Desperté con un fuerte dolor de cabeza, traté de incorporarme y abrir mis ojos, pero no pude ver nada ya que la luz no me lo permitió, al cabo de unos minutos pude ver algo y tratar de reconocer donde estaba, era una habitación que no era la mía, y eso me asusto, me toque para ver si estaba aún vestida y por suerte si lo estaba, tenía una remera de hombre.
Diablos.
¿De quién será? Mejor dicho, dónde demonios estoy. Me levanté quedando sentada en la gran cama y empecé a observar un poco el cuarto, había una hermosa y amplia cama, las paredes eran grises, varios muebles, mientras miraba a mi alrededor, se abrió la puerta y entró un chico, al ver que era Michaelis abrí grande mis ojos, ¿Que m****a hacía yo con él y en esta situación?
Pero, la pregunta aquí sería ¿Qué diablos paso anoche?
Esa y miles de pregunta comenzaron a azotar mi cabeza haciendo que me diera un muy fuerte dolor. Me llevé la mano a la zona del dolor haciendo una leve mueca.
Él estaba sin camisa, solo con un pantalón largo colgando de sus estrechas caderas, me observaba muy detenidamente con una sonrisa de medio lado, haciendo que me preguntara porque lo hacia de esa manera. Me sonroje aún más al darme cuenta de que era "su" remera la que traía puesta.
-Hola bonita-Estaba con tanta vergüenza y concentrada en su cuerpo que no me di cuenta cuando se acercó. -¿Te gusta lo que ves?.- Dice levantando una ceja, y sonriendo.
Lo quedé mirando muy detenidamente, dandomé cuenta que tenía su cuerpo con leves marcas rojas en su cuello, su torzo estaba marcado por rasguños.
Levante mi mirada y la enfoqué en su rostro. Preguntándome que había pasado entre él y yo anoche.
-¿Cómo llegué aquí?- Pregunté directamente, dejando de lado su apodo meloso, que para nada me hacía gracia. Aún tenía presente en mi memoria como se comían a besos él y Mara ayer en la universidad. Mica levanto una ceja y se acomodo mejor en el lado de la cama. - puedo pasar a tu baño? - él asiente y me levanto haciendo una mueca por el dolor de cabeza.
Ingreso y hago mis necesidades, lavo mis dientes con un cepillo nuevo que ahí había y me arreglo un poco mi cabello. Me veo en el espejo y mis ojos estan un poco irritados, pero al menos ya no paresco muerta. Cuando salgo Mica sigue con la conversación.
-Anoche estabas muy borracha y te desmayaste en mis brazos y como no sabía donde era tu casa, opté por traerte a la mía.- contesto seriamente. Se levanto y camino hasta una puerta en la cual ingreso. Déspues de unos segundos aparecio pasando sus brazos por otra remera de color negro.
Diablos, m****a. Con que era eso. Me pase las manos por la cara con clara desesperación.
- Dimé que no hice nada vergonzoso por favor. - rogué en un murmullo. Escuche su risa y lo mire indignada.
-No, no para nada, no te preocupes - Me dice con una sonrisa picarona.
-¿Tú me sacaste la ropa?.- pregunto mirandolo desde la puerta del baño, camino hasta llegar a la cama, pero no me siento.
-Si perdón, si te molestó, pero es que vi que estabas muy incómoda y además vomitaste en el vestido.- Dice rascándose la nuca nervioso.
-¿Qué? - grito. - Diablos, como lo siento. No sé que m****a me paso anoche. - murmuro sin mirarlo.
- No pasa nada.- se acerca lentamente.
-Gracias por todo. De verdad. Pero ya me tengo que ir.- Le digo retrocediendo unos pasos.
- Desayuna conmigo y luego te llevo a tu casa ¿Te parece?.- dice mirandome con esos bonitos ojos. Suspiro.
- ¿Por que haria eso? Además ya se me hace tarde.- respondí a la defensiva y retrocediendo unos pasos cuando lo veo cada vez más cerca de mí. - ¿Qué haces? - pregunto viendo como se hacerca a mí y queda a demaciado cerca cuando yo ya no puedo seguir retrocediendo. Él me da una media sonrisa mostrando uno de sus hoyuelos.
- Nada. - responde lentamente. De un momento a otro me acorrala contra la pared, poniendo ambas manos a cada lado de mi cabeza. - pero... - susurra mientras baja su cabeza y la pone en mi cuello, me da un escalofrío sentir su respiración en mi cuello.
