Me encontraba en el cuarto, Michaelis me había dejado sola, así que me dispuse a ordenar todas las cosas que traje, la verdad era que me traje bastante, ya que sabía que de igual manera cuando mi madre volviera de su luna de miel nos tendríamos que venir a vivir acá.
Vivir en esta casa esta descartado totalmente, ya ella es una mujer casada y yo ya soy una mujer hecha y derecha, con titulo y es por eso que he decidido mudarme después que ella regrese, mientras tanto voy a buscar un buen departamento cerca de mi futuro trabajo y listo. A parte Michaelis por lo que me di cuenta él ya vive solo, ¿Por qué no hacerlo yo también? Yo se que mi madre va a poner cualquier escusa para que no lo haga, pero yo ya no soy una niña y ella tiene que entender eso.
Me tomo como una hora ordenar todo tal y como quería, cambié mí ropa y quedé un rato m&aacut
Los besos siguieron, pero no fuimos más allá. Creo que ambos estábamos demasiado cansados para hacer otra cosa, pero al menos pude disfrutar del calor que desprendía su cuerpo toda la noche. Se había quedado dormido en mi pecho, como un niño pequeño. Yo por otro lado solo disfrutaba de darle leves caricias en su rostro, cabello y sentir sus brazos a mi alrededor. Era realmente maravilloso sentir su perfume y verlo dormir.No sé en qué momento me abre quedado dormida, pero me desperté al sentir unas caricias en mi cabello que iban bajando lentamente, haciendo que mi piel se encendiera a su paso.Despierta bella durmiente. – escuche su voz en mi oído mandando un escalofrió. Abrí lentamente mis ojos a la vez que refregara uno de mis ojos. Me gire y lo mire a los ojos.Buen día… - murmure un poco somnolienta. - ¿Qué
Cuatro largos y tormentosos meses han pasado. Mi madre al verme tan mal me obligó a tomar terapia con un psicólogo, me llevó a una nutricionista y a clases de apoyo.Me negué al principio. Pero después de que mi madre me rogaba tanto fui.Empecé a notar que me hacía bien. No me gustaba del todo, pero bueno. Lo hacía por mi madre y por mí.Me dieron muchos medicamentos, como para la ansiedad, para dormir, vitaminas y todo eso. A pesar de yo ser médica. No había pensado en mi salud. Me dijeron que estaba casi anémica y con principio de depresión.La nutricionista Magali Morton me ha ayudado muchísimo. Tanto como el psicólogo Alexander Massiel, y la nutricionista me han ayudado con todo.Mi madre trato de meterme en sus clases de yoga, pero a mí no me va eso, lo intente, pero no funcion
El día en el hospital fue super cansado. Al llegar a la casa lo único que quiero es comer e irme a dormir.Ya han pasado dos semanas, y Emma ya está mucho mejor, su mamá nunca la ha dejado sola.Con el doctor gruñón ya nos llevamos mejor, aunque directamente no nos hablamos. Él ha intentado varias veces entablar una conversación conmigo más yo no le hablo, más porque siempre es con alguna broma hacia mí, así que solo lo ignoro.Termino de bañarme y bajo a cenar, mi madre me dijo que hoy saldría a cenar con su marido, por lo cual estoy sola.Magda, la señora que atiende la casa y que se encarga de cocinar me preparo algo, es una persona bastante antipática, super seria y más conmigo además de eso se ve que no le agrada para nada la presencia de mi madre en la casa
¿Qué quieres comer? – preguntó Matt. Negué.Ya pedí. – me encogí de hombros dándole una sonrisa suave. Él levanto una ceja. - Una ensalada cesar y un postre. ¿Vos que pedirás? – cuestiono. Veo que llama al mesero.Una ensalada cesar y un postre para mí. - el mesero anota y se retira.¿No tenías más ideas? - le sonrío divertida.¿Qué? Solo me gustó esa idea nada más. - se encoge de hombros y sonríe. Niego con la cabeza.A los minutos llegan con lo que ordenamos y empezamos a comer, entre risas y chistes se nos fue el tiempo. La verdad que dejando de lado esa actitud pedante de cuando lo conocí es un hombre interesante y genial, fácil de tratar y muy divertido cuando quiere. También tiene ese lado serio que pone en los momento
¡Esta, me las pagas perra!Abrí lentamente la puerta, sin hacer ruido y con el celular grabando, apunté en dirección al centro de mi cuarto, solo ingresé un poco mi celular, pero tratando de que no me vea la bruja.Vi que estaba tranquilamente TOCANDO mis cosas, mis maquillajes, (cabe destacar que no tengo mucho) que estaban en mi tocador personal. Algunas fotos que se me habían quedado, entre otras cosas. Solo había dejado un pequeño collar que lo había mandado a arreglar y había vuelto aquí, seguramente mi madre lo había dejado en mis cajones, de donde lo tomo ella.Este me lo había regalado mi mamá hace un año, por mi cumpleaños y le tenía especial cariño. No me gustaba para nada que toquen mis cosas y menos personas ajenas a mí, imagínate como me siento viendo como ella lo mira. T
La verdad que ahora sentir que tenía el apoyo de Emiliano me hacía sentir más ligera, como si un peso invisible se hubiera desprendido de mis hombros y todo al contarle.Me sentía un poco culpable, yo no sentía que ese matrimonio le traería algo bueno a mí madre, pero ahora que lo veo así de preocupado por mi madre, por mí es algo que me hace replantear muchas cosas. El no tener una figura paterna, a parte de la de mi abuelo en su momento, fue algo que nunca pensé que llegaría anhelar, pero ahora que lo tengo y esa figura es alguien como Emiliano me gusta. Y mucho.**Los días fueron pasando lentamente, así como también mis pensamientos con respecto a una persona en especial, la cual extrañaba, muy a mi pesar sentía que yo no era algo que él quería tener con él. Pero ese pensa
– dije separándolo de mí. Vi su expresión de sorpresa, pero me alejé de sus brazos. Me sentía en medio de un juego. – Te vas. ¿Cuándo? – cuestione caminando hacía mi cocina, necesitaba urgentemente poner distancia entre nosotros.Pasado mañana. – lo escuche murmurar a mis espaldas. Me tense completamente. ¿Tan pronto? Entonces para que hacía todo esto. ¿Para que me besaba? ¿Solo era como un juego acaso?Me gire y lo observe, tratando de encontrar algo en su rostro que me dijera que significaba yo para él.¿Por qué haces esto? – pregunto directamente, mirando sus ojos marrones. Frunce el ceño y se acerca unos pasos.¿Hacer qué? – cuestiona sin quitar
Hola mamá. – digo una vez que termine el abrazo apretado que me da. Ella sonríe y mira detrás de mí.Hola chicos. Pasen. – dice luego de saludar cariñosamente a Mica también.La seguimos hasta llegar al comedor y ahí nos encontramos con Emiliano quien nos saluda con mucha alegría. Mientras mi madre y yo nos apartamos para hablar cómodamente mientras los hombres se pierden por los pasillos con rumbo al despacho.Bien, ahora me dirás que hacían juntos y desde cuándo. – pregunta mi madre con esa mirada inquisidora que me pone cada vez que quiere saber algo. Niego con una sonrisa.No hay mucho que decir mamá, solo que nos estamos llevando mejor. – digo mirando hacía otro lado. Escucho el suspiro de mi madre.Mira, no sé que se traen ustedes, pero lo que si te digo que esa m