Máximo.
—¡Sí! Siempre te encargas de sacar lo peor de mí —exploté—, ahora si me disculpas tengo que atender ¡a mi amigo!
Saldo de la habitación hecho una furia, aaah… Quien me manda ser tan bueno, si mira como me paga.
—Tranquilo Máximo —se levanta Tomás y me pasa un vaso de vodka.
—Olvídalo, y si escuchaste algo, mejor limítate a decir nada —hable en tono surgente.
—Eres un gran caso Máximo.
—Al grano, Alfredo me traicionó, el maldito mató a nuestros padres y mi esposa —de un sorbo me tomo el vodka de mi vaso.
Máximo.—Porque te vas —pregunta con curiosidad.—Liliam se disculpa, y es necesario que me movilice lo antes posible.No le diré que he discutido nuevamente con Liliam, ya que eso no es novedad, pero no me arriesgaré que Liliam salga y le pase algo en lo que me pueda arrepentir. Sinceramente no sé qué le ha pasado, últimamente ha estado seria y eso es raro en ella, porque ni se molesta en provocarme o en hacerme bromas pesadas.—¿Seguro que es eso?—Si, y me tengo que ir, ya que me está esperando dentro del auto —extiendo el brazo para despedirme.—¿Qué le hiciste a Máximo? —no
—Para nada —¡Qué mentiroso! Obvio que le duele.Ja, ja, ja… El ego de mi amigo Tomás está por los suelos.—Gracias, y con su permiso —asiente y se encamina al concierto… El concierto que ella va a dar, ¿Cantará bien?—Es sábado de Karaoke —Tomás se sienta en el lugar donde estaba sentada Liliam.—Gracias por encargarte de todo —tomó un sorbo de vodka—, no sé qué seria sin ti.—No agradezcas —dice sin despegar la mirada de mi perdición que está arriba de la pequeña tarima—, lo único que te pido es que cuides a esa jovencita, que al parecer
—En un segundo vuelvo —me dice con tono preocupado.—No me asustes, y menos me dejes aquí —le sentenció.—No tardó —y se despide con un casto beso en mis labios.¡Santo cielo! Este hombre es más ni menos que bipolar, un tiempo está bien y en otro me trata como si no existiera.¿Qué alguien me explique?Como no me pienso quedarme estática y menos en una pista, empiezo a mover mis caderas, la mezcla de la música es electrónica, es de mi gusto, muevo mi cuerpo de un lado a otro dejándome llevar de las mil sensaciones que provoca en mi cuerpo, es un ritmo pulsante. Cierro mis ojos y le permito al cuerpo que
Máximo.Me remuevo un poco, siento algo que me estruja el pecho, poco a poco voy abriendo los ojos, y lo primero que veo es un cabello rubio por toda mi cara. Con sutileza lo aparto de mi cara, dejándome ver una carita de ángel, una carita que no rompe ni un plato, si supieran que rompe toda una vajilla completa.Liliam está en un profundo sueño, recostada en mi pecho, ambos cuerpos unidos sin ninguna telilla que nos cubra. Esta niña hace lo que ni una mujer ha logrado, ¿cómo me pude quedar dormido? Con solo ver cada textura de su cuerpo mi amigo se despierta.Cada parte de su cuerpo es exquisito, es una adicción y a la vez una perdición para mis cinco sentidos, y no dejemos atrás el delirio que provoca en mí. Desde el día uno hasta este momento no
—Raya… Son invitados de la reina —cambia el tono de su voz a uno callejero—… ¡Pase! Pero de aquí ambos caminamos a pie.—No hay ningún problema.Le hice seña a Liliam, y ella sin decir nada hace lo que le digo, mientras tanto toma su bolso de la laptop, ¡wao! Esta es la Liliam que me gusta. Ambos fueras del auto, y lo primero que hago es entregarle las llaves al guardia, que ya sabe quien soy. Antes de avanzar tomó la mano de Liliam, no la dejaré sola mientras no tenga el trato hecho con Luciana.Nos adentramos al portón, y lo primero que ven mis ojos es un jardín enorme, acompañados de muchas monjas, a lo lejos veo una enorme iglesia… Es increíble lo que Luciana ha logrado, todo esto es real, y cu
Esta pendeja sí que se volvió loca. ¿Cómo se atreve apuntarme con un arma?—Usted baje ese bolso —¡Mi bolso!—Ja, estás muy pendeja si crees que bajare mi bolso—me sobre salto.—Entonces morirás, puta de mierda —vociferó—. Tú aquí no vales, más que solo para follarte, y follarte… ¡Puta mierda!«Oh, no… Puta de mierda, no».Me levanté velozmente, sin importar que la estúpida me disparara. No le tengo miedo a los mil enemigos de mi padre, ahora le tendré miedo a esta hija de puta.—¡Repítelo de n
Liliam.Y este que se ha creído para hablarme así. Sinceramente no le veo nada de malo en haberme defendido de la estúpida Caramelo, le he dicho una y mil veces que no soy una mujer que se deja insultar y menos sentirme acorralada.—Porque me dio la regalada gana... ¿Y qué? —me cruzo de brazos.Máximo se acerca rápidamente. Está seguro de sí mismo, muy sexy el condenado, los ojos se le oscurecen. Mi corazón se dispara y la sangre me bombea por todo el cuerpo.Mete las dos manos entre mis cabellos y me sujeta la cabeza. Sus labios se aferran a los míos, sus besos son exigentes, su lengua y sus labios. Gimo y mi lengua indecisa se encuentra con la suya. Me rodea en sus brazos, y me acerca a su cuerpo y me a
Liliam.¡Santísimo! ¿A qué santo le tengo que rezar? ¡Mi hermano está aquí! ¿Por qué me tiene que arruinar mi momento?Estoy que me arranco todos los pelos de la cabeza o mejor me tiro por la ventana. Aaayyy… ¿Qué voy a hacer?—Nena, tranquila —Máximo susurra cerca de mi oído—, no te imaginas lo excitante que es esto.—¿Esto? —chillo—… Y todavía te parece gracioso.—El miedo produce una estasis descontrolada —sonríe—, y tu miedo de que tu hermano nos encuentre, me excita más y más… Y un más —jadea.Último capítulo