Siento a mi corazón latir con rapidez. Trago saliva al sentir como un pequeño beso es dejado justo en una zona de mi cuello haciendo que suelte un leve suspiro y termine poniendo mis manos en su pecho, no sé si con la intención de alejarlo y atraerlo más a mí.
- Te deseo demaciado Luna... - gruñe en aún en mi cuello. Siento sus manos tomar mis caderas y atraerme más a él. Suelto otro gemido al sentir su erección chocar contra mi estómago. - diablos. - susurra y levanta su rostro hasta efocar sus ojos color chocolate en mí. - detenme ahora o no podré después... - susurra mirando mi boca. Mi respiración esta acelerada, estoy exitada y maldita sea que yo también lo deseo, pero no sé en que quedariamos luego.
- Mejor... - trago saliva. - ahora no... - susurro igual de afectada que él. Mica se aleja de mí, pero de un rápido movimiento lo tomo de su remera y choco mis labios con los de él. Son tal y como los imagine, deliciosos.
Le toma un momento entender lo que hago, pero cuando lo hace, una de sus manos toma mi cabeza y la otra me atraé más hacia él. Invade mi boca en desesperación, su lengua arrasa con mi cordura. Elevo mis manos y las paso por su cuello, acariciando su cabello y tirando de él un poco.
Nos separamos y me da una suave sonrisa, me vuelve a besar y se aleja. Lo quedo mirando mientras él se aleja y se detiene en la puerta. Se gira y me tiende una mano. - Ven, te debo un desayuno. - me sonríe. Asiento y camino hasta tomar su mano.
-Te queda bien mi ropa- Dice mientras pone dos cafés y unas galletas de chocolate frente a nosotros.
- Gracias.- tomo una de las tazas. Lo miro y aún me pregunto que demonios me pasa con él. ¿Por qué lo bese de esa manera?
No niego que me encanto el beso, pero, tengo miedo que solo sea ahora y después no signifique nada.
Agito mi cabeza quitando esos pensamientos de mi cabeza, que ahora solo me daran dolor de cabeza.
Pasamos un rato hablando de otras cosas y cuando terminamos de desayunar, él me presta ropa de él y después salimos, nos subimos a su auto y salimos con rumbo a mi casa.
Después de unos minutos, llegamos a mi casa y en la entrada había un auto que no reconocí junto al de mi mamá. Seguro y tenía visita, pero no se quién era.Mire de reojo a mi compañero y vi que también miraba en dirección a ese auto desconocido.Lo miro una vez más viendo que él tiene su ceño fruncido, pero después niega y su mirada se enfoca en mí. Me sonríe. Me quité el cinturón de seguridad y me giré a hacia él.Gracias por traerme. Y por el desayuno. – murmuro. Él asiente. Sus manos siguen en el volante, pero un segundo después una de ellas toca mi mejilla.Me gustaría que saliéramos a algún lado, ¿Qué dices? – pregunta sin dejar de mirarme a los ojos.No sabia que pensar, hace muy poco lo había visto besando a Mara y ahora me invita a mí.Fruncí el ceño y negué. Soltó mi mejilla y suspiro.¿Por qué? – cuestiono haciendo una mueca. Pero, sin quitar su mirada de mí.¿Qué pretendes? – pregunté de vuelta. Frunció el
Al entrar en el salón de baile, veo que ya la locura esta desatada, muchos de los que aquí andan ya están borrachos, otros charlan animadamente mientras beben y bailan. Las parpadeantes luces hacen fruncir levemente mi ceño cuando de vez en cuando enfocan mis ojos.Este año sí que se esmeraron en todo, es realmente atractivo de ver la decoración, en dorado, blanco y negro en algunas partes. Hay carteles con distintas frases en torno a la medicina y eso me hace dar cuenta que ya todo termino para mí. Ahora comienza una nueva etapa, irme a vivir sola es el primer paso, luego de que mi madre se case con Emiliano. Aún tengo mi viaje de graduación pendiente para después, y es algo que no pienso seguir posponiendo.Esta fiesta no esta totalmente descontrolada ya que nuestros padres están con nosotros, al menos lo estarán al principio. Después viene el desmadre.
