Capítulo 37

No me había percatado que las camionetas habían sido detenidas y esa es la evidencia que son los hombres de Rafael, es normal que se comporten así, ya que vine sin avisar.

—Soy la hija de Dylan, ¡así que abran las puertas! —Liliam grita histéricamente asomando su cabeza por la ventana.

—Lo siento Srta. Liliam —susurra y por lo que escuche él reconoció instantáneamente, exactamente en el momento que la escucho gritar.

—No te alteres mi amor —hablo por lo bajo.

Intento que Liliam se relaje porque los nervios están a flor de piel y por su salud y la del bebé tiene que estar bien, pero no le recuerdo porque es capaz de darme un puñetazo en la cara, dado que

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