Aurora salió de su habitación, con el cabello mojado, sintiéndose tan inmune de la felicidad. Creyendo que nunca más podría sentir la felicidad, Theo había llegado a su vida para simplemente destrozarla, para quitarle todo lo que pudiera tener, eso realmente le molestaba. Quería llorar, estaba frustrada, sentía que no tenía tiempo, sentía que simplemente para ella la vida se había acabado en un abrir y cerrar de ojos. Había tenido esperanzas creyendo que finalmente la oscuridad que había estado a su alrededor y va a comenzar a desaparecer pero se había dado cuenta que aquella pequeña muestra de luz que había entrado a su vida simplemente había sido para demostrarle cuán bajo terminaría cayendo.
Nuevamente tendría que huir pero esta vez tendría que huir para siempre. Ni siquiera tenía el valor de acercarse a su madre y explicarle lo que estaba apunto de suceder, simplemente tenía que hacerlo porque no podía vivir de esa manera, no podía vivir encerrada en una vida que nun
Ya habían pasado unas cuantas horas desde que se habían llevado a Aurora al área de emergencias, el chico de traje negro que la había rescatado se había mantenido ahí, esperando que le dieran noticias de ellas. Realmente quería largarse de ese lugar porque detestaba ver como todas las alrededor lo veían, estaba consciente de su apariencia en esos momentos pero incluso sabiendo que se miraba completamente perfecto, odiaba ver como lo veían. Se había preguntado una y otra vez si ella había muerto y esa era la verdadera razón por la cual aún no tenía noticias de ella, tenía hambre, quería fumar y quería beber un poco pero no podía porque algo dentro de él lo obligaba a mantenerse en aquella sala de espera, esperando por unos buenos resultados.Su cabeza repetía una y otra vez la escena de lo que había vivido hace unas cuantas horas, justo como si su cabeza rebobinará una y otra vez la manera en que la había encontrado en el piso llorando y pataleando mientras se asfixiaba. No est
Aurora despertó en medio de la soledad que brindaba su blanca habitación de hospital, se llevo las manos a la cabeza y olfateo el penetrante olor a lejía. Aurora frunció el ceño y se tapo la nariz rápidamente.Vagos recuerdos se vinieron a su mente al recordar aquel joven hombre que la había rescatado en medio de la carretera, gracias a el no estaba muerta y quería agradecerle pero sabía que tal vez no sería posible. Aurora estaba segura que ese hombre se había ido del hospital en cuanto la había dejado.La puerta de su habitación se abrió para dejar pasar a un joven enfermero de cabello azul, Aurora miro su cabello llamativo y sonrió.-Me encanta tu cabello –susurro ella.
Aurora despertó en medio de la soledad que brindaba su blanca habitación de hospital, se llevo las manos a la cabeza y olfateo el penetrante olor a lejía. Aurora frunció el ceño y se tapo la nariz rápidamente.Vagos recuerdos se vinieron a su mente al recordar aquel joven hombre que la había rescatado en medio de la carretera, gracias a el no estaba muerta y quería agradecerle pero sabía que tal vez no sería posible. Aurora estaba segura que ese hombre se había ido del hospital en cuanto la había dejado.La puerta de su habitación se abrió para dejar pasar a un joven enfermero de cabello azul, Aurora miro su cabello llamativo y sonrió.-Me encanta tu cabello –susurro ella.
Theo frunció el ceño antes de mirar al padre de Aurora retorcerse sobre la silla de metal que se encontraba al fondo de la sala de estar. Estaba aburrido mientras lo observaba jadear con fuerza, sabía que tenía hambre, que estaba cansado y que probablemente le dolía la espalda y el trasero por durar tanto tiempo sentado en aquel asiento metálico. —¿Te sientes cansado?—preguntó Theo, levantándose del asiento con una pequeña mueca de disgusto en el rostro— llevas dos días amarrado en ese lugar. —¿Dónde está ella?—preguntó el padre de Aurora, respirando con dificultad mientras se sacudía.— ¿En dónde tienes a mí hija? —¿Su hija?—preguntó él antes de carcajear— en estos momentos probablemente está siendo follada por mis hombres...—susurró entre risas. —¿Cómo pudiste?—preguntó el padre de Aurora con la voz llena de rabia, negando mientras sollozaba con fuerza.— dijiste que la querías para ti mismo y ahora la estas vendiendo con tus hombres, ¿Cómo pudiste?
