— ¿Papi?— preguntó Theo antes de fruncir el ceño por completo, y negar repetidamente. El hombre se mordió la lengua y se llevó la mano al pecho intentando controlar el dolor que le causaba la voz de aquel pequeño en la línea telefónica.
— Escucha pequeño, esto no es divertido. — ¿Eres Theo? —preguntó Henry con la voz completamente temblorosa, suspiró y sostuvo celular con más fuerza. Theo guardó silencio un momento y suspiró. Henry espero impacientemente su respuesta y volvió a preguntar.Theo entró a la oficina pretendiendo no saber nada, sus ganas de tirarse sobre Adam y partirle la cara intentaban poseerlo. Peleando consigo mismo se sentó sobre el sillón, de cruzó de brazos y observó al rubio hombre.— ¿Me escondes algo?— preguntó Theo sin poder controlarse.Adam levantó la mirada de los documentos y se encontró con la mirada molesta de Theo. Frunció el ceño y se recargó en su asiento. Negó y se preparó para hablar.— ¿Qué tendría que decirte? —preguntó, Adam se levantó de su asiento y lo miró. — ¿Café?Theo cerró los puños con fuerza y movió las pier
— ¿Crees que será feliz si te vuelve a ver? ¿No quieres verla feliz? Déjala vivir.Theo asintió y se sentó en el suelo, se llevó las manos al rostro y como un pequeño niño se dejó llevar por el llanto.Adam caminó hacia él y lo observó. Se colocó de cuclillas frente a él y le dio unas pequeñas palmadas en el hombro.—Lo siento... lo siento por hacerte daño, solo quiero lo mejor para ambos. No creo que estés listo para verla y no creo que ella necesite recordar el dolor del pasado.—Yo le hice una promesa —susurró Theo, se pasó la mano por la mejilla y se limpió las lágrimas. — quiero ver a
Theo sonrió divertido y negó.—No pienso hacerlo. Llevo años trabajando aquí y planeas llevarme como guardia de seguridad a un puto aeropuerto, púdrete.—Es un maldito favor, Theo.— ¡Adam!Él chico rubio se cruzó de brazos y se recargó en el escritorio.—Soy tu jefe.Theo miró a Adam y negó totalmente molesto, tomó su casco negro y salió de la oficina.Adam salió tras él y lo siguió, Él chico de ojos verdes lo observó de reojo y entró al elevador. — ¿Disculpa?— preguntó Theo, Aurora volteó a verlo y se cruzó de brazos. Él la observó y viajó su mirada hacia sus pechos, desvió la mirada rápidamente y sonrió.—Son los hombres de Interpolice—dijo ella.Adam soltó una gran cantidad de aire y sonrió.—Exactamente, veo que es observadora señorita.— ¿Disculpa?—preguntó Aurora.Theo la miró y sintió cómo su respiración se afectaba rápidamente por su culpa, tragó saliva y se acercó a ella.— ¿Si?—preguntó Theo.76
Aurora se mordió el labio mientras Theo se acercaba a ella, la tomó del cuello y la atrajo hacia él con una perfecta sonrisa en el rostro. Atrapó sus labios en un rudo beso y la abrazó para poder sentir un poco más de ella, Aurora lo tomó de las mejillas y mordió sus labios.Él hombre de ojos verdes gruñó sobre sus labios y la cargó rápidamente, la llevó a la cama y la tiró sobre ella. Se mordió los labios al ver a la mujer completamente sexy sobre su cama.Se sacó la camisa negra y se acercó a ella.— ¡Espera!— susurró ella, Theo la ignoró y la volvió a besar.—Los niños... no están en ca
Theo abrió la puerta y observó a la mujer que se encontraba sentada en la silla de metal, se tronó los dedos y se sentó justamente frente a ella, recargó sus gruesos brazos sobre la mesa y miró a la mujer, podía sentir la ira y el odio recorrer por sus venas.La necesidad de estrangular a la mujer crecía cada vez más. Tomó una gran cantidad de aire y lleno por completo sus pulmones antes de decidirse hablar.—No tengo mucho tiempo —dijo Theo.La mujer se mordió el labio y pasó su mirada por los brazos de Theo, recorrió con la mirada cada uno de los tatuajes del apuesto hombres, levantó la mirada y se encontró con los claros ojos de Theo que escondían una fría mirada. Theo sonrió fríamente y negó.—No me hagas torturarte—le susurró a la mujer.Larissa sonrió y asintió
TRES AÑOS ATRÁSÉl guardia caminó por los pasillos de la gran carcel, se pasó las manos por las rejas de metal y dio vuelta hacia las celdas de mayor seguridad. Escuchó los quejidos y gritos de los presos.Se acercó a la última jaula y observó al hombre tatuado que se ejercitaba como si su vida dependiera de ello.Theo gruñó cuando el guardia golpeó las rejas de su jaula, se levantó del suelo totalmente sudado a causa del ejercicio. Se limpió las pálidas palmas de sus manos y miró al hombre uniformado.—¿Qué quieres?— dijo Theo.—Tienes visitas —le contestó el guardia.Él preso sonrió y asintió antes de soltar una pequeña risa, se llevó las manos al cabello y se lo acomodó hacia atrás. Se acercó a la reja y to
ACTUALMENTETheo entró al edificio deteriorado, la madera crujió bajo sus pies con cada paso que daba. Gruñó y observó ella madera podrida.—¿Dónde está?— preguntó a la mujer de traje blanco.—En la habitación.Él asintió y caminó hacia la habitación de aquella cabaña vieja. Ignoro por completo los crujidos del suelo y abrió la puerta.Encontró el cuerpo sin vida de la joven mujer, suspiró y se acercó a la mesa blanca con los materiales de investigación. Tomó un par de guantes negros y se los colocó sin dejar de observar el cadáver de la mujer.—¿Hace cuanto murió?—Aproximadamente unas cuatro horas —contestó la mujer tras de él.Theo tomó el brazo de la mujer muerta y observó las figura