Alan, me ayudó a llegar a mi casa. Estaba bastante mareada la verdad. Estaba consiente de las cosas, pero me sentía en ese estado de “felicidad” que te da por cierto tiempo el alcohol.Entramos y nos fuimos a la cocina. Tenía que tomar algo para el mareo o si no esto no terminaría bien.Ya eran las 4 de la mañana y él se ofreció a hacerme un café bien cargado; yo por otro lado me fui rápido a mi habitación para bañarme, luego de tomarme una pastilla y un buen vaso de agua. Necesito sacarme esta ropa de encima y por supuesto aclarar un poco mí cabeza.Termino de bañarme y salgo, busco mi pijama, el cual es solo un conjunto de una remera con algún dibujo y un pantalón corto el cual la remera termina cubriendo. Cuando termino de secar y peinar mi cabello, bajo hasta la cocina. Pero él no esta ahí, sigo mi camino y lo encue
Me encontraba en el cuarto, Michaelis me había dejado sola, así que me dispuse a ordenar todas las cosas que traje, la verdad era que me traje bastante, ya que sabía que de igual manera cuando mi madre volviera de su luna de miel nos tendríamos que venir a vivir acá.Vivir en esta casa esta descartado totalmente, ya ella es una mujer casada y yo ya soy una mujer hecha y derecha, con titulo y es por eso que he decidido mudarme después que ella regrese, mientras tanto voy a buscar un buen departamento cerca de mi futuro trabajo y listo. A parte Michaelis por lo que me di cuenta él ya vive solo, ¿Por qué no hacerlo yo también? Yo se que mi madre va a poner cualquier escusa para que no lo haga, pero yo ya no soy una niña y ella tiene que entender eso.Me tomo como una hora ordenar todo tal y como quería, cambié mí ropa y quedé un rato m&aacut
Los besos siguieron, pero no fuimos más allá. Creo que ambos estábamos demasiado cansados para hacer otra cosa, pero al menos pude disfrutar del calor que desprendía su cuerpo toda la noche. Se había quedado dormido en mi pecho, como un niño pequeño. Yo por otro lado solo disfrutaba de darle leves caricias en su rostro, cabello y sentir sus brazos a mi alrededor. Era realmente maravilloso sentir su perfume y verlo dormir.No sé en qué momento me abre quedado dormida, pero me desperté al sentir unas caricias en mi cabello que iban bajando lentamente, haciendo que mi piel se encendiera a su paso.Despierta bella durmiente. – escuche su voz en mi oído mandando un escalofrió. Abrí lentamente mis ojos a la vez que refregara uno de mis ojos. Me gire y lo mire a los ojos.Buen día… - murmure un poco somnolienta. - ¿Qué
Cuatro largos y tormentosos meses han pasado. Mi madre al verme tan mal me obligó a tomar terapia con un psicólogo, me llevó a una nutricionista y a clases de apoyo.Me negué al principio. Pero después de que mi madre me rogaba tanto fui.Empecé a notar que me hacía bien. No me gustaba del todo, pero bueno. Lo hacía por mi madre y por mí.Me dieron muchos medicamentos, como para la ansiedad, para dormir, vitaminas y todo eso. A pesar de yo ser médica. No había pensado en mi salud. Me dijeron que estaba casi anémica y con principio de depresión.La nutricionista Magali Morton me ha ayudado muchísimo. Tanto como el psicólogo Alexander Massiel, y la nutricionista me han ayudado con todo.Mi madre trato de meterme en sus clases de yoga, pero a mí no me va eso, lo intente, pero no funcion
El día en el hospital fue super cansado. Al llegar a la casa lo único que quiero es comer e irme a dormir.Ya han pasado dos semanas, y Emma ya está mucho mejor, su mamá nunca la ha dejado sola.Con el doctor gruñón ya nos llevamos mejor, aunque directamente no nos hablamos. Él ha intentado varias veces entablar una conversación conmigo más yo no le hablo, más porque siempre es con alguna broma hacia mí, así que solo lo ignoro.Termino de bañarme y bajo a cenar, mi madre me dijo que hoy saldría a cenar con su marido, por lo cual estoy sola.Magda, la señora que atiende la casa y que se encarga de cocinar me preparo algo, es una persona bastante antipática, super seria y más conmigo además de eso se ve que no le agrada para nada la presencia de mi madre en la casa
¿Qué quieres comer? – preguntó Matt. Negué.Ya pedí. – me encogí de hombros dándole una sonrisa suave. Él levanto una ceja. - Una ensalada cesar y un postre. ¿Vos que pedirás? – cuestiono. Veo que llama al mesero.Una ensalada cesar y un postre para mí. - el mesero anota y se retira.¿No tenías más ideas? - le sonrío divertida.¿Qué? Solo me gustó esa idea nada más. - se encoge de hombros y sonríe. Niego con la cabeza.A los minutos llegan con lo que ordenamos y empezamos a comer, entre risas y chistes se nos fue el tiempo. La verdad que dejando de lado esa actitud pedante de cuando lo conocí es un hombre interesante y genial, fácil de tratar y muy divertido cuando quiere. También tiene ese lado serio que pone en los momento