Theo detuvo el auto frente al centro comercial donde Aurora se había escondido la primera vez que huyó de él.
—Bájate Adam.
—¿Qué? —dijo él chico de ojos verdes ora luego observar la fría mirada del chico.
—Necesito hacer esto solo, no quiero que termines involucrado en un crimen.
—Theo
—Por favor
Adam asintió y bajo del auto rápidamente, miró el auto de Theo irse a gran velocidad y suspiró.
Miró el oscuro cielo y caminó con esperanzas de que algún día todo pudiera regresar a la normalidad.
Theo manejo por media hora hasta que llegó a la primera casa, observó la lujosa casa y se bajó del auto negro.
Theo caminó hacia la casa de aquel hombre que vivía con sus dos hijas, tocó la puerta y espero unos segundos.
Theo dejó a Aurora en su habitación y subió cada uno de los escalones dirigiéndose a su habitación donde la solitaria cama lo esperaba.Entró a la habitación y vio la cama, se acostó en ella y suspiró queriendo dormir con ella.Se sentía herido y completamente indefenso.Theo miró la puerta de la habitación con esperanzas de que la chica entrara en cualquier momento.Nunca había sido su intención romper la promesa, pero lo había hecho y no podría arreglar nunca lo que había hecho.No podía esconder lo que había hecho frente a ella, no podía fingir que nada había pasado cuando todo había sucedido, había lastimado sentimentalmente a la mujer que tanto amaba y no sabía como reparar su corazón roto.Theo dio vueltas por la habitación y miró el re
La mujer se pasó la mano por el vestido y le sonrió amablemente al hombre, se llevó una mano a la cabeza y se acarició el delicado pedazo de tela que cubría su cabello inexistentes.—¿Necesita algo?— preguntó él hombre.—Si, necesito el número de rastreo del auto de mi esposo, Theo Evans.—¿Theo Evans?—Si —dijo la mujer sin borrar la sonrisa de su rostro.— sucede qué mi esposo perdió la tarjeta del rastreo y ha estado muy nervioso. Le he dicho que vendría yo por el número de rastreo, por favor démelo.Él anciano se levantó de la negra silla y miró con cuidado a la chica.—Veo que conoce perfectamente al joven Theo— comentó él hombre, Larissa clavó la mirada en la tarjeta que él hombre mantenía en sus manos y esper&o
Aurora levanto la mirada y la clavo en el auto unos cuantos segundos, miro a Theo y suspiro ruidosamente. Podía ver la tristeza en los ojos del chico, sabía que lo estaba lastimando pero maldición, no había opción.Era la única manera en la que ella y él podrían ser felices, Theo solo tenía que esperar un poco por ella, solo era eso. Aurora abrió la puerta del auto y entro rápidamente, Theo la observo y gruño cuando las primeras gotas cayeron sobre su rostro.Levanto la vista hacia el cielo y miro las oscuras nubes sobre ellos, corrió hacia el otro lado del auto y entro.Aurora clavo la mirada en el apuesto hombre a su lado y se mordió el labio nerviosa.—Gracias –susurro con una voz quebrada.Theo volteo a verla y acaricio su corto cabello con suavidad, miro su rostro y alejo la mirada de ella rápidamente. Cada vez
Theo corrió hacia Aurora y la tomó entre sus brazos cuando sus piernas se doblaron a causa del dolor.—¡Estarás bien!— gritó entre llanto.Aurora sollozó y negó al ver la gran cantidad de sangre salir de su estómago.—¡Tú y mi hijo estarán bien! ¡Adam! —gritó Theo.Aurora miró a Theo apretar su estomago, Theo levantó la mirada y observó a Larissa sonriendo al final del aeropuerto.Él hombre de ojos verdes sollozó y miró a Aurora cada vez más débil.Theo se dejó caer sobre ella cuando los disparos se desataron, Adam corrió hacia ellos entre las balas y se dejó caer de rodillas al lado de Aurora.—¡Aurora háblame!— le gritó Adam.Theo observó la mano de T
Tomó entre sus pequeñas manos la taza de té y suspiró ruidosamente.Él hombre de barba la observó y le acarició el hombro unos segundos antes de alejarse—Sabes que lo has superado, sabes que has podido avanzar, mírate donde estás ahora—dijo él hombre mientras caminaba por el consultorio.Aurora miró a su psicólogo y asintió, estaba convencida de lo que había vivido y lo que había sentido, se había dado cuenta muy tarde de lo que realmente había sentido por Theo.No amor, no odio, simplemente se había conectado con él, había entendido su dolor y sencillamente su obsesión por ayudarlo hab&iac
Theo observó fijamente a los hombres y se llevó las manos a la nuca, se pasó la lengua por los labios y sonrió antes de recargar su espalda en el auto. Gruño y se quitó el molesto casco al igual que el pasamontañas.— ¿En verdad creyeron que podrían robar dos lugares seguidos? ¿Son estúpidos?— preguntó riendo.—Déjalos — comentó Adam.—Son estúpidos —susurró Theo. — Por cierto—susurró Theo antes de alejarse del auto, se acarició la barbilla y observó al hombre de ojos azules— ¿Viste a la hermosa mujer? —preguntó.Adam lo observó y trag&o
— ¿Papi?— preguntó Theo antes de fruncir el ceño por completo, y negar repetidamente. El hombre se mordió la lengua y se llevó la mano al pecho intentando controlar el dolor que le causaba la voz de aquel pequeño en la línea telefónica.— Escucha pequeño, esto no es divertido.— ¿Eres Theo? —preguntó Henry con la voz completamente temblorosa, suspiró y sostuvo celular con más fuerza.Theo guardó silencio un momento y suspiró. Henry espero impacientemente su respuesta y volvió a preguntar.
Theo entró a la oficina pretendiendo no saber nada, sus ganas de tirarse sobre Adam y partirle la cara intentaban poseerlo. Peleando consigo mismo se sentó sobre el sillón, de cruzó de brazos y observó al rubio hombre.— ¿Me escondes algo?— preguntó Theo sin poder controlarse.Adam levantó la mirada de los documentos y se encontró con la mirada molesta de Theo. Frunció el ceño y se recargó en su asiento. Negó y se preparó para hablar.— ¿Qué tendría que decirte? —preguntó, Adam se levantó de su asiento y lo miró. — ¿Café?Theo cerró los puños con fuerza y movió las pier