(Dayana White)
Con un carajo, estos chicos son muy extraños.
Trate de tranquilizarme, tal vez si no digo nada sobre lo que acabo de ver, me pueda ir tranquila.
–Mucho gusto Matteo, Dayana – creo que no fue mi mejor presentación.
– ¿Qué haces aquí? – soltó Dylan.
– ¿Acaso no me escuchaste? – Matteo paso su atención a Dylan – nunca me escuchas, tu madre me dijo que te buscara y que te llevara arrastras de ser posible, a recoger tu traje para esta noche.
–Iré después, en este momento me encuentro ocupado – perfecto mi escape perfecto.
–Si lo dices por mí, no hay problema, es obvio que estas muy ocupado y creo que es mejor si me voy.
– ¿Tu no iras a la fiesta de esta noche? – pregunto Matteo.
–Aún no he podido invitarla – respondió un Dylan muy molesto.
– ¿Y qué esperas? Si quieres lo hago yo – Matteo paso su atención a mí – Dayana ¿Te gustaría ir….
– ¿Te gustaría ir a una fiesta esta noche? – interrumpió el pelinegro.
Maldición, yo que ya me quería ir.
Quiero decir que no, pero es obvio que estos chicos no reciben esa respuesta muy seguido, además mi sentido de supervivencia sabe que decir que no, no es una buena respuesta.
–No lo sé, escuche decir que irán de traje y yo no tengo ropa formal conmigo – por favor que con eso me dejen ir.
–No hay problema, el chico de aquí te invito, él debe pagar tu ropa – Matteo señalo descaramente a Dylan, quien se veía a punto de explotar de la furia.
Dios ¿Por qué me pasan estas cosas a mí?
–No creo ser capaz de aceptar algo de alguien a quien apenas conozco – me quede quita en mi lugar.
Matteo se puso serio y volteo a ver a Dylan, podía ver sus gestos faciales, díganme loca, pero se veía como si mantuvieran una conversación pero sin decir palabra alguna.
Una vez más me pregunte porque estaba metida en esta extraña situación.
Porque Dylan te pareció un chico atractivo.
Cállate voz de mi cabeza.
–Bueno está bien, iré con ustedes – respondí haciendo que ambos chicos se figaran en mí.
–Genial no te vas a arrepentir – menciono Matteo muy emocionado – Bueno, creo que es buen momento para ir de compras.
–Sí, tú nos esperas afuera – ordeno Dylan.
–Claro – Matteo se levantó con una sonrisa en su cara y salió de la cafetería.
–Dayana ¿Estas segura de ir? – pregunto el chico de ojos azules.
–Si.
– ¿Segura? No quiero presionarte a hacer algo que no quieras, porque como mencionaste hace un momento, apenas y nos conocemos – el chico se veía un poco ¿Triste? Como si estuviera aceptando por obligación o algo así.
–No es por obligación – coloque mi mano sobre la suya y una especie de corriente eléctrica recorrió mi cuerpo y creo que él también lo sintió, sin pensarlo solté su mano – hace bastante tiempo que no voy a una fiesta, creo que será divertido.
–Muy bien, pues entonces busquemos esa tonta ropa – sus ánimos no eran los mejores, creo que no quiere ir a esa fiesta.
–Andando.
Salimos del lugar, bueno salí yo, porque Dylan fue a pagar nuestra cuenta.
Salí y pude ver a Matteo recargado en el capote de un lindo auto, supuse que era su auto y que en el viajaríamos, así que comencé a caminar en su dirección, mientras veía los libros que había comprado Dylan.
Eche un vistazo a algunas páginas y una de ellas me llamo la atención, porque su título era “MATES” ¿Qué será eso?
– ¿Tu sabes que es un MATE? – pregunte al llegar con Matteo.
– ¿Por qué la pregunta? – en verdad me contesto una pregunta con otra pregunta.
–Vi esa palabra en este libro y me llamo la atención, pero creo que mejor voy a leer para saber el significado.
–Está bien – se encogió de hombros y se sumergió en su celular.
Bien como sea, según este libro, un Mate es la pareja destinada de un hombre lobo.
Y allí está de nuevo, la mención de los hombres lobo, pero creo que todo eso es hipotético.
–Si levantas tu trasero de mi auto – la voz de Dylan me saco de mi lectura.
–Si ya voy, que delicado – por primera vez me reí de los comentarios entre estos dos.
Esperen ¿Dylan dijo que era su auto?
¿Cómo es posible? Aquí llegamos caminando y cuando llegamos en ningún momento vi ese auto estacionado, lo digo porque en realidad era un auto bastante lujoso.