Aurora se mantuvo en completo silencio, observando el joven hombre que se encontraba sentado frente a ella, observando una de las cuantas carpetas que había llevado consigo. Habían pasado exactamente dos meses desde que había escapado de la casa de Theo y finalmente comenzaba a creer que posiblemente él realmente se había olvidado de ella porque ya no había encontrado ni una sola señal de él en su vida. Lo único qué se podría decir que se había mantenido en su vida después de lo sucedido, habían sido los recuerdos traumáticos qué se habían enterrado en su memoria.Finalmente podía entender que está agradecida con el joven hombre que lo había rescatado aquella noche cuando había intentado quitarse la vida. Ya no lo había intentado y en realidad ya no pensaba intentarlo porque durante esos meses se había dado cuenta que si lo intentaba y lo lograba, padres y van a quedar completamente devastados y sentía que no podía causarles más daño emocional del que ya habían vivido. Durante
Theo se pasó la mano por la barbilla, frunciendo el ceño mientras veía fijamente a través de la ventana. Observando a Aurora mientras ella volteaba hacia su dirección sin poder verlo por la oscuridad de la ventana del auto.—¿Quién es él?—preguntó con su voz ronca. Observando al chico que se encontraba frente a ella, tomando un poco de café mientras revisaba las carpetas.—Su nombre es Aaron, estudia en la Universidad de medicina, universidad donde se encontraba la señorita aurora. Parece que llevan bastante tiempo haciendo amigos y no tiene de qué preocuparse porque su preferencia sexual no coincide con la de usted. Lo que significa que es gay.—respondió el chofer.—¿Quiere que baje por ella?—No. Quiero que siga creyendo que tiene libertad, parece estar demasiado relajada, es una lástima que su tiempo de libertad se vaya a
—¡Aurora!¡Aurora! Tienes que ver esto, es hermoso ¿Cierto?— preguntó la chica con una sonrisa.Aurora la miró y sonrió levemente para luego asentir. Estaba demasiado cansada e incluso harta de tantas personas. Estaba en el centro comercial con una de sus amigas de la infancia, comprando cualquier cosa que se atravesara en la mirada de Fernanda. Aurora se sentía abrumada e incluso estresada porque lo único que quería era regresar a casa para poder estudiar los apuntes que Aaron le había prestado el día anterior.—Es hermoso—susurró Aurora antes de mirar los hermosos detalles de oro blanco que tenía el collar que Fernanda acababa de escoger.— me encantaría tener uno pero son demasiados costosos.—¿Crees que le guste a mamá?— preguntó la chica de ojos oscuros. Insegura de la decisión que había t
Aurora se paso ambas manos por el brillante collar y sonrió antes de salir de casa con el corazón palpitando de emoción.El auto de Fernanda se encontraba estacionado afuera de la casa de Aurora, esperando por ella desde hace unos cuantos minutos.Aurora corrió un poco hacia el auto, abrió la puerta al mismo tiempo que dibujaba una amplia sonrisa en su rostro.—Hola—soltó mientras entraba al auto.—¡Mierda! —gritó Fernanda viéndola—mami, te miras perfecta.Aurora sonrió ruborizada y se cubrió el rostro.—¿No es mucho?— preguntó ella a lo que Fernanda negó varias veces y sonrió. Realmente aurora había tenido el valor suficiente para usar un corto vestido que marcaba cada una de sus curvas. Se veía completamente hermosa y ella lo sabía pero el vestido que utilizaba aquella no