Melanie
El tiempo vuela hacia atrás, a aquella primera vez que me besó, con esa intensidad que me agobiaba y me deleitaba a la vez. Me desconecto del mundo y viajo a las estrellas… muy lejos de aquí.
Sus dedos acarician en mi piel y florezco como un rosal en primavera. Me siento viva debajo de sus manos y deseo, ruego que al abrir los ojos estemos en Miami cinco años atrás, lejos de este presente absurdo en el que no soy suya.
—Axxel… no puedo. No lo hagas más difícil. —Imploro, esperando que él sea más fuerte que yo porque estoy cansada de luchar, de tratar de olvidar sus besos con cada uno de los que Nick me da.
«Eso está mal, Melanie. Detenlo», grita mi parte racional, la que no se amilana por unas cuantas caricias.
—¡No! —Bramo agobiada y lo empujo.
—Princesa… no me dejes de nuevo. No me cast
MelanieHan pasado varios días desde que Axxel vino aquí, pero no me ha abandonado esa sensación de incertidumbre. Cada día, batallo con mi mente y mi corazón. La primera, me exige que no lo piense; y el segundo, pide por él.«¿Qué hubiese pasado si la carta correcta hubiera llegado a sus manos?» La duda es como el sonido del pungi[1] que encanta a la serpiente, te seduce, te atrae, pero debo detener ese sonido, debo dejar de pensar en el pasado. Eso no cambia nada. Para el bien de todos, espero que olvide el camino a casa. Ryan no lo necesita y yo tampoco. Ya no.«¿Estás segura?», me reta mi subconsciente. Y no lo estoy, sé que es mentira, que lo quiero, que lo deseo conmigo, pero ya no importa lo que yo quiero. Mi única prioridad es mi hijo y su estabilidad.—¿Estás lista, dulzura? &md
Axxel«No lo toques». Esas tres palabras las siento como un tizón ardiente que me lastima el corazón. «¿Por qué lo dice? ¿Por qué no puedo tocar a mi hijo?»Estoy en medio de un sueño y una pesadilla. El sueño es ella junto a Ryan siendo una madre que cuida y vela por mi hijo. La pesadilla soy yo al margen de ellos, fuera de lugar, una sobra… un don nadie.Mi hijo corre y lo pierdo de vista cuando cruza la puerta. No entiendo el rechazo de Melanie. ¿Tanto daño le causé para que me desprecie de esa forma? Le reclamo por tratarme como mierda, pero sus palabras me golpean como una ola, una que me hunde a lo profundo del mar, de donde no saldré hasta que me diga qué es lo que tiene mi hijo.—No tomes a Ryan como una excusa para llegar a Melanie, él no es un puente. Apártate. Yo lo h
—Cuando mamá se entere… ya quiero conocerlo, Axx. Seguro es tan bello como tú. Estoy deseando que llegue julio para comprarle un regalo.—Hayley, escucha… no sé si lo veré de nuevo, no sé si lo puedes conocer y no sé si puedes darle un regalo.—Pero ¿por qué? Yo quiero conocer a mi sobrino. —se queja y cruza los brazos.—Fui a su casa y no estaba. Creo que se fue de nuevo y quizás para siempre. —digo. Ella comienza a llorar.—Pequeña, quizás el idiota de tu hermano exagere. No llores, creo que ya lo has hecho por esta y la otra vida. —murmura Maison, abrazándola.«Serás pendejo. Ojalá estuviera exagerando.»—Iré unos días a Miami, necesito resolver unas cosas. Si Mel aparece por aquí, me llaman enseguida. La encontraré, Hayley. Co
MelanieAxxel me toma la mano y ese pequeño contacto con su piel, me hace alucinar, me hace desear más… tanto que me paraliza. Soy tan débil cuando estoy delante de él. Me vuelvo nada.Me besa en la mejilla y se va, dejándome turbada, agotada por todo lo que enciende en mi interior. No tengo ánimo ni energía para entrar a casa porque sé lo que me espera, sé lo que pasará: me enfrentaré a una batalla campal con Nick y no puedo hacerlo, no en este momento.Camino a la casa de al lado a esconderme un rato ahí, donde no está Nick, donde no tengo que discutir con nadie. Doy dos toques y luego dos más cuando Lucy no abre la puerta.—¡Un momento!No pasa mucho cuando abre, con el rostro cubierto de algo marrón que sospecho puede ser… chocolate.—¿Y ahora qué hiciste? —pregunta
Melanie Axxel me pidió hace dos días que lo buscase en el edificio y no he dejado de pensar en eso las últimas noches. Mi corazón se acelera solo con imaginar que estaré cerca de su boca, aquella boca que me quita el aliento y me hace vibrar. Pienso en su lengua bordeando mis valles con arresto y me caliento enseguida. Circundo con mis dedos en el lugar que deseo tenerlo y jadeo su nombre en la privacidad de la ducha. Axxel no tiene una idea de lo mal que me tiene, de los delirios que se forman en mi cabeza con más frecuencia desde que me besó de nuevo… de las veces que he pedido perdón por adulterar con el pensamiento. —¡Melanie! —Doy un respingo, caigo de nalgas contra los azulejos del baño y comienzo a reír como si estuviese poseída por el gas de la risa—. ¿Estás bien? —pregunta Nick cuando me ve en el suelo. —Sí, me resbalé con el jabón. —Cariño, Ryan tiene fiebre… No escucho más después de ahí. Me levanto del suelo
AxxelMorir no es tan malo como pensé. Aunque no me debería doler la garganta. «¿Para qué mierda lo hice si voy a seguir sufriendo?». Abro los ojos y nada de esto se parece al cielo o al infierno. Quizás cuando uno muere, va a otro lugar… uno en el que mamá está sentada en el sofá y papá mira por la ventana.«¿Esto es una broma? ¡Qué mierda! Estoy vivo. Pero ¿Quién? ¿Cómo?».—¡Axxel, cariño! Despertaste. Nos diste un susto terrible. ¿Por qué lo hiciste? Entre Hayley y tú quieren matarnos de un disgusto...«Sí, mamá. Te respondería si no tuviese un jodido tubo atravesado en la garganta».Le señalo mi cuello, pero ni al caso, ella podría hablar hasta que se deshielen los polos.
Salgo de la ducha y me pongo una camiseta blanca y mis vaqueros gastados favoritos, creo que ya debo ir por un par nuevo.Enciendo la máquina de café y me siento en el taburete de la encimera para esperar a Mel. Mi apartamento es amplio y está bastante limpio gracias a Lolita, una dulce señora argentina que hace el aseo una vez por semana.El timbre de la puerta suena y doy un salto del taburete al saber que es ella, mi princesa de ojos grises… mi Mel.«Bien Axx, puedes estar frente a Melanie sin intentar tocarla. Tú puedes.»Abro la puerta e intento no emocionarme mucho, pero mi corazón ya decidió por mí, siento como late con fuerza en mi pecho sin darme tregua.Melanie es tan bella que es jodidamente difícil no caer rendido a sus pies. Su dorada melena baila libre en sus hombros, incitándome a enredarlos en mis dedos. Bajo la mirada a los perfectos s
Melanie —¡Oh mi Dios! Él lo hizo. Axxel lo hizo. —solloza Hayley sobre el pecho de Maison.—Tranquila, pequeña. Eso te hace mal. —le pide para tranquilizarla.«¿Qué fue lo que hizo Axxel? ¡Dios mío! Tuvo que ser grave para que Hayley llore así». Una sensación de ahogo aprieta mi pecho, dificultando mi respiración. Todo a mi alrededor gira y las palabras se vuelven simples murmullos. Me siento atrapada entre paredes negras que me llevan a un lugar oscuro y sin oxígeno.—Melanie —susurra una voz masculina. ¿Axxel?—. Melanie ¿estás bien? —pregunta de nuevo. Abro los ojos para encontrarme con un par de iris celestes claros, los de Maison.—Él está bien, Melanie. Bueno, lo estará hasta que llegue porque lo voy a matar. —asegura