Capítulo 25

(…)

Diecinueve horas después… ¡Ah…! Qué cansancio, pero la venganza me da cada vez más fuerza. Estamos llegando al bar del imbécil, ¡no sabe lo que le espera! Rafael trajo a su gente, mientras que yo traje a Caramelo, Taladro y unos cuantos hombres.

Froto mis manos al sentir el frío recorrer por todo mi cuerpo, el invierno esta como el diablo mismo, y eso que ando muy abrigado.

—A lo que venimos —Rafael exclamó frotándose ambas manos.

En un dos por tres avanzamos, nos esparcimos y cada grupo va a hacer lo suyo. Rafael, Caramelo y yo nos adentramos al putero, mis pasos avanzan y mi mirada está como GPS. Resuenan todas las paredes de la música electrónica, la

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