TRES AÑOS ATRÁS
Él guardia caminó por los pasillos de la gran carcel, se pasó las manos por las rejas de metal y dio vuelta hacia las celdas de mayor seguridad. Escuchó los quejidos y gritos de los presos.
Se acercó a la última jaula y observó al hombre tatuado que se ejercitaba como si su vida dependiera de ello.
Theo gruñó cuando el guardia golpeó las rejas de su jaula, se levantó del suelo totalmente sudado a causa del ejercicio. Se limpió las pálidas palmas de sus manos y miró al hombre uniformado.
—¿Qué quieres?— dijo Theo.
—Tienes visitas —le contestó el guardia.
Él preso sonrió y asintió antes de soltar una pequeña risa, se llevó las manos al cabello y se lo acomodó hacia atrás. Se acercó a la reja y to
ACTUALMENTETheo entró al edificio deteriorado, la madera crujió bajo sus pies con cada paso que daba. Gruñó y observó ella madera podrida.—¿Dónde está?— preguntó a la mujer de traje blanco.—En la habitación.Él asintió y caminó hacia la habitación de aquella cabaña vieja. Ignoro por completo los crujidos del suelo y abrió la puerta.Encontró el cuerpo sin vida de la joven mujer, suspiró y se acercó a la mesa blanca con los materiales de investigación. Tomó un par de guantes negros y se los colocó sin dejar de observar el cadáver de la mujer.—¿Hace cuanto murió?—Aproximadamente unas cuatro horas —contestó la mujer tras de él.Theo tomó el brazo de la mujer muerta y observó las figura
—Las he revisado. Además tienen entre quince y dieciséis años, pagarán bien por ellas.—Recuerda lo que dijo Scott.—Dile a Scott que no moleste, le daré a sus chicas cada mes. Sin falta...Axel asintió y se acercó a una chica, la tomó del cabello y se la llevó a la camioneta, ignoró los gritos de las chicas y una a una las subió a la camioneta.— ¡La que haga el más mínimo sonido, le pasó la camioneta por encima!— gritó antes de subirse a la camioneta. Encendiendo el motor para poder conducir hacia su destino. Escuchando los diminutos sollozos de aquellas mujeres.Después de unos cuantos minutos se bajó del auto con el rostro tenso. Él hombre caminó bajo la luz de la luna llena, se acomodó el cabello con las manos y tomó la manija de la puerta.La puerta del ed
Aurora despertó temprano con la esperanza de poder salir y aliviar sus problemas.Hace mucho tiempo que no veía a Aron, a pesar de qué él ya estuviera casado con un hombre grandioso y siempre estuviera ocupado, siempre buscaba tiempo para ella. Para mandarle un mensaje o llamarla aunque sea cinco minutos.
La lluvia caía con fuerza sobre ellos, el frío golpeaba con fuerza pero él no parecía sentirlo.Theo se se quitó del rostro el cabello mojado que lo molestaba. Estaba jodidamente desesperado pero no lo podía admitir, aunque Adam ya lo sabía.Theo tenía miedo de que ella saliera herida y perderla, esta vez para siempre.Adam se acercó a Theo y le extendió la carpeta.—Todos son criminales inexpertos, excepto el lider. Ha robado varios bancos con éxito.—Este será su último robo. Se ha pedido con mi mujer y eso no lo puedo dejar pasar con facilidad.Aurora se alejó con fuerza del hombre y lo miró.—Necesito sentarme, estoy mareándome.—¿Qué mierda haces?— preguntó el hombre de barba cerrada.—Jefe se esta mareando, déjela sentarse
Aurora se limpió las lágrimas y miró al hombre de ojos verdes. Él la miraba con un rostro lleno de mortificación y nervios. Ansioso por las respuestas que le podría dar Aurora y después de pensarlo unos segundos, decidió guardar silencio.Adam se sentó en la orilla de la cama de Aurora y la miró. Le sonrió y suspiró antes de volver a sonreír.Él hombre de ojos azules se sentía completamente feliz y tranquilo al verla bien. Quería abrazarla y decirle lo mucho que la quería pero no podía, podía sentir la mirada de Theo sobre su cuerpo.—No te atrevas a hacerle daño a mi hijo —susurró Aurora.Adam frunció el ceño al escuchar el francés, suspiró y miró a Theo.—Gracias a mi hijo...te encontré. —dijo Theo, recalcando el "mi".&mdas
La lluvia caía con fuerza sobre los edificios de la cuidad, la tenue luz de la luna iluminada la azotea del edificio mientras que Theo observaba la calle de la ciudad.Un sentimiento de remordimiento crecía dentro de él y no podía evitar sentirse de ese modo, si tan solo se hubiera comportado diferente con ella en el pasado, si tan solo hubiera sido diferente.Las cosas serían diferentes, Aurora sería diferente con él y probablemente sería suya.Cuando deseaba que ella fuera suya, deseaba tenerla entre sus brazos, decirle lo mucho que la amaba y hacerla suya en cualquiera lugar.La amaba tanto que sentía que estaba completamente cegado.Sabía perfectamente que la situación no estaba a su favor.Aurora prácticamente lo odiaba y había alguien nuevo en el juego y él estaba perdiendo la partida.Theo se pasó el cabello mo
Aurora miró al pequeño niño y suspiró. Podía ver la ansiedad y los nervios en la mirada de su hijo.Acarició su cabello con suavidad y le sonrió al pequeño.—Solo es un poco de sangre, no pasará nada.Henry la miró y suspiró antes de asentir.— ¿Vendrá papá?— preguntó Henry.Aurora se mordió el labio y suspiró ruidosamente.—No estoy segura hijo.Henry sonrió cuando las puertas del ascensor se abrieron y dejaron a la vista al hombre de ojos verdes, Theo sonrió y se acercó a su hijo. Lo tomó entre los brazos y lo cargó mientras veía a la mujer de cabello oscuro.—Te miras cansada —le dijo.Ella asintió y se cruzó de brazos.—No dormí en toda la noche, Henry le tiene mucho miedo a la sangre y t&u
Theo observó a Aurora en la camilla, negó y soltó un fuerte gruñido antes de abandonar la habitación y caminar hacia el laboratorio.Tenía que ser una broma, Henry era suyo, él lo sabía. Lo podía sentir.Sin importar la situación, sin importar los resultados, Henry era su hijo y siempre lo sería.La mujer rubia salió al pasillo y observó a la fiera que venía hacia ella.Theo la miró y le tiro el sobre a la cara. Solo había una explicación para todo eso.— ¿Quién te pago?—preguntó él.— ¿De qué habla?— preguntó la mujer. La mujer lo observó con atención y retrocedió un paso al reconocerlo. Se agachó y tomó la hoja de papel, observó el resultado negativo y suspiró. — lo siento mucho pero... no es mi c