—Shhh… —me calla cerca de mi oído, haciendo que mi cuerpo se estremezca.
Siento como él empieza aspirar el olor de mi loción de Victoria Secret, pero no termino de comprender por qué su toque y su aroma me parecen muy familiares.
—Suéltame —balbuceo, aunque es inútil, puesto que la mano del desconocido sigue puesta en mi boca.
El desconocido me arrastra hacia uno de los vestidores. Intente resistirme, pero era demasiado estúpido, puesto que él tiene más fuerza que yo, pero no estrategia. Me quedo atenta a lo que hará el desconocido, relajo los músculos de mi cuerpo y me preparo. El desconocido se encarga de poner el se
—Me pierdo ante tu belleza —masculla con voz ronca, haciendo que mi cuerpo se erice por completo.—No me tientes Máximo Petrov —le sentenció—. Ahora salgamos de aquí.Me aliso el cabello y nuevamente me lo vuelvo a recoger, con un poco de nerviosismo quito el seguro de la puerta, la abro asomándome si de casualidad hay alguien cerca.—No tienes por qué avergonzarte y menos si estás junto a mí.Máximo toma de mi mano y ambos salimos del vestidor, ¡sí! Ese vestidor que fue testigo de nuestra fogosa y ardiente pasión. Me apego más al brazo de Máximo y le pido a Dios que nadie sospeche de nuestra suculenta travesura. En ese instante nos dirigimos al hotel. Liliam y Luciana van en la parte trasera mientras que yo voy a lado de Jaim, ¡sí! Él nos acompaña, ya que no me puede dejar solo y más aún que solo tengo pocos días para estar en esta ciudad.—Máximo, hace unos minutos me informaron que tendrás un par de reuniones —habla sin quitar la mirada del volante.—Cuanto tiempo tengo —dije seriamente.—Hice lo posible que tuvieras los cinco días, pero ahora tendrás solo tres días.¡Mierda! Lo que me faltaba, ahora tengo que hablar con Liliam, puesto que no pienso dejarla aquí.Sé que se escucha un poco posesivo y eCapítulo 33
—¿Quieres ir al hotel o dar un paseo? —pregunta Máximo.—Vamos a dar un tour y no es mala idea que empecemos por la “Basílica de la sagrada familia” —sonrió, tomando el brazo de Máximo—. Además está ahí—señaló.A unos metros está la “Basílica de la sagrada familia”. Cojo el brazo de Máximo y lo jalo para encaminarnos, para que Luciana se encamine en compañía del ruso Jaim.—Cómo te sientes después de ingerir bocado —susurra.—Bien, porque en el hotel probé unos bocadillos y después de dos horas que salimos estoy satisfecha con la paella.
(…)Media después salgo de la habitación en compañía de Luciana y Caramelo, ya que Máximo se quedó con Jaim y los demás. Era obvio que Máximo no me dejaría ir sola a la esquina del hotel y menos al médico.—No puedo creer que hayas olvidado nuestra cita —Luciana se queja—. La hora exacta era a las nueve de la mañana. ¡Nueve! —réplica.—Lo olvide y de paso me quede profundamente dormida —justifico cada una de sus quejas—. Además no tienes por qué preocuparte.—¡Nooo…! —abre los ojos—No sé por qué Máximo no te jala de las orejas para que veas la gravedad de tu situaci&oac
(…)Máximo.—Aló —insisto, ya que me han dejado hablando solo—. ¡Liliam!—Prepárate Máximo —susurra, llevándome la sorpresa que no es la voz de Liliam es más ni menos que la voz de Luciana.—¿Dónde puta están? —grito levantándome del sillón—… Habla y procura no mentirme hijo del demonio—sentencio.—No me grites, y lo único que te puedo decir es que en unos minutos estaremos en el hotel —balbucea.—¿Pasa algo Luciana? —bajo la voz.—Pasa más de lo que tú
No me había percatado que las camionetas habían sido detenidas y esa es la evidencia que son los hombres de Rafael, es normal que se comporten así, ya que vine sin avisar.—Soy la hija de Dylan, ¡así que abran las puertas! —Liliam grita histéricamente asomando su cabeza por la ventana.—Lo siento Srta. Liliam —susurra y por lo que escuche él reconoció instantáneamente, exactamente en el momento que la escucho gritar.—No te alteres mi amor —hablo por lo bajo.Intento que Liliam se relaje porque los nervios están a flor de piel y por su salud y la del bebé tiene que estar bien, pero no le recuerdo porque es capaz de darme un puñetazo en la cara, dado que
—¿Te encuentras bien Liliam? —se acerca Luciana con la mirada preocupada, lo único que pude hacer es asentir, ya que me había quedado sin voz.—No es un casamiento de compromiso y menos en apuros, es un casamiento del que estamos unidos el uno para el otro —Máximo se acerca a mí apartando a Luciana para tomarme de la mano—. El día de la explosión estuve entre la vida y la muerte, ese día entendí que la vida solo es una y que el tiempo es limitado—Máximo pasa una mano sobre mi vientre y la otra en mi cintura—. Les puedo jurar que esto no fue planeado, ya que toda mi vida viví engañado pensando en que ya no habría la posibilidad de ser padre.—Mañana a primera hora regresaremos a Moscú —impone—, y est
Liliam.—Mmm… —abro mis ojos en el instante que siento una mano posarse por mi boca, intenté mover mi cuerpo, pero no puedo, porque un cuerpo pesado está encima del mío.—Ssshhh… ¡Soy tu hombre! —murmura.Mi cuerpo se relaja al escuchar esa voz reconocida. No puedo ver, la habitación está oscura, pero de pronto se me vino la magnífica idea que si no puedo ver puedo sentir. Levanto lentamente mis manos y acaricio los bíceps, ¡está desnudo! Abro mis ojos al sentir la piel eriza de Máximo.—Estás loco —quita su mano de mi boca, para susurrarle entre risas—, mis padres nos matarán.—Ssshhh —me cal