La noche soplaba con la fiereza propia del continente de Düster, antigua Europa, pues el cambio climático que vino al planeta con el fin de la guerra, los sumió en una gran oscuridad.
Allí, en medio de los terrenos de la casa principal de los Veneto, los ánimos se volvieron un desastre, y explotaron.
Los ojos indignados y los comentarios críticos se transformaron en miradas sorprendidas y balbuceos sin sentido, al comprender la realidad de las palabras dichas por Luke, y se dirigieron hacia la entrada la cripta, desde donde un muy sereno Adhemir Flabiano salió, acompañado de su esposa y sus hermanos.
Mientras el mayor caminaba a la salida, las raíces que aprisionaban a Gregorio, Bruno, Valentino y Charles, que en realidad venían desde la magia nata de un Luke que usaba esa negra masa para atacar y defenderse, se apretaron más y más, y movieron los cuatro cuerpos de los vásta
Los ojos de Tomsk se abrieron de par en par, y dio un paso hacia un Luke que se veía aturdido.—¿No pudieron matarlo? —preguntó el Lord de los Kyburg.Luke asintió, y una picaresca expresión se pintó en su rostro.—¿De verdad piensa que me iría por tanto tiempo sin dejar en Blaise un seguro para su protección?El cejo de Tomsk se frunció, así como el de Malcom.—Coloqué en Blas «algo» que los hizo marcharse. —Luke se volvió hacia Bruno, quien lo miró con ojos filosos, iracundos, lo que hizo sonreír al menor.»Por eso, padre, solicito tu permiso para destruir a estos traidores, que se atrevieron a tocar al ser más precioso para mí en este mundo.Sus palabras, en bruto, eran una mezcla de rosa y negro; sin embargo, la decisión y fuerza con las que fueron pronu
Año 1995 d.C. Steyr, Austria, Europa.Los jardines llenos de flores multicolores y los arbustos bien cortados, la blancura de una fachada de piedra trabajada y los grandes ventanales… le daban asco.A lo lejos, el fragor de la batalla y los cañones eran música para su muy desarrollado sentido del oído. A pleno sol del mediodía, justo a sus ochocientos ochenta y siete años, el día por fin había llegado.—Hoy… acabaremos con esto —declaró Bruno, cuyo oscuro y largo cabello revoloteaba en la dirección del viento.A su lado, Charles y Valentino sonrieron victoriosos. Detrás, una gran horda de tambaleantes y bravos zombis, acompañados de fieros cambia formas, licántropos, esperaban una simple palabra, una mera orden, para arrasar con todo y todos.—Acaben con todos —soltó Bruno con firmeza, pero sin hablar alto.
Bruno se volvió hacia Blaise y lo sentó en el suelo, se colocó detrás de él, lo abrazó por la espalda, y cruzó sus brazos sobre el tenso pecho ajeno.La figura del menor permanecía tiesa, con la vista al frente, y sin posibilidad de mover ninguno de sus músculos, ni siquiera de parpadear. El de ojos oscuros apoyó el mentón sobre su hombro, y sintió una corriente inmediata, y los deseos del otro de moverse.—Eres un luchador —susurró divertido.Charles fue con Valentino, y ambos tomaron a Lilly, le levantaron el vestido y la violaron entre los dos, desgarrando la piel de sus muslos, de su abdomen, y regando su sangre por todo el suelo, mientras los espantados ojos de la señora eran lo único que lograba comunicar sus emociones interiores, porque no podía resistirse, ni gritar, gracias al raro hechizo de dominación que ten
Año 2015 d.C., 16 d.G. Casteddu, Territorio de Vitéliu, Düster.—Eso fue, abuelo… lo que sucedió —murmuró Luke, sobrio y desencantado.Delante de él, Adhemir lo miró con una sorpresa comedida, y luego llevó su vista a los derredores de aquel estudio sin ventanas.—Es tan triste que mi niño también esté inmiscuido en esto… —Resopló el mayor, y volvió los ojos a su nieto—. ¿Has decidido qué harás al respecto?—¿Tengo permiso de hacer lo que desee? —Luke aguzó el mirar en su abuelo.—Hablaré con mis hermanos, pero dudo que tengan alguna queja con eso. Nuestra familia no tolerará una insurrección como esta; sin embargo, tu padre será el Gran Patrizio cuando ese momento llegue, Luke. ¿Estás dispuesto a solicitar ante él un
Año 1985 d.C. Tomakomai, Hokkaido, Japón, Asia.Sus pasos en el camino casi no resonaron, porque se preocupaba por caminar ligero; sin embargo, eso no importaba.Detrás dejó a Derek, de quince años, su alimentador de turno, porque no confiaba en lo que sus sentidos le decían. Sí… así de turbio resultaba este asunto.El camino por el que se movilizaba era de tierra, y tendría a lo mucho medio metro de ancho; transitaba un pequeño bosquecillo, que se hallaba a las afueras de un poblado en el que se hospedaba desde hacía ya varios meses, refugiándose de las inclemencias de una guerra que parecía no tener final.A su alrededor, árboles de diverso tamaño, arbustos medio secos, y algunos insectos a los que ignoraba. Esa mañana pidió a los pobladores que no se acercaran al bosque, y estaba curioso por lo que allí se encontraba.
—A partir de ahora, Malcom, la forma en la que actúes determinará el rumbo de todo —comentó Tomsk muy sereno.Él se encontraba sentado en un sillón de piel beis y, a su lado, Malcom Edevane lo imitaba, con un vaso de whisky en una mano, y la vista fija al frente, a un cuadro sin sentido que su padre había comprado mucho tiempo atrás.—Eso suena como una amenaza, Tomsk —replicó el rubio y volteó a verlo.Tomsk negó.—No es una amenaza, amigo mío, sino una advertencia. Debes saber que valoro muchísimo la amistad que nos ha unido por todos estos siglos, es más importante para mí que incluso los negocios y acuerdos que unen a nuestras familias. —Juntó sus manos en su regazo, pues él no bebía nada.»Por eso, Malcom, te diré mi posición: mi amada Lilly murió a causa del renco
Al principio de los tiempos, cuando el Primer Movimiento echó a andar las miles de millones de casualidades que formaron al mundo humano, centenares de existencias se vieron afectadas por el impacto, y se dividieron.Vagaron desvalidas, huérfanas de su otra mitad, y los milenios pasaron a través de ellas, eternas, permanentes, y se convirtieron en millones de años de continua evolución, alegrías mínimas, y sufrimientos prolongados.Un día, dos mitades de la misma existencia se encontraron por «casualidad» y, desde entonces, luchan por no separarse... pero el universo no desea dejar de verlas penar, no necesita que estén en paz.Año 1778 d.C. Archiducado de Austria.—Es una espera temible, la de recibir un hijo —hablaba Tomsk Habsburg con inusual nerviosismo—. En especial si uno no sabe si será mi tan ansiado primogénito. &mdas
El día en él que alumbró fue una alegría. Sí, era el primero, el gran heredero. Un varón, un patriarca. El orgullo, la gallardía, la certeza de creerse dueños de su mundo • • • Año 2015 d.C., 16 d.G. Venecia, Territorio de Vitéliu, Düster. Luke avanzaba con firmeza; sus pasos hacían eco en medio de un vacío pasillo en tanto, detrás de él, un varón más bajo lo seguía cohibido, y miraba su espalda con temor y expectativa. Él, hombre espigado y rubio, no parecía estar concentrado en nada más que sus pensamientos, y en aquello que lo molestaba; sin embargo, cuando tuvo que doblar a la derecha, lo hizo sin titubear. Apretó los puños y los relajó, en pos de calmar sus pensamientos, y se detuvo frente a la última frontera de su camino: una maciza puerta de madera oscura. —Padre, he llegado —se anunció con tono claro y neutro. «Adelante», se escuchó con firmeza del otro lado. Sin voltear, pero sabie