Máximo
Alfredo, eres toda una escoria, ¿cómo es posible que tú hayas sido el maldito traidor? ¡Me vendiste! Y solo por conseguir un puterío. ¡Por un putero me cambiaste! Eres un fiasco, una lacra, un cabrón de mierda, un cabrón que mataré con mis propias manos.
¿Cómo no me pude dar cuenta de la persona que tenía como hermano?
¡Puta mierda…!
Si el hermano de Liliam no nos hubiese prevenido, creo que en este momento todos estuviésemos muertos, ya que no hubiese permitido que ese maldito se saliera con la suya, como dice Liliam. «No confíes ni en tu propia sombra» O «Importante solo tú».
Me encanta que est
—¿Quieres que te diga? —sonríe—como tú quieras, primero porque fui y seré el primero en tu vida—se acerca a pocos metros de mí, dejándome paralizada—, segundo: no dejaré que ningún mocoso de mierda toque por lo que derecho es mío.¿Qué? Ya me perdí, estoy completamente perdida. ¿Qué alguien me explique?Con el primer punto, sí tiene razón, es obvio que fui una estúpida y facilona por meterme con el primer cabrón que se me presento en mi camino, pero lo segundo no lo entiendo para nada. Cómo es posible que me diga que soy de él, cómo es posible que me trate como un objeto, como es posible que un rato me trate como suya y en otro rato me trate como la poca cosa. Máximo.—¡Sí! Siempre te encargas de sacar lo peor de mí —exploté—, ahora si me disculpas tengo que atender ¡a mi amigo!Saldo de la habitación hecho una furia, aaah… Quien me manda ser tan bueno, si mira como me paga.—Tranquilo Máximo —se levanta Tomás y me pasa un vaso de vodka.—Olvídalo, y si escuchaste algo, mejor limítate a decir nada —hable en tono surgente.—Eres un gran caso Máximo.—Al grano, Alfredo me traicionó, el maldito mató a nuestros padres y mi esposa —de un sorbo me tomo el vodka de mi vaso.Capítulo 10
Máximo.—Porque te vas —pregunta con curiosidad.—Liliam se disculpa, y es necesario que me movilice lo antes posible.No le diré que he discutido nuevamente con Liliam, ya que eso no es novedad, pero no me arriesgaré que Liliam salga y le pase algo en lo que me pueda arrepentir. Sinceramente no sé qué le ha pasado, últimamente ha estado seria y eso es raro en ella, porque ni se molesta en provocarme o en hacerme bromas pesadas.—¿Seguro que es eso?—Si, y me tengo que ir, ya que me está esperando dentro del auto —extiendo el brazo para despedirme.—¿Qué le hiciste a Máximo? —no
—Para nada —¡Qué mentiroso! Obvio que le duele.Ja, ja, ja… El ego de mi amigo Tomás está por los suelos.—Gracias, y con su permiso —asiente y se encamina al concierto… El concierto que ella va a dar, ¿Cantará bien?—Es sábado de Karaoke —Tomás se sienta en el lugar donde estaba sentada Liliam.—Gracias por encargarte de todo —tomó un sorbo de vodka—, no sé qué seria sin ti.—No agradezcas —dice sin despegar la mirada de mi perdición que está arriba de la pequeña tarima—, lo único que te pido es que cuides a esa jovencita, que al parecer
—En un segundo vuelvo —me dice con tono preocupado.—No me asustes, y menos me dejes aquí —le sentenció.—No tardó —y se despide con un casto beso en mis labios.¡Santo cielo! Este hombre es más ni menos que bipolar, un tiempo está bien y en otro me trata como si no existiera.¿Qué alguien me explique?Como no me pienso quedarme estática y menos en una pista, empiezo a mover mis caderas, la mezcla de la música es electrónica, es de mi gusto, muevo mi cuerpo de un lado a otro dejándome llevar de las mil sensaciones que provoca en mi cuerpo, es un ritmo pulsante. Cierro mis ojos y le permito al cuerpo que
Máximo.Me remuevo un poco, siento algo que me estruja el pecho, poco a poco voy abriendo los ojos, y lo primero que veo es un cabello rubio por toda mi cara. Con sutileza lo aparto de mi cara, dejándome ver una carita de ángel, una carita que no rompe ni un plato, si supieran que rompe toda una vajilla completa.Liliam está en un profundo sueño, recostada en mi pecho, ambos cuerpos unidos sin ninguna telilla que nos cubra. Esta niña hace lo que ni una mujer ha logrado, ¿cómo me pude quedar dormido? Con solo ver cada textura de su cuerpo mi amigo se despierta.Cada parte de su cuerpo es exquisito, es una adicción y a la vez una perdición para mis cinco sentidos, y no dejemos atrás el delirio que provoca en mí. Desde el día uno hasta este momento no
—Raya… Son invitados de la reina —cambia el tono de su voz a uno callejero—… ¡Pase! Pero de aquí ambos caminamos a pie.—No hay ningún problema.Le hice seña a Liliam, y ella sin decir nada hace lo que le digo, mientras tanto toma su bolso de la laptop, ¡wao! Esta es la Liliam que me gusta. Ambos fueras del auto, y lo primero que hago es entregarle las llaves al guardia, que ya sabe quien soy. Antes de avanzar tomó la mano de Liliam, no la dejaré sola mientras no tenga el trato hecho con Luciana.Nos adentramos al portón, y lo primero que ven mis ojos es un jardín enorme, acompañados de muchas monjas, a lo lejos veo una enorme iglesia… Es increíble lo que Luciana ha logrado, todo esto es real, y cu
Esta pendeja sí que se volvió loca. ¿Cómo se atreve apuntarme con un arma?—Usted baje ese bolso —¡Mi bolso!—Ja, estás muy pendeja si crees que bajare mi bolso—me sobre salto.—Entonces morirás, puta de mierda —vociferó—. Tú aquí no vales, más que solo para follarte, y follarte… ¡Puta mierda!«Oh, no… Puta de mierda, no».Me levanté velozmente, sin importar que la estúpida me disparara. No le tengo miedo a los mil enemigos de mi padre, ahora le tendré miedo a esta hija de puta.—¡Repítelo de n