Esta pendeja sí que se volvió loca. ¿Cómo se atreve apuntarme con un arma?
—Usted baje ese bolso —¡Mi bolso!
—Ja, estás muy pendeja si crees que bajare mi bolso—me sobre salto.
—Entonces morirás, puta de mierda —vociferó—. Tú aquí no vales, más que solo para follarte, y follarte… ¡Puta mierda!
«Oh, no… Puta de mierda, no».
Me levanté velozmente, sin importar que la estúpida me disparara. No le tengo miedo a los mil enemigos de mi padre, ahora le tendré miedo a esta hija de puta.
—¡Repítelo de n
Liliam.Y este que se ha creído para hablarme así. Sinceramente no le veo nada de malo en haberme defendido de la estúpida Caramelo, le he dicho una y mil veces que no soy una mujer que se deja insultar y menos sentirme acorralada.—Porque me dio la regalada gana... ¿Y qué? —me cruzo de brazos.Máximo se acerca rápidamente. Está seguro de sí mismo, muy sexy el condenado, los ojos se le oscurecen. Mi corazón se dispara y la sangre me bombea por todo el cuerpo.Mete las dos manos entre mis cabellos y me sujeta la cabeza. Sus labios se aferran a los míos, sus besos son exigentes, su lengua y sus labios. Gimo y mi lengua indecisa se encuentra con la suya. Me rodea en sus brazos, y me acerca a su cuerpo y me a
Liliam.¡Santísimo! ¿A qué santo le tengo que rezar? ¡Mi hermano está aquí! ¿Por qué me tiene que arruinar mi momento?Estoy que me arranco todos los pelos de la cabeza o mejor me tiro por la ventana. Aaayyy… ¿Qué voy a hacer?—Nena, tranquila —Máximo susurra cerca de mi oído—, no te imaginas lo excitante que es esto.—¿Esto? —chillo—… Y todavía te parece gracioso.—El miedo produce una estasis descontrolada —sonríe—, y tu miedo de que tu hermano nos encuentre, me excita más y más… Y un más —jadea. Liliam.Mi hermano me está poniendo al tanto de toda la situación en la que nos encontramos, y lo único que pienso y pienso es que mi padre tiene que terminar con esta guerra. También me dijo que mi madre no estaba al tanto de todo lo que me estaba sucediendo, aunque eso duró muy poco, puesto que soy la causante de que mi madre se enterara de la... «A hasta la Z». Inocentemente le mande el correo a mi madre, pensando que estaba al tanto de todo, pero me equivoque.No me arrepiento, puesto que ella es la única que me puede ayudar con lo que Máximo necesite, además mi madre tenía que saber que el tal Gabriel está nuevamente detrás de sus huesos. Y no es mi problema y menos mi culpa de que mi padre y mi herCapítulo 19
Máximo.Sin querer me asomé por la ventana, y lo que mis ojos vieron a simple vista fue que el mocoso malcriado estaba acorralando a mi chiquita. La adrenalina empezó a bombear y esparcirse por todo mi cuerpo. Sin pensarlo dos veces doy media vuelta y salgo de la habitación como alma que me lleva el diablo. Esa misma habitación que está marcada de puro amor entre Liliam y yo.No permitiré que ningún hijo de puta toque y menos le grite a la persona que me ha dado un giro radical. Desde hoy en adelante Liliam será para mí, y mientras me tenga a mí no dudaré ni un segundo en protegerla, y si eso incluye a su familia... ¡Ni modo! Enfrentaré a quien sea para tenerla a salvo.Bajo las escaleras a toda prisa, llegando a unos cuantos metros del lugar
—¡Está dormida! —llevo mi mano a mi nuca—. Entonces ambos tenemos que hablar, puesto que se me ha ocurrido un nuevo plan.—Dime, mientras caminamos al estudio, y no te preocupes porque tu servidora ya mando comida y bebidas.—¡Perfecto! —froto ambas manos.—Pero dime qué es lo que tienes en mente.—Necesito o mejor dicho, quiero que secuestren a la madre de Gabriel —tiró la mirada de hielo—. Ella será la que me traerá ante mí a la rata de Gabriel, y él mismo será el que me traerá al infeliz de Alfredo.—¿Por qué la madre?&mdash
Como me fascina estar con este hombre, como me he vuelto adicta a sus caricias, a su cuerpo, a su desenfreno y posesivo en el sexo y en todo lo que me rodea. Máximo llena todas mis expectativas, él es un ¡Buen...! Hombres, y lo digo en todos los sentidos, ya que es un buen hombre en la cama, él sabe como hacer sentir a una mujer, él sabe como hacer que me pierda en el mundo de la perdición.Él es mi tentación.Hoy por hoy, me identifico como una ninfómana, soy una mujer adicta y perdida al sexo, pero no cualquier sexo, me gusta que me follen bien duro hasta hacerme gritar y gemir de placer, pero hay un único detalle, no cualquier hombre, ya que el único que quiero dentro de mí es a Máximo. Me conformo con un ese enorme pene. Mmm... Me encamino con mi ejército hacia la salida, dejando al mocoso con las tapas abiertas, ¡Le agradezco! Si, le agradezco al destino, a la vida y a Dios que el mocoso se haya quedado callado, imaginándome que está procesando cada palabra que salió de mi dulce boca. Siendo sincero no sé que hubiese pasado si el mocoso me hubiese confrontado, puesto que en este instante estoy de mal humor, y lo menos que quiero es descontrolar mis chacras.¿Me preocupa que él sepa la verdad? Naaa… Me importa un zacatal de mierda, desde hoy se enterara el mundo entero del nuevo Máximo, ese Máximo que dejara atrás su pasado para iniciar una nueva vida con la dulce y rebelde Liliam.—¡Caramelo! —grito.—Jefe —adelanta sus pasos hCapítulo 23
Lo siento Liliam, sé que te prometí que volvería, pero hay que ver que tu padre no me la está dejando tan fácil que digamos. Y yo no soy una santa paloma que se deja mangonear y menos quedarse con las tapas cerradas. ¡Si dan, yo doy!—Hay alguna razón por la cual no dejaste que ¡mi hija! Saliera de la cueva en la que está —da un paso hacia delante, eliminando el espacio entre ambos.—Ella quería esperar, pero como tú eres tan desesperado —baje mis brazos, con el fin de ponerme en posición—. Tu hija y yo…No termine la frase hasta sentir un puño directo a mi mejilla, mi cuerpo se balancea sintiendo un tremendo nocaut. Reprimo un gemido de dolor, y en un santiamén me abalanzo encim