Me atraganté con mi propia saliva a causa de su repentina declaración. ¡¿Cómo podría creer que yo estaba celosa de una mujer a la que ni siquiera conocía?! Lo que yo sentía simplemente era curiosidad, curiosidad de que todos hubieran escuchado acerca de una mujer a la que yo tendría que suplantar, al parecer.—¿De dónde sacas esas ideas tan extrañas, Arzhel? ¿Cómo crees que voy a estar celosa de alguien que no conozco? —solté una pequeña risa, intentando restarle importancia a lo que estaba pasando.Las manos de Arzhel continuaban en mis hombros, me observaba de una manera diferente, esa como si estuviera evitando sonreír. Nunca lo había visto así, tan cómodo, tan humano. Debía reconocer que estar aquí en este lugar era lo que estaba haciendo que el tonto manipulador terminara siendo un hombre completamente distinto.»Tus padres son encantadores —añadí, todo con el fin de cambiar por completo el tema que me estaba comenzando a incomodar. Mis ojos se posaron en una fuente en el centro
Arzhel observó a la ventana por unos segundos, su ceño estaba levemente fruncido. A decir verdad, se me hacía bastante gracioso verlo así.—Podemos manejarlo, mamá. No se preocupen por nosotros —expuso con calma.—No. —sentenció la señora con toda la autoridad del mundo. A ver si a su hijito gruñón se le ocurría contrariarla en este momento.—. Se quedarán aquí esta noche. Ya he preparado una habitación para ustedes.Mis ojos se abrieron de repente. No sabía en qué lado posicionarme, pues, aunque quisiera irme a casa, llevarle la contraria a la señora Whitield me daba más miedo. Así que hice lo que cualquier persona normal haría. Llevarle la corriente a su suegra.—Creo que tiene razón, está algo tarde y parece que estuviera diluviando. Es un poco peligroso —intervine con una pequeña y maliciosa sonrisa, una que solo Arzhel lograba distinguir.—¿Si ves? Kenna quiere quedarse, debes escuchar la voz de la razón, hijo.—La voz de la razón es tu madre, las madres siempre se escuchan —le ec
Me congelé por un breve espacio de tiempo que me hacía sentirlo como una eternidad.—¿Tu madre? —balbuceé sintiendo cómo el calor subía por mi cuerpo, podría jurarlo sin necesidad de verme, mis mejillas estaban completamente enrojecidas.—Sí, mi madre. —Su sonrisa se hizo más y más grande, estaba disfrutando mi reacción—. ¿Acaso pensaste que era alguien más?Su madre, ¿era de verdad? ¿Armé todo este lío solo para enterarme de que se trataba de una fotografía de su madre? Ahora que lo pensaba, tenía demasiado sentido, pues, sus sonrisas eran más parecidas como para ser una mera coincidencia.—¡Por supuesto que no! —respondí rápidamente, aunque mi tono probablemente me traicionó.—Oh, claro que lo pensaste. —Arzhel dio un paso hacia mí, aún sostenía la fotografía, y la forma en que me miraba era una mezcla de diversión y algo más que no podría ponerlo en palabras—. ¿Estabas celosa, princesa?Parpadeé un par de veces debido a la inseguridad de haber sido atrapada tan fácilmente, no solo
Mi gran cabezota intentaba unir todas las piezas que tenía a mi disposición; sin embargo, no tenía nada coherente. Mi mente se ponía en blanco si pensaba en estos días que pasamos juntos, entonces fue cuando mi cerebro se iluminó un poco.—Hablas como si… como si todo esto hubiera empezado mucho antes de lo que creo. —Mi voz salió con un poco de temblor, como si estuviera luchando contra sí misma para no quebrarse. La confusión me ganaba, pero, al menos, logré decirle algo.—Porque así fue. —Su mirada se endureció ligeramente, y su agarre en mi cintura se aflojó, dándome la oportunidad de moverme si quería. Pero no quería, no me moví. Una parte de mí encontraba acogedora esta posición.—Arzhel, ¿de qué demonios estás hablando? —Mi paciencia estaba llegando al límite, y lo sabía—. Por favor, sé claro conmigo, porque no tengo ni idea de en qué punto de la línea del tiempo pararme para tener una idea de lo que pasó.—De esa noche. —Sus palabras eran firmes, como si no pudiera retroceder
Enmudecí una vez más, la forma en la que lo dio me hizo caer en cuenta de la barbaridad que esos individuos despreciables hicieron. Mi corazón latía con molestia, tenía ganas de arrancarles cada uno de sus cabellos, dejarlos completamente calvos y luego quitarles la piel.De todas formas, no era el momento adecuado para hacer eso, necesitaba calmar mi menta y poder tomar una decisión coherente a lo que se necesitaba hacer. Ahora sabíamos de lo que eran capaces, por lo menos, que estaban locos si creían que podrían vencernos.El silencio en la habitación estaba cargado con algo que parecía ser un campo eléctrico entre Arzhel y yo, uno que casi que podría tocarse con las propias manos, lleno de una tensión que no podríamos ignorar. A pesar del enfurecimiento que ambos teníamos contra las acciones de ese par de serpientes ponzoñosas, nuestras miradas seguían encontrándose, provocando que mi corazón latiera con fuerza, como un caballo desbocado.Pese a todo lo que pasaba en nuestro interi
El cuarto estaba en silencio, pero mi mente no lo estaba en absoluto. Cada vez que cerraba los ojos, fragmentos de conversaciones, miradas y misterios se mezclaban en un torbellino que no podía controlar. El peso de todo lo que había aprendido esa noche, de las revelaciones de Arzhel y la profundidad de la traición de esos seres despreciables, me mantenía alerta.A pesar de la tranquilidad que se respiraba en casa de los Whitfield, no podía sacudirme la sensación de que esto era una calma engañosa. Una calma que precedía a una tormenta mucho más grande de lo que imaginaba.Si su primer plan de hacer que mi padre nos detestara a Arzhel y a mí, había fallado y por eso decidieron quemarme viva disfrazándolo de un accidente, ¿qué era lo que seguía en su plan? ¿Algo en contra de la familia de Arzhel… en contra de mi propio padre?—No puedes dormir, ¿verdad? —El susurro de Arzhel interrumpió la avalancha de pensamientos que reinaba en mi cabeza.Giré mi cabeza hacia él, encontrándolo reclin
Arzhel conducía de regreso a casa con su habitual calma, una mano descansaba en el volante mientras la otra se apoyaba ligeramente en su pierna. Por mi parte, me recargué contra la ventana, mirando cómo el paisaje pasaba rápidamente, dejando que el aire sacudiera mi cabello como si estuviera en una película.—Aideen. —Su voz rompió la quietud con un susurro, lo cual fue suficiente para sacarme de mi burbuja y prestarle mi atención.—¿Hmm? —Giré mi cabeza hacia él. Sus ojos estaban fijos en el camino, cosa que agradecía, no quería morir en un accidente de tránsito.—Cuando estemos en la empresa, quiero que trates a esas serpientes como siempre lo haces. —Su tono tenía un matiz de autoridad, pero también de confianza—. Trátalos con la tranquilidad y amabilidad de siempre. Pero si Rune se te acerca…Hizo una pausa, y aunque no terminó la frase, la fuerza con la que agarraba el volante fue suficiente para demostrar su punto.—¿Quieres que te avise para que lo hagas puré de áspid? —pregunt
—Bueno, hermosa Aideen, supongo que tenemos mucho de qué hablar. —Ciprian se inclinó hacia mí, ignorando por completo a Arzhel mientras me rodeaba con su brazo—. ¿Cómo va tu plan? —susurró una vez, podía sentir cómo Arzhel estaba atento a cualquier movimiento de Ciprian.—Va… avanzando. —Estaba luchando con todas mis fuerzas, no girar en dirección del manipulador detrás de mí. Estaba seguro de que su mirada podría convertir en piedra cualquiera.—Sabía que lo harías —dio un par de palmaditas en mi cabeza, con esa dulzura que solo yo podría sacarle—. Ya que estoy de vuelta, espero que cuentes conmigo y los muchachos para que ayudemos con tu plan —sus ojos se desviaron en dirección de Arzhel—. Y si alguien te molesta, asegúrate de hacérmelo saber. Te aseguro que le haré vivir un infierno en vida.—Gracias, Ciprian. Siempre he sabido que puedo contar contigo para lo que necesite —mis palabras fueron sinceras, pero no pude evitar usarlas para irritar un poco a Arzhel. Admitámoslo, verlo a