Capítulo 3

(Dayana White)

Con un carajo, estos chicos son muy extraños.

Trate de tranquilizarme, tal vez si no digo nada sobre lo que acabo de ver, me pueda ir tranquila.

–Mucho gusto Matteo, Dayana – creo que no fue mi mejor presentación.

– ¿Qué haces aquí? – soltó Dylan.

– ¿Acaso no me escuchaste? – Matteo paso su atención a Dylan – nunca me escuchas, tu madre me dijo que te buscara y que te llevara arrastras de ser posible, a recoger tu traje para esta noche.

–Iré después, en este momento me encuentro ocupado – perfecto mi escape perfecto.

–Si lo dices por mí, no hay problema, es obvio que estas muy ocupado y creo que es mejor si me voy.

– ¿Tu no iras a la fiesta de esta noche? – pregunto Matteo.

–Aún no he podido invitarla – respondió un Dylan muy molesto.

– ¿Y qué esperas? Si quieres lo hago yo – Matteo paso su atención a mí – Dayana ¿Te gustaría ir….

– ¿Te gustaría ir a una fiesta esta noche? – interrumpió el pelinegro.

Maldición, yo que ya me quería ir.

Quiero decir que no, pero es obvio que estos chicos no reciben esa respuesta muy seguido, además mi sentido de supervivencia sabe que decir que no, no es una buena respuesta.

–No lo sé, escuche decir que irán de traje y yo no tengo ropa formal conmigo – por favor que con eso me dejen ir.

–No hay problema, el chico de aquí te invito, él debe pagar tu ropa – Matteo señalo descaramente a Dylan, quien se veía a punto de explotar de la furia.

Dios ¿Por qué me pasan estas cosas a mí?

–No creo ser capaz de aceptar algo de alguien a quien apenas conozco – me quede quita en mi lugar.

Matteo se puso serio y volteo a ver a Dylan, podía ver sus gestos faciales, díganme loca, pero se veía como si mantuvieran una conversación pero sin decir palabra alguna.

Una vez más me pregunte porque estaba metida en esta extraña situación.

Porque Dylan te pareció un chico atractivo.

Cállate voz de mi cabeza.

–Bueno está bien, iré con ustedes – respondí haciendo que ambos chicos se figaran en mí.

–Genial no te vas a arrepentir – menciono Matteo muy emocionado – Bueno, creo que es buen momento para ir de compras.

–Sí, tú nos esperas afuera – ordeno Dylan.

–Claro – Matteo se levantó con una sonrisa en su cara y salió de la cafetería.

–Dayana ¿Estas segura de ir? – pregunto el chico de ojos azules.

–Si.

– ¿Segura? No quiero presionarte a hacer algo que no quieras, porque como mencionaste hace un momento, apenas y nos conocemos – el chico se veía un poco ¿Triste? Como si estuviera aceptando por obligación o algo así.

–No es por obligación – coloque mi mano sobre la suya y una especie de corriente eléctrica recorrió mi cuerpo y creo que él también lo sintió, sin pensarlo solté su mano – hace bastante tiempo que no voy a una fiesta, creo que será divertido.

–Muy bien, pues entonces busquemos esa tonta ropa – sus ánimos no eran los mejores, creo que no quiere ir a esa fiesta.

–Andando.

Salimos del lugar, bueno salí yo, porque Dylan fue a pagar nuestra cuenta.

Salí y pude ver a Matteo recargado en el capote de un lindo auto, supuse que era su auto y que en el viajaríamos, así que comencé a caminar en su dirección, mientras veía los libros que había comprado Dylan.

Eche un vistazo a algunas páginas y una de ellas me llamo la atención, porque su título era “MATES” ¿Qué será eso?

– ¿Tu sabes que es un MATE? – pregunte al llegar con Matteo.

– ¿Por qué la pregunta? – en verdad me contesto una pregunta con otra pregunta.

–Vi esa palabra en este libro y me llamo la atención, pero creo que mejor voy a leer para saber el significado.

–Está bien – se encogió de hombros y se sumergió en su celular.

Bien como sea, según este libro, un Mate es la pareja destinada de un hombre lobo.

Y allí está de nuevo, la mención de los hombres lobo, pero creo que todo eso es hipotético.

–Si levantas tu trasero de mi auto – la voz de Dylan me saco de mi lectura.

–Si ya voy, que delicado – por primera vez me reí de los comentarios entre estos dos.

Esperen ¿Dylan dijo que era su auto?

¿Cómo es posible? Aquí llegamos caminando y cuando llegamos en ningún momento vi ese auto estacionado, lo digo porque en realidad era un auto bastante lujoso.

La verdad no quise preguntar, así que continúe hojeando el libro.

Subimos al auto y Dylan como todo un caballero, me abrió la puerta del copiloto, por un momento pensé que iría en la parte de atrás.

– ¿Y ya sabes que significa Mate? – me pregunto Matteo una vez que los tres nos encontrábamos dentro del auto.

– ¿Por qué le preguntas eso? – cuestiona Dylan.

–Vi ese término en uno de los libro y pensé que Matteo conocía el significado, pero al no tener una respuesta de su parte, mejor seguí leyendo.

– ¿Y qué dice el libro? – hablo Matteo desde la parte trasera del auto.

–Pues en resumen, dice que es la pareja destinada para un hombre lobo – decidí cerrar el libro y ver por la ventana, esto es muy confuso.

–También se puede entender como tu otra mitad – pose mi vista a quien había hablado – es algo que la diosa Luna hizo para que los lobos no estuvieran solos, es como buscar una pareja, solo que nosotros tenemos que experimentar rupturas y engaños, mientras que los Mates son lo mismo pero sin la parte de las rupturas y años perdidos con otra persona.

–Que gran explicación – me quede con la boca abierta, sin saber que más decir, no sé si es mi imaginación, pero Dylan sabe mucho sobre este tema.

–Bien llegamos – anuncio el pelinegro.

Los tres bajamos del auto y note algo curioso, es la misma tienda donde estuve viendo los vestidos ayer, lo sé muy bien porque aun lado está la Liberia.

Seguí a los chicos, Dylan como todo un caballero detuvo la puerta para que pudiera entrar, él es todo un sueño.

Una vez adentro comencé a ver toda la tienda, era muy elegante, sus paredes estaban pintadas en tonos crema y café, y obviamente estaba lleno de vestidos y trajes.

Pero desde ayer solo estaba obsesionada con uno.

El vestido de color blanco en el aparador.

Por alguna extraña razón que desconozco, ese vestido llamo mi atención, extraño porque no soy una que le guste mucho usar ese tipo de vestidos elegantes.

Me acerque lentamente al vestido y lo quería tocar, soñaba con tocarlo, estire lenta y temerosamente mi mano hacia él, pero antes de llegar me detuve, no creo que me que me quede bien.

–Veo que ya has elegido – la voz de Dylan me hizo dar un pequeño salto ¿En qué momento llego a mi lado?

–Eh? No, no creo que un vestido como este me quede bien – me cruce de brazos resignada y comencé a caminar, para buscar alguna otra opción.

Me detuve frente unos vestidos azules, se veían hermosos pero no me llamaban mucho la atención.

–Esos son muy hermosos y a una chica como tú, se le verían preciosos – escuche a mi lado.

Al girar la cabeza me encontré con una mujer, no se veía muy grande, tal vez como de unos 40.

–Hola – contestes un poco apenada por sus palabras – gracias, pero en realidad solo los estoy viendo, no creo que sean mi color.

 – ¿Qué no son tu color? ¿Quién te ha mentido? Mira nos llevaremos ese y este – tomos dos vestidos en diferentes tonos de azul, estaban hermosos – ahora sígueme.

Camine detrás de ella y me metió a un probador.

¿Qué estoy haciendo exactamente? No podía creer que me estaba poniendo un vestido tan elegante.

Voy a admitirlo estaba precioso, tenía un cuello redondo que me quedaba debajo de los huesos de clavícula y tenía mangas largas.

Sí, no suena llamativo, pero en la parte de la espalda, estaba totalmente descubierta y el corte sirena hacia muy bien su trabajo marcando las curvas de mi cuerpo.

– ¿Todo bien allí dentro? – escuche la voz de la mujer del otro lado.

–Sí, salgo en un momento – estaba nerviosa.

Respire profundo y salgo del vestidor, cuando salí, tres pares de ojos me observaban a detalle.

–Si lo sé, este vestido no me queda – le sonreí a todos.

– ¿Qué dices? Claro que no te ves hermosa ¿No es así chicos?

–Claro Dayana te ves muy bien, mira has dejado a Dylan sin palabras – creo que a Matteo no le gusta mucho su vida.

Pero era verdad, Dylan solo me veía, su mente estaba perdida porque no fue capaz de contestarle a Matteo.

–Mejor me mido el otro – no quise esperar la respuesta de nadie.

Cinco minutos después me estaba  poniendo el segundo vestido.

Ahora este tenía un escote un poco pronunciado, al igual que el otro era largo pero menos pegado y este no tenía mangas, más bien tirantes.

Hice lo mismo que la primera vez, tome aire y salí para mostrar el vestido.

Matteo ya no estaba, así que solo tuve la vista de la encargada de la tienda y de Dylan a quien vi tragar grueso cuando salí.

–Pareces toda una celebridad niña – menciono la mujer.

–No lo creo y para mi gusto estoy enseñando mucho – intente tapar mi pecho.

–También pienso lo mismo – la voz de Dylan sonaba muy ronca y se veía molesto.

Confirmado, ese chico es bipolar.

–Me lo voy a quitar.

Volví a entrar al vestidor y deje que el vestido callera al suelo.

Cuando estaba por tomar mis pantalones unos toques en la puerta llamaron mi atención.

– ¿Si? – pregunte.

–Te pasare un vestido más ¿De acuerdo?

–Si está bien.

Abrí un poco la puerta, dejando el espacio adecuado para que la agradable mujer me pasara el vestido.

No podía creer lo que mis ojos veían, era el vestido blanco.

Quería medírmelo, necesitaba medírmelo.

Y así lo hice, me lo puse, era perfecto.

Tenía las mangas hasta los codos y de arriba era tipo strapless haciendo que el escote quedaba debajo de la clavícula, mis hombros estaban descubiertos, pero no me importaba, me gustaba lo que veía.

Había un problema, no podía subir el cierre.

– ¿Hola? Señora amable – ¿Qué? No sabía su nombre.

–Claudia no está – me respondió Dylan – ¿Necesitas algo? – no quería pedírselo, pero tenía que hacerlo, tenía que saber si el vestido me quedaría bien o no.

– ¿Me puedes ayudar? – Salí del vestidor, sosteniendo el vestido de la parte del pecho – no puedo subir el cierre yo sola – me gire dándole la espalda.

–Si claro.

Con la vista sobre mis hombros, vi cómo se acercaba.

Sentí como subía el cierre lentamente hasta llegar a su tope.

–Mírate, te ves realmente hermosa – Claudia apareció con una funda grande para la ropa – y esa abertura en la pierna es muy discreta.

–Parezco una novia – a pesar de que la tela no era en su totalidad blanca, así me sentía.

–Bueno, pues serias una novia muy hermosa – Claudia y sus cumplidos – bueno creo que ya está decidido ¿No? – yo solo asenté.

No pensé que me sintiera tan bien con el vestido, verlo en el aparador me hizo pensar que no era para mí.

–Llevare tu traje a la caja, los espero con el vestido – y sin más, se fue.

No dijimos nada, solo me gire en forma de pedir ayuda con el cierre, lo cual Dylan entendió rápido.

De la misma forma en la que me ayudo antes, comenzó a bajar lentamente el cierre.

Por alguna razón me puse nerviosa, haciendo que los latidos de mi corazón fueran a mil por hora.

El ligero contacto que hacía, no ayudaba, podía sentir la yema de su dedo rosar ligeramente mi piel, provocando una corriente eléctrica en todo el camino que hizo.

Cuando termino voltee a ver ¿Por qué lo hice? Sus pupilas estaban muy dilatadas, el iris de sus ojos casi no se notaba.

¿Dios por qué sentía esto apenas y lo conozco?

No quise caer en alguna tentación, así que prácticamente salí corriendo para esconderme en el vestidor.

Mi respiración estaba muy agitada, mi corazón estaba como loco.

Debía tranquilizarme, necesito hablar con Velkan.

Después de que Dylan pagara por todo y cuando digo todo, fue todo, me pago hasta los aretes que usaría, me dio mucha pena y más porque apenas y nos conocemos.

Nos encontrábamos frente al hotel donde me estaba quedando, me ayudo a bajar el vestido y todas las demás bolsas.

Y no espero invitación, me llevo hasta el cuarto que estaba rentando.

Todo mundo nos veía y para mí era muy incómodo.

–Bueno ¿A qué hora quieres que pase por ti? – me pregunto.

–Te parece bien a las 9 – necesitaba tiempo para poder arreglarme.

–Perfecto, paso por ti a las 9 – se quedó un momento parado, creo que espera algo.

–Muchas gracias por todo.

–No es nada, yo te invite a la fiesta así que tenía que pagar por todo – podía ver que sus pupilas estaban ligeramente dilatadas y agarre valor.

Me acerque a él y le deje un beso rápido en la mejilla.

Y antes de poder alejarme, tomo mi mejilla y me llevo hasta el, uniendo sus labios con los míos.

Me quede sorprendida, pero al final acepte el beso, era lento pero salvaje.

Cuando caí en cuanta que besaba a un extraño, lo aleje.

–Perdón – ambos nos encontrábamos con la respiración acelerada – vendré por ti a las 9 y entenderé si decides ya no ir.

Y salió sin mirar atrás, quería decirle que no debía disculparse, pero era un poco tarde, ya se había ido.

¿Por qué lo bese?

Debo hablar con Velkan.

Corrí a desconectar mi celular y busque su número.

Dos tonos y contesto.

– ¡¿DÓNDE CARAJOS HAS ESTADO METIDA?! – aleje el celular un poco de mi oído con algo de molestia.

–No digas nada, debo contarte algo.

Y con mucha emoción le conté todo, creo que no suena tan mal ir a esa fiesta. Total ¿Qué podría pasar?

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