el enorme edificio enfrente de mí y no puedo evitar sentir nervios antes de entrar. Volveré a verla después de cinco días. Me siento igual que el primer día que fui a casa de sus padres a buscarla para nuestra primera cita, pero nada puede estar más lejos de ese momento, tan solo me estoy apareciendo aquí para ver a mi hija e intentar recuperar de alguna manera a su madre.Tomo valor y entro al edificio donde me recibe una mujer de más o menos treinta años de cabello rojizo. —Buenos días, ¿en qué le puedo ayudar? — Me pregunta amablemente.—Estoy buscando a la señorita Chiara Rossi.— Le dejo saber.—¿Su nombre?—Inquiere—Massimi
Días después 15 de NoviembreMiami, Florida –Estados UnidosLos negocios por Estados Unidos hasta ahora han superado todas las expectativas, y es que por momento llegue a pensar que todo se caería de un momento a otro. Tenía miedo de no ser capaz de llevarlos a cabo, pero afortunadamente, el éxito me sonríe otra vez. Si tan solo ella y mi hija me hubiesen acompañado en estos viajes... Hoy me toca dar una conferencia en la ciudad de Miami y obviamente la he invitado para que fuera, pero no sé si lo hará.Pensar que ella me ha acompañado en cada momento importante de mi vida. Ha estado al lado de cada evento al que me han invitado y en cada reunión importante a la que he asistido. Sigo echándome en cara una y otra vez mi maldito error, llevo casi un año sin ella a mi lado y cada día la extraño más y má
[CHIARA]No es ninguna novedad que Massimiliano haya brillado en su conferencia, él siempre brilla cuando se trata de lo que sabe. Debo admitir que él que me mirara a mí y a su hija durante todo la presentación me ha conmovido; sobre todo cuando agradecía a la gente que lo apoyaba en ser quien era. Apenas ha terminado el evento, yo he regresado a donde nos encontramos antes para poder hablar con él. Luciana me indica que lo espere en su improvisado camerino y mientras lo hago, aprovecho para cambiarle el pañal a mi niña.—Hola.— Lo escucho decir cuando estoy por terminar.—Hola, muy buena conferencia. — Me limito a decirle y sigo con mi tarea.A los pocos segundos él está a mi lado y observa lo que hago con mucho interés. —Gracias. Algún día deberé cambiarle un pañal yo.— Comenta y solo puedo mirarlo de r
[MASSIMILIANO]Un poco menos de 2 años después:Octubre 1Miami, Florida – Estados UnidosNuevamente en esta ciudad, el lugar donde mis nervios afloran. Durante los últimos dos años he venido varias veces para visitar a mi hija y pasar con ella su cumpleaños. Me hubiese encantado que viviera en Italia así su madre y yo no estuviéramos juntos, pero no puedo pedirle a Chiara que lo deje todo cuando aquí se ha convertido en una de las diseñadoras más importantes.—Massimiliano, sé que quieres ver a tu hija, pero primero tenemos que ir a las reuniones que tienes pactadas. — Me repite Luciana cuando nos acercamos a la limusina.—Ya lo sé. No entiendo porque no me dejas ir por ella y luego vamos donde quieras. — Digo con rabia.—Porque tiene do