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Diecinueve horas después… ¡Ah…! Qué cansancio, pero la venganza me da cada vez más fuerza. Estamos llegando al bar del imbécil, ¡no sabe lo que le espera! Rafael trajo a su gente, mientras que yo traje a Caramelo, Taladro y unos cuantos hombres.
Froto mis manos al sentir el frío recorrer por todo mi cuerpo, el invierno esta como el diablo mismo, y eso que ando muy abrigado.
—A lo que venimos —Rafael exclamó frotándose ambas manos.
En un dos por tres avanzamos, nos esparcimos y cada grupo va a hacer lo suyo. Rafael, Caramelo y yo nos adentramos al putero, mis pasos avanzan y mi mirada está como GPS. Resuenan todas las paredes de la música electrónica, la
¡Wao…! Que satisfacción siento en mi alma, es una sensación única. Como había deseado y anhelado este momento, ¡quiero hacerle pagar por el sufrimiento que hizo en mí y en mi difunta familia!El malparido no soporta el dolor, ya que ni se puede sostener el mismo, y sin esfuerzo alguno se desploma al suelo, quejándose hasta más no poder.Reprimo las ganas de matarlo de un solo impacto, ya que eso sería como darle la gloria o hacerle la muerte más fácil, puesto que lo que quiero es hacerlo sufrir y si es necesario descuartizarlo lo haré, con el propósito de saciar las ganas que tengo en este momento.—No soy de las personas que repiten las cosas una vez y eso lo sabes perfectamente —me acerco a él&
Estoy seguro de que Rafael hizo lo que pudo, ya que pensándolo desde otro punto de vista hay que entender que hubiese muerto Rafael sin poder salvar la vida de Máximo.—Rafael… ¿Estoy hablando con Rafael? —dice con ímpetu—… Tú sabes como es este negocio y como es la situación de cada paso que nosotros damos.—¿Cómo crees que iban a saber que había una puta bomba? —se exalta.—Quiero que te vayas al punto amarillo.¡Punto amarillo! ¿Qué es eso?—Inmediatamente.—No tardes —mi padre me extiende el móvil, cortando la llamada.
(…)Entre abro y cierro mis ojos, hasta acostumbrarme a la iluminación de la habitación.—Aaaahhh… —me quejo.¿Qué dolor de cabeza? ¡Oh, por Dios! ¿Qué hice para merecer esto?—Mi niña —abro los ojos de golpe al escuchar la voz de mi madre.—Mamá —me levantó de la cama, reprimiendo las pulsaciones de dolor que tengo en mi cabeza—¿Desde cuándo estás aquí?—pregunto con algo de curiosidad.—¿No recuerdas nada mi niña? —mi madre tira una mirada asombrada. «BIENVENIDO MÁXIMO PETROV».—¿Y esto? —pregunto.—Has pasado la prueba.—¿Prueba de qué? —tiro la cara de asombro.—Tú sabes que para todo hay una prueba —dice con franqueza, sentándose frente de mí.Oh, eso quiere decir que me han elegido sin que estuviesen seguro de que fuese el ideal para este trabajo. No me enoja, pero no deberían de andar jugando porque esto es serio, aunque los malditos me tienen de los huevos… “Favor con favor se paga”.—Comprendo —exhalo.—En unas horas sale nuestro vuelo hacia Mosc&uacutCapítulo 29
Liliam.Llegando a la ciudad de Sicilia y mi cuerpo junto a mis padres nos dirigimos hacia la boutique de Samantha, puesto que no quiero descansar, no quiero postrarme en una cama a llorar lo que ya he llorado, no quiero lanzarme al abismo, puesto que el abismo viene a mí, no quiero seguir sufriendo. Desde hoy me propondré a trabajar y a trabajar, hasta olvidar mis penas.Las mismas penas que hace unas semanas hubiese evitado.Les dije a mis padres que me iría con ellos con la condición de dejarme ir a la ciudad de Sicilia junto a Samanta y Rafael. Quiero ayudarle a Samanta a expandir más su negocio y de paso así ella tendrá más tiempo para su familia y yo así tendré tiempo para mantener mi mente ocupada.Mi coraz&
—Shhh… —me calla cerca de mi oído, haciendo que mi cuerpo se estremezca.Siento como él empieza aspirar el olor de mi loción de Victoria Secret, pero no termino de comprender por qué su toque y su aroma me parecen muy familiares.—Suéltame —balbuceo, aunque es inútil, puesto que la mano del desconocido sigue puesta en mi boca.El desconocido me arrastra hacia uno de los vestidores. Intente resistirme, pero era demasiado estúpido, puesto que él tiene más fuerza que yo, pero no estrategia. Me quedo atenta a lo que hará el desconocido, relajo los músculos de mi cuerpo y me preparo. El desconocido se encarga de poner el se
—Me pierdo ante tu belleza —masculla con voz ronca, haciendo que mi cuerpo se erice por completo.—No me tientes Máximo Petrov —le sentenció—. Ahora salgamos de aquí.Me aliso el cabello y nuevamente me lo vuelvo a recoger, con un poco de nerviosismo quito el seguro de la puerta, la abro asomándome si de casualidad hay alguien cerca.—No tienes por qué avergonzarte y menos si estás junto a mí.Máximo toma de mi mano y ambos salimos del vestidor, ¡sí! Ese vestidor que fue testigo de nuestra fogosa y ardiente pasión. Me apego más al brazo de Máximo y le pido a Dios que nadie sospeche de nuestra suculenta travesura. En ese instante nos dirigimos al hotel. Liliam y Luciana van en la parte trasera mientras que yo voy a lado de Jaim, ¡sí! Él nos acompaña, ya que no me puede dejar solo y más aún que solo tengo pocos días para estar en esta ciudad.—Máximo, hace unos minutos me informaron que tendrás un par de reuniones —habla sin quitar la mirada del volante.—Cuanto tiempo tengo —dije seriamente.—Hice lo posible que tuvieras los cinco días, pero ahora tendrás solo tres días.¡Mierda! Lo que me faltaba, ahora tengo que hablar con Liliam, puesto que no pienso dejarla aquí.Sé que se escucha un poco posesivo y eCapítulo 33