—Jajajajaja ¿Tuyo? ¡Es mío! ¡Yo soporte toda la basura dejada por esa zorra oportunista! ¡¿Crees que no lo sabría a estas alturas de mi vida? Esa mujer no fue más que una sucia manipuladora y estafadora. Y tú como fiel rata, te ocultaste hasta que consideraste el momento para echarme. ¡No mereces absolutamente nada! ¡BANG! Alexei nuevamente abrió los ojos con sorpresa al sentir el impacto de la bala en su espalda. Se giró nuevamente y Lucas con una mirada indiferente lo veía caer como si no fuera más que basura. —No te mentí, de verdad... Yo soy tu hermano de sangre real... Lucas se acercó unos pasos y se puso en cuclillas junto a él. —Te creo. Alexei le dirigió una mirada aturdida preguntándose por qué entonces de lo que estaba haciendo. Lucas no lo dejo morir con la duda. —Serías un estorbo molesto hasta que eventualmente esto mismo pasara en el futuro. Me ahorraré problemas desde ahora. Al ponerse de pie, Alexei se aferró al dobladillo de sus pantalones.
Los meses pasaron, y después de lo sucedido con Gergen, nadie en toda la ciudad volvió a mostrar intensiones insidiosas en su contra. Los grandes inversores se volvieron sus mejores aliados y los más grandes almacenes se ofrecieron a hacer negocios con ellos por iniciativa propia.Ya no había nadie que quisiera estar en su contra debido a que cualquiera, novato o que no conociera el terreno e intentara arrebatar algo de la gran ciudad.Era completamente desaparecido.Lucas daba advertencias, Raquel, primero ejecutaba y luego preguntaba. Y aunque todo estaba en aparente calma en el exterior, una inquietante situación comenzó a molestar a Lucas.—Lucas, necesito que me acompañes a un lugar más tarde.Raquel entro a la oficina mientras él estaba ocupado con el exceso de trabajo que le había provocado la nueva “fusión” después de los almacenes, unos “gánsteres” del bajo mundo aceptaron una “rendición voluntaria”, por un lado, era más que perfecta la situación, más, sin embargo, la causan
Axel sonrió y la miró como si fuera lo único en el mundo para él. La besó nuevamente y la recostó. Una nueva ronda comenzó… Lucas por su parte, ese día recibió una propuesta de una de las constructoras más importantes a nivel nacional. Estaban dispuestos a darle apoyo con el lavado de dinero, a cambio de rescatarlos de la bancarrota. Otro trato extraño, pero al mismo tiempo bastante lucrativo. Muy conforme con Raquel, no le importaba si lo que ella quería era su cuerpo, mientras todo continuara como hasta ese momento, en realidad, no le importaba lo demás. Eso hasta que una señorita llamada Ximena apareció.... ****** Ella se recostó, pero, aun así, tuvo muchos problemas para dormir. La luna entraba por el gran ventanal y el viento se sentía frío, sin poder descansar, salió al balcón, los hombres la dejaron a solas y, otros se posicionaron debajo de este. Más sin embargo, nadie estaba preparado realmente para lo que estaba por suceder... ¡FIUSHH! PAK! Ximena
—La señora sufrió un impacto certero y directo, tuvo una hemorragia grave, pero el método de su traslado fue hasta cierto punto de gran ayuda debido a que no nos puso en una situación irremediable. Su clavícula se partió a la mitad, tuvimos que reconstruir e implantar una placa para unir el hueso. Afortunada o desafortunadamente llegó a tiempo, en este momento sufre de una anemia hemolítica, no sabemos las causas, por lo que necesitamos hacer más estudios, sin embargo, si esto no se hubiera detectado hasta dentro de más tiempo… habría sido aún más peligroso. Gracias a la transfusión pudimos controlarlo, pero… El médico bajó la mirada algo indeciso de hablar, Lucas entrecerró los ojos y molesto lo instó a hablar. —Hable claro. —Bueno… este tipo de anemia llega en ocasiones a ser autoinmune, puede llegar a ser necesario extirpar el bazo o transfusiones de sangre constantes, por el momento utilizaremos medicamento para promover la producción de glóbulos rojos. Pero si esto no
Los días pasaron, y Ximena se “recuperó” bastante bien. Sabía que su lesión había sido bastante difícil, pero no entendía el porqué de tantas muestras de sangre y análisis a los que era sometida. Siempre que preguntaba sobre su propia condición, sólo recibía una respuesta. «Su esposo se lo dirá en cuanto lo llame.» Desde lo ocurrido lo ignoró e incluso cuando lo veía en su habitación le arrojaba todo lo que tenía al alcance de su mano. No le permitió hablar ni estar con ella. Lucas completamente ignorante y cansado, decidió quedarse en la habitación de al lado y presionarla con la ley de hielo de los médicos y enfermeras. —Su condición es mucho mejor señor, sus glóbulos rojos están en aumento y come sin ser presionada. No habrá ningún problema si regresa a casa y se alimenta de manera saludable. Y… Deja de consumir esos medicamentos definitivamente. Lucas como siempre solo le hizo una señal para que se fuera y en silencio, analizó su estado clínico. Quería
La enfermera que en algún momento estaba previendo su futura gloria, se estremeció al ver la actitud de Lucas. Por un segundo había olvidado lo terrible que podía ser. —Y a ti... ¿Quién te dio el derecho de prestarme o dejarme como si fuera un misero objeto? La voz aún más baja y molesta de Lucas estremeció a ambas. Una comenzó a temblar y la otra, cerro su libro al “reaccionar” y lo observo en silencio. —Oh, cierto. Me disculpo por eso, sin embargo, de hecho, no es la primera vez que haces algo así, ¿No crees que es estúpido que te molestes en este momento? Lucas reaccionó y por un momento una ligera idea lo preocupo. —¿Qué dijiste? —Dije: No es la primera vez que lo haces. Así como a ti no te importa, a mí tampoco debería afectarme. —Espera, hay un malentendido aquí, yo nunca... Como si lo hubiera atravesado un rayo, se cubrió la frente con una mano. —Ximena... —No te molestes, ya no me importa. Solo espero que cuando me deseches, me permitas irme tranquilamente. N
Él se sorprendió no creyó que en ningún lugar de su expediente hubiera una sola cosa buena. Ella bajo la mirada y con una leve sonrisa, respondió a su duda. —Jamás podré ser madre... Lucas tragó y sintió un leve vértigo debido a una premonición, que no tardo en volverse realidad. —Así como el señor Lucas siempre deseó, esa absurda idea ha sido desechada por completo. Sus puños que habían dejado de sangrar y estaba llenos de sangre seca, se apretaron y las heridas se volvieron a abrir. La vergüenza, el arrepentimiento y remordimiento llegaron en un instante. Nunca le había dicho que quería tener un hijo y, siempre que ella planteaba la idea, él simplemente cambiaba drásticamente el tema. Ella entendió después de varias veces que la idea no le agradaba, por lo que no lo volvió a mencionar, pese a que era algo que ella de verdad anhelaba. Mientras estaba perdida en sus pensamientos, la voz de Lucas la volvió a la realidad. —Ximena... —Por favor, no me vayas a decir que
«¿Después de todo este tiempo aún no me conoces?» Entre su pequeña tormenta interna, Lucas no notó que Ximena completamente sorprendida, lo miro unos segundos con una expresión extraña. Al entrar a la casa, extrañamente estaba sola, los hombres que por lo general rondaban escaleras, ventanas y puertas no estaban. Salvo uno que los siguió, no había nadie más. Y, este, se quedó en la puerta, cerrándola y dejando a ambos adentro. Ximena aun no podía entender lo que estaba pensando, pero en algún momento sintió como si el gran peso del mundo que sentía, fuera desapareciendo lentamente. Lucas camino un poco hacia adelante y con una leve sonrisa extendió su mano hacia ella. —Prometiste regalarme una última noche. Ella lo miro perdida unos segundos. «Jamás te había visto sonreír...» Su piel clara resaltaba aún más con su traje y cabello negro, su expresión que siempre era estoica en ese momento se veía suave y, como si se tratara de un sueño. Lejos de conmoverla, le despertó un sa