La verdad no quise preguntar, así que continúe hojeando el libro.
Subimos al auto y Dylan como todo un caballero, me abrió la puerta del copiloto, por un momento pensé que iría en la parte de atrás.
– ¿Y ya sabes que significa Mate? – me pregunto Matteo una vez que los tres nos encontrábamos dentro del auto.
– ¿Por qué le preguntas eso? – cuestiona Dylan.
–Vi ese término en uno de los libro y pensé que Matteo conocía el significado, pero al no tener una respuesta de su parte, mejor seguí leyendo.
– ¿Y qué dice el libro? – hablo Matteo desde la parte trasera del auto.
–Pues en resumen, dice que es la pareja destinada para un hombre lobo – decidí cerrar el libro y ver por la ventana, esto es muy confuso.
–También se puede entender como tu otra mitad – pose mi vista a quien había hablado – es algo que la diosa Luna hizo para que los lobos no estuvieran solos, es como buscar una pareja, solo que nosotros tenemos que experimentar rupturas y engaños, mientras que los Mates son lo mismo pero sin la parte de las rupturas y años perdidos con otra persona.
–Que gran explicación – me quede con la boca abierta, sin saber que más decir, no sé si es mi imaginación, pero Dylan sabe mucho sobre este tema.
–Bien llegamos – anuncio el pelinegro.
Los tres bajamos del auto y note algo curioso, es la misma tienda donde estuve viendo los vestidos ayer, lo sé muy bien porque aun lado está la Liberia.
Seguí a los chicos, Dylan como todo un caballero detuvo la puerta para que pudiera entrar, él es todo un sueño.
Una vez adentro comencé a ver toda la tienda, era muy elegante, sus paredes estaban pintadas en tonos crema y café, y obviamente estaba lleno de vestidos y trajes.
Pero desde ayer solo estaba obsesionada con uno.
El vestido de color blanco en el aparador.
Por alguna extraña razón que desconozco, ese vestido llamo mi atención, extraño porque no soy una que le guste mucho usar ese tipo de vestidos elegantes.
Me acerque lentamente al vestido y lo quería tocar, soñaba con tocarlo, estire lenta y temerosamente mi mano hacia él, pero antes de llegar me detuve, no creo que me que me quede bien.
–Veo que ya has elegido – la voz de Dylan me hizo dar un pequeño salto ¿En qué momento llego a mi lado?
–Eh? No, no creo que un vestido como este me quede bien – me cruce de brazos resignada y comencé a caminar, para buscar alguna otra opción.
Me detuve frente unos vestidos azules, se veían hermosos pero no me llamaban mucho la atención.
–Esos son muy hermosos y a una chica como tú, se le verían preciosos – escuche a mi lado.
Al girar la cabeza me encontré con una mujer, no se veía muy grande, tal vez como de unos 40.
–Hola – contestes un poco apenada por sus palabras – gracias, pero en realidad solo los estoy viendo, no creo que sean mi color.
– ¿Qué no son tu color? ¿Quién te ha mentido? Mira nos llevaremos ese y este – tomos dos vestidos en diferentes tonos de azul, estaban hermosos – ahora sígueme.
Camine detrás de ella y me metió a un probador.
¿Qué estoy haciendo exactamente? No podía creer que me estaba poniendo un vestido tan elegante.
Voy a admitirlo estaba precioso, tenía un cuello redondo que me quedaba debajo de los huesos de clavícula y tenía mangas largas.
Sí, no suena llamativo, pero en la parte de la espalda, estaba totalmente descubierta y el corte sirena hacia muy bien su trabajo marcando las curvas de mi cuerpo.
– ¿Todo bien allí dentro? – escuche la voz de la mujer del otro lado.
–Sí, salgo en un momento – estaba nerviosa.
Respire profundo y salgo del vestidor, cuando salí, tres pares de ojos me observaban a detalle.
–Si lo sé, este vestido no me queda – le sonreí a todos.
– ¿Qué dices? Claro que no te ves hermosa ¿No es así chicos?
–Claro Dayana te ves muy bien, mira has dejado a Dylan sin palabras – creo que a Matteo no le gusta mucho su vida.
Pero era verdad, Dylan solo me veía, su mente estaba perdida porque no fue capaz de contestarle a Matteo.
–Mejor me mido el otro – no quise esperar la respuesta de nadie.
Cinco minutos después me estaba poniendo el segundo vestido.
Ahora este tenía un escote un poco pronunciado, al igual que el otro era largo pero menos pegado y este no tenía mangas, más bien tirantes.
Hice lo mismo que la primera vez, tome aire y salí para mostrar el vestido.
Matteo ya no estaba, así que solo tuve la vista de la encargada de la tienda y de Dylan a quien vi tragar grueso cuando salí.
–Pareces toda una celebridad niña – menciono la mujer.
–No lo creo y para mi gusto estoy enseñando mucho – intente tapar mi pecho.
–También pienso lo mismo – la voz de Dylan sonaba muy ronca y se veía molesto.
Confirmado, ese chico es bipolar.
–Me lo voy a quitar.
Volví a entrar al vestidor y deje que el vestido callera al suelo.
Cuando estaba por tomar mis pantalones unos toques en la puerta llamaron mi atención.
– ¿Si? – pregunte.
–Te pasare un vestido más ¿De acuerdo?
–Si está bien.
Abrí un poco la puerta, dejando el espacio adecuado para que la agradable mujer me pasara el vestido.
No podía creer lo que mis ojos veían, era el vestido blanco.
Quería medírmelo, necesitaba medírmelo.
Y así lo hice, me lo puse, era perfecto.
Tenía las mangas hasta los codos y de arriba era tipo strapless haciendo que el escote quedaba debajo de la clavícula, mis hombros estaban descubiertos, pero no me importaba, me gustaba lo que veía.
Había un problema, no podía subir el cierre.
– ¿Hola? Señora amable – ¿Qué? No sabía su nombre.
–Claudia no está – me respondió Dylan – ¿Necesitas algo? – no quería pedírselo, pero tenía que hacerlo, tenía que saber si el vestido me quedaría bien o no.
– ¿Me puedes ayudar? – Salí del vestidor, sosteniendo el vestido de la parte del pecho – no puedo subir el cierre yo sola – me gire dándole la espalda.
–Si claro.
Con la vista sobre mis hombros, vi cómo se acercaba.
Sentí como subía el cierre lentamente hasta llegar a su tope.
–Mírate, te ves realmente hermosa – Claudia apareció con una funda grande para la ropa – y esa abertura en la pierna es muy discreta.
–Parezco una novia – a pesar de que la tela no era en su totalidad blanca, así me sentía.
–Bueno, pues serias una novia muy hermosa – Claudia y sus cumplidos – bueno creo que ya está decidido ¿No? – yo solo asenté.
No pensé que me sintiera tan bien con el vestido, verlo en el aparador me hizo pensar que no era para mí.
–Llevare tu traje a la caja, los espero con el vestido – y sin más, se fue.
No dijimos nada, solo me gire en forma de pedir ayuda con el cierre, lo cual Dylan entendió rápido.
De la misma forma en la que me ayudo antes, comenzó a bajar lentamente el cierre.
Por alguna razón me puse nerviosa, haciendo que los latidos de mi corazón fueran a mil por hora.
El ligero contacto que hacía, no ayudaba, podía sentir la yema de su dedo rosar ligeramente mi piel, provocando una corriente eléctrica en todo el camino que hizo.
Cuando termino voltee a ver ¿Por qué lo hice? Sus pupilas estaban muy dilatadas, el iris de sus ojos casi no se notaba.
¿Dios por qué sentía esto apenas y lo conozco?
No quise caer en alguna tentación, así que prácticamente salí corriendo para esconderme en el vestidor.
Mi respiración estaba muy agitada, mi corazón estaba como loco.
Debía tranquilizarme, necesito hablar con Velkan.
Después de que Dylan pagara por todo y cuando digo todo, fue todo, me pago hasta los aretes que usaría, me dio mucha pena y más porque apenas y nos conocemos.
Nos encontrábamos frente al hotel donde me estaba quedando, me ayudo a bajar el vestido y todas las demás bolsas.
Y no espero invitación, me llevo hasta el cuarto que estaba rentando.
Todo mundo nos veía y para mí era muy incómodo.
–Bueno ¿A qué hora quieres que pase por ti? – me pregunto.
–Te parece bien a las 9 – necesitaba tiempo para poder arreglarme.
–Perfecto, paso por ti a las 9 – se quedó un momento parado, creo que espera algo.
–Muchas gracias por todo.
–No es nada, yo te invite a la fiesta así que tenía que pagar por todo – podía ver que sus pupilas estaban ligeramente dilatadas y agarre valor.
Me acerque a él y le deje un beso rápido en la mejilla.
Y antes de poder alejarme, tomo mi mejilla y me llevo hasta el, uniendo sus labios con los míos.
Me quede sorprendida, pero al final acepte el beso, era lento pero salvaje.
Cuando caí en cuanta que besaba a un extraño, lo aleje.
–Perdón – ambos nos encontrábamos con la respiración acelerada – vendré por ti a las 9 y entenderé si decides ya no ir.
Y salió sin mirar atrás, quería decirle que no debía disculparse, pero era un poco tarde, ya se había ido.
¿Por qué lo bese?
Debo hablar con Velkan.
Corrí a desconectar mi celular y busque su número.
Dos tonos y contesto.
– ¡¿DÓNDE CARAJOS HAS ESTADO METIDA?! – aleje el celular un poco de mi oído con algo de molestia.
–No digas nada, debo contarte algo.
Y con mucha emoción le conté todo, creo que no suena tan mal ir a esa fiesta. Total ¿Qué podría pasar?
(Dylan Black) Intento recuperar el aire que he perdido por el beso con Dayana. Sostengo con gran fuerza el volante de mi auto, se perfectamente que si lo suelto subiré hasta su habitación y cometeré algo imperdonable. Respiro algunas veces para calmar mi pulso, porque no solo me tengo que calmar yo, también debo calmar a Devraj. – ¿Acaso eres idiota humano? Ella estaba dispuesta ante ti, sabía que debía tomar el control. –Guarda silencio, sabes que eso no estuvo bien, fue un impulso de ambos. –Tú y tus estúpidas ideas, ella ya estaba allí, nos besó ¿Qué más querías? Sube ahora mismo a su habitación. Con todo el autocontrol que me quedaba, encendí el auto y comencé a conducir a la casa de manada. –Devraj si subo a su habitación y la tomo como mía, solo la asustaría y no quiero eso, acepta que ella nos aceptó, y no se tal vez esta noche podamos hacer algo al respecto. El lobo solo resoplo y no respondió nada, en el fondo muy pero muy en el fondo sabe que tengo razón. Al estar m
(Dylan Black) – ¡TODO ESTO ES SU M*****A CULPA! – la voz de Devraj resonaba por toda casa. Había intentado salir, pero no se lo permití, sabía que si lo dejaba salir esto iba hacer un desastre total. Así que solo le permití tomar el control de mi cuerpo humano, aunque estoy dudando mucho si lo que hice estuvo bien o no. Pero no me importaba tanto eso, mi preocupación al igual que la de Devraj, estaba en Dayana. – ¡NADA DE ESTO ESTARIA PASANDO SI CUMPLIERAS TU PALABRA! – la voz de Theresa era aún más fuerte que la de Devraj. Y mucho más molesta. – ¡NO PUEDO CON ESTO! Si sigo aquí solo cometeré un asesinato, humano encárgate de todo esto – y así volví a controlar mi cuerpo. – ¿Qué está pasando Dylan? – ahora mi padre llegaba a formar parte de todo. –Debo aclarar padre que no estoy incumpliendo nada, que Theresa allá dado por hecho que no había encontrado a mi Mate no es mi problema. Intente caminar con dirección a mi habitación, donde Dayana se encontraba inconsciente, pero la
(Dylan Black) Soy un idiota, soy un idiota. ¿Por qué las cosas salieron así? –Estamos de acuerdo en eso, eres un idiota y si me hubieras deja a mí la responsabilidad de decirle a Dayana que era nuestra Luna, nada de esto estaría pasando. –Nadie pidió tu opinión perro pulgoso – estúpido Devraj, nadie lo llamo. –Si estás enojado contigo, no le veo el caso que te desquites conmigo, humano idiota. Lo ignoro, me paso una y otra vez las manos por el cabello con gran frustración. Ella me alejo, me aparto, todo por culpa de la…. Por culpa de Theresa. Esa mujer lo único que trae son problemas, gracias a la diosa no la tendré cerca. Solo daba vueltas en mi despacho, me serví una copa de whisky intentando disminuir mi frustración, pero no es suficiente. Arroje con todas mis fuerzas el vaso contra la pared, dejando una gran mancha en ella. Me senté en un sofá comenzando a masajearme las sienes, necesito arreglar esto, no puedo dejar que se marche, se bien que esto no es nada a comparaci
(Dylan Black) Después de que Dayana hablara con ese tal Velkan, pedí que todas mis cosas fueran cambiadas de habitación, la mía ya estaba hecha un asco. (…) A la mañana siguiente me encontraba en la habitación de Dayana, si no quiso dormir conmigo, así que yo me quede en la habitación fea, mientras que ella se quedaba en nuestra nueva habitación. Ella sabe que es nuestra habitación y pronto yo dormiré aquí, con ella. Para lo cual me hizo recordar, que ella no tenía sus pertenencias aquí. –Debemos ir por tus cosas al hotel, ya no pueden estar allá – le dije a Dayana cuando salía del baño. –Bien, pero no tienes que ser tan mandón y solo pido un poco de paciencia para poder secarme el cabello – me respondió ella rodando los ojos, creo que ya no tiene miedo. –Te queda bien mi ropa – quise relajar la tensión. –Ummm, Gracias – sus mejillas se pintaron de rojo y con eso me di cuenta de lo fácil que era alagarla. No respondí nada, solo me limite a verla. Su cabello castaño claro, su
(Dylan Black) Con todo lo sucedido con Dayana, se me había olvidado que debía hablar con mi padre sobre el tema. Así que deje a Dayana sola en la habitación, quería descansar o algo así, tal vez quería tiempo a solas. Mientras caminaba con dirección a la oficina de mi padre, me topé con Valery, la cual se despidió de mí. Me sentía mal por su partida porque éramos muy unidos, con ella y Matteo, hacíamos el trio perfecto para las travesuras. Aunque no me sentía tan mal, después de todo la vería en un mes, por la boda de su hermano. Cuando llegue a la oficina, me detuve un momento frente a la puerta y la toque suevamente. Respire hondo y entre. Y tal como lo esperaba, el Alpha y la Luna de la manada Golden se encontraban dentro. ¿Aún seguían aquí? Que insistentes. Salude al Alpha y pase de largo a la Luna, era incorrecto porque eso hablaba mal de mí y de manada. Pero no pasaría por alto la falta tan grabe que ella cometió el día de la fiesta y eso hasta el Alpha Franco lo sabí
(Dayana White) Mientras Dylan hablaba con su padre, eso me dijo antes de salir de la habitación. Me encontraba terminando de guardar mis pocas cosas en los cajones del closet. Donde ya se encontraban las cosas de Dylan, anoche intento dormir conmigo, pero no lo permití. Lo deje que durmiera en la habitación que había hecho pedazos ¿Quién lo manda hacer rabietas? Se lo merecía, no entiendo muy bien por qué se puso así, pero bueno por esa razón no acepte dormir en la misma habitación que él. Además, sería algo extraño que lo hubiera hecho, prácticamente nos acabamos de conocer y no quiero que piense que soy una chica fácil. Y sé que en algún momento tendremos que dormir juntos o en el mismo cuarto, pero no estoy preparada para eso, es extraño y raro, pero nunca he compartido cama con nadie. Me senté el balcón de la ventana, donde podía ver todo el maravilloso bosque que rodeaba el lugar, es muy tranquilo aquí y con las corrientes ligeras de aire, se vuelve el lugar perfecto. Mie
(Dylan Black) –Eres un idiota de primera, pero esto no se quedara así – le dije a Matteo por el enlace mental, mientras mis ojos lo torturaban de mil maneras. Comencé a ver mi entorno, mi madre aun me tenía prohibido hablarle por el enlace, pero Dayana y Velkan estaban sentados platicando. Me siento como un idiota, pensar en mis celos sin sentido y por lo que la hice pasar anoche, soy un imbécil. Pero ¿Por qué ella no fue clara? ¿Me tendrá miedo? Mientras me sumía en mis pensamientos haciéndome mil preguntar ¿Por qué ella no me dijo la verdad? su cercanía me hizo regresar al plano terrenal. –Hermano quiero presentarte formalmente a Dylan Black – mi respiración se cortó cuando mencionó mi nombre, el tono que uso, la mirada que medio, me hizo quedar en blanco – Dylan él es mi hermano gemelo Velkan White – su rostro no fue el mismo cuando mencionó a su hermano. Me enamorado otra vez. –Un placer Dylan – me saludo de mano – y bien Dayana ¿Qué está pasando aquí? ¿Por qué no estás en
(Dylan Black) Los besos cada vez subían más de tono y no podía aliviar esta gran necesidad de hacerla mía. Sabía que estaba mal, todo estaba mal en este momento, pero se sentía correcto, al menos eso sentía yo. Me deje caer lentamente al sofá junto a la cama de nuestra habitación, con Dayana sobre mis piernas, su solo aroma me volvía cada vez más loco. –Debemos parar – no podía creer que eso saliera de mi boca. – ¿Qué? – escuche contra mis labios. –Debemos parar – me aleje un poco para ver los labios enrojecidos de Dayana – si continuamos, no voy a poder controlar mi instinto – nuestras respiraciones eran un caos total, pero el latido de nuestros corazones palpitaban en perfecta sincronía, como uno solo. – ¿A qué te refieres? – pregunto ella con hilo de voz. –Me refiero a que, si seguimos con esto no controlare mi lado lobo, que saldrá para reclamarte como suya y te dejara una linda marca en tu cuello – con mi dedo índice recorrí la zona que deseaba con ansias morder – y